Capítulo 36

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- POV Chloe -

Sé de sobra que algo le pasa a Naim, pero no me atrevo a preguntar. Conociéndole, si no me lo cuenta, no puede ser nada bueno. Su cambio de actitud es más que evidente. Hace cinco días que me dieron el alta, y no ha venido a verme ni una sola vez. Podría pensar que es para evitar que los periodistas me descubran, pero hace más de dos días que no me llama, y evade mis mensajes, por lo que sospecho que hay alguna otra razón oculta.

Me siento atrapada entre el deseo de darle espacio a Naim y la impaciencia de saber lo que pasa por su mente. Atrapo un mechón de pelo entre mis dedos y juego nerviosa con él. Un fuerte viento se levanta, veo como sacude con violencia las hojas de los árboles a través de mi ventana, como si la naturaleza compartiera mis inquietudes.

En un intento por aclarar mi mente, se me ocurre llamar a Inés. Mala idea. Lo único que saco en claro es que ella sabe algo, Naim se lo ha contado, y no va a compartir sus secretos conmigo.

Entonces recordé que Lita estaría en la ciudad hasta finales de semana. Tengo mucha suerte de que esté libre y pueda venir a casa ahora mismo.

—Pareces un saco de boxeo.

Su tono de voz es triste.

—Ahora empatizo más con ellos —bromeo para restarle importancia.

Preparo un par de cafés antes de encerrarnos en mi habitación.

—Siento que Naim está distante últimamente, como si algo lo estuviera molestando, y no me atrevo a preguntar —mis ojos se vuelven vidriosos.

—Le habrá afectado el accidente, es normal —intenta calmarme.

—Todo parecía más o menos normal hasta que me dieron el alta —doy un sorbo al café, dejando que su aroma y sabor inunden mis sentidos—. Naim se preocupó en exceso por mi, pero ahora ni siquiera llama, y a penas contesta mis mensajes.

—Tal vez está lidiando con algo personal y no sabe cómo hablarlo contigo. A veces, las personas pueden tener problemas que les resultan difíciles de compartir —me encojo de hombros y mi amiga prosigue—. O quizá no quiere preocuparte con banalidades ahora que sabe que debes reposar.

—Pues está consiguiendo el efecto contrario —suspiro y vuelvo a dar un sorbo al café—. ¿Crees que debería hablar con él directamente?

—Definitivamente —responde Lita—. La comunicación es clave en una relación. Hazle saber que estás ahí para él y que estás dispuesta a escuchar lo que quiera compartir.

En parte, me siento reconfortada por sus palabras, pero no puedo apagar esa voz de mi cabeza que dice "¿y si lo que quiere es dejarte?".

De cualquier forma, estar así es una tortura, y no hablar con él solo alargará la agonía.

—Muchas gracias por todo, Lita.

Ella se acerca para estrecharme en sus brazos.

—Todo irá bien —me asegura.

—Eso espero.

Quiero creer en sus palabras.

—Y si no, siempre puedes venirte a vivir a Londres y empezar de cero.

Sonrío.

—Sabes que no sé inglés, y por mucho que lo he intentado no soy capaz de aprenderlo. Así que no me parece muy buena idea.

Lita frota mi brazo izquierdo.

—Todo irá bien, Chloe. Os he visto juntos, sois la pareja perfecta.

Una canción para sanar su corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora