Capítulo 38

250 27 0
                                    

- POV Chloe -

No sé en qué momento ha llegado Inés, pues no me percato de su presencia hasta que noto una suave caricia en mi hombro.

—Chloe, vamos, te llevo a casa.

Su voz es un susurro, habla con cautela, como si supiera que puedo romperme en cualquier momento.

Sigo en shock por lo ocurrido hace unas horas. No me he movido del lugar en que me ha dejado Naim. Ya no lloro, hace rato que no me quedan lágrimas, pero no por ello me siento mejor.

—No quiero ir a casa —hablo con un hilo de voz mientras me apoyo en la ventanilla del copiloto.

Inés me analiza de reojo mientras piensa qué hacer conmigo.

Abandonamos el cielo estrellado de la periferia para adentrarnos en un paisaje mucho más deprimente. Los edificios aparecen, las luces de la ciudad me ciegan, y el bullicio me impide concentrarme en mis pensamientos.

—¿Quieres venirte a casa?

No respondo. Lo que quiero no puedo tenerlo. Ahora mismo ningún sitio que no me permita hablar nuevamente con Naim para intentar solucionar las cosas, me parecerá mal.

—Sí —contesto al convencerme que no podré ir a otro sitio mejor.

En mi casa me harán demasiadas preguntas que ahora mismo no me veo capaz de contestar sin derrumbarme. Escribo un WhatsApp por el grupo de la familia, anunciando que me quedaré a dormir en casa de Inés. Mi hermana bromea dando a entender que seguramente sea una tapadera para ir a dormir con Naim. Un nudo en la garganta me impide respirar con normalidad mientras contesto fríamente que nunca he puesto excusas cuando he ido a dormir con Naim, no tengo porqué hacerlo ahora. Nadie vuelve a decir nada y yo bloqueo el móvil.

Intento calmarme antes de entrar al piso de los padres de Inés, quiero poder saludar como es debido, y solo me permito volver a llorar una vez lo hago y nos encerramos en su colorida habitación. Inés no sabe cómo consolarme, nada lo hace.

—Naim tiene que poner en orden sus sentimientos —dice con cautela—. Le conozco desde siempre, y puedo asegurarte que acabará dándose cuenta del error que acaba de cometer.

—Parecía muy seguro de su decisión.

Inés suspira.

—Le ha dolido mucho lo que ha pasado. Ahora mismo solo puede centrarse en el dolor que le provoca sentir que es su culpa. Cuando pase el tiempo verá que el dolor desaparece para dar paso a la melancolía.

—¿Y para eso yo tengo que sufrir su pérdida? Es muy egoísta por su parte.

—Él cree que te está protegiendo. Le importas demasiado.

Seco las lágrimas mientras intento controlar la respiración.

—Es mi vida, no tiene derecho a decidir por mí —me da mucha rabia no haber podido decir lo que quería. No esperaba que me dejase y me ha abrumado la situación—. Necesito volver a hablar con él.

Inés frunce los labios.

—Es pronto, Chloe. ¿Por qué no te tomas unos días para pensar en lo que realmente quieres antes de volver a verle?

—No tengo nada que pensar, yo en ningún momento he dudado en querer estar con él.

Mi amiga no sabe qué decir, y escapa de la estancia con la excusa de ir a por unas bebidas.

Agarro mi collar con fuerza a la par que recuerdo nuestra primera conversación. ¿Quién iba a pensar que nos encontraríamos nuevamente, cinco años después? Si alguien me hubiera dicho, poco después de conocernos, que cinco años después él iba a recordarme y que nos enamoraríamos, le hubiera contestado que eso, con suerte, pasaría en una realidad alternativa, pero nunca en esta. ¿Un famoso teniendo una relación con una chica de a pie? Eso solo pasa en las novelas románticas... Para más inri, yo siempre he mostrado cierta aversión por los famosos y sus extravagantes vidas. Y mírame ahora: sin aceptar que me ha dejado, luchando por seguir a su lado...

Inés vuelve con una mezcla de ron y cola. Seguimos intercambiando opiniones mientras doy grandes tragos a la bebida.

Dos horas más tarde, y tres tragos después, mis sentidos no se encuentran en su mejor momento, pero tengo claro que quiero hacer lo siguiente. Me quito el collar y lo tiro a la cama, justo al lado de Inés, que me mira con el ceño fruncido.

—Ese collar os unió, significa mucho para vosotros.

—Por eso mismo —la interrumpo—. No lo quiero. Haz con él lo que creas más conveniente.

Sé que no lo va a tirar. Tarde o temprano se lo devolverá a Naim, y tengo la esperanza de que eso remueva sus sentimientos. Como bien dice Inés, tiene mucho significado para nosotros: nos conocimos gracias a él, y años después volvió a juntarnos. Pondré toda mi fé en él y confiaré en el destino, si algo puede volver a unirnos, seguramente sea ese collar.

Una canción para sanar su corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora