Capítulo 28

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- POV Naim -

Una semana después, y viendo que la gran mayoría ha dejado a Chloe en paz, decido cumplir con mis palabras: organizo una rueda de prensa en el estudio.

Muchos de los que han seguido intentando dar con Chloe intentan entrar de todas las formas posibles al edificio, pero he contratado seguridad y no lo consiguen. Ya se los advertí...

—Gracias —repite Chloe por enésima vez—. Ha sido mucho más fácil seguir con mi vida desde que solo me siguen dos o tres personas.

—Espero que se calmen después de esto —suspiro—. Contesta únicamente con lo que te sientas cómoda, ¿vale?

Chloe asiente. Está nerviosa, puedo notarlo en la forma en que se muerde el labio y aprieta una mano contra otra.

—Todo irá bien —Silas le revuelve el pelo mientras Inés protesta porque la va a despeinar.

Les he pedido que vinieran para dar apoyo moral. Después de esto nos iremos el fin de semana a una casita que tiene Inés en Andorra, cerca de las pistas de esquí, aunque no podremos disfrutar de ellas.

Chloe coge aire y aguanta la respiración unos segundos inconscientemente al escuchar como todos los periodistas van entrando en la sala. Nosotros seguimos tras una de las puertas que da a la sala principal.

Inés arregla el pelo de Chloe por enésima vez, luego se asegura que su maquillaje está intacto.

—Déjala ya —aparto las manos de Inés del rostro de Chloe—. Está preciosa, como siempre.

Mi diabla me sonríe, tímida, mientras acaba de alistarse la falda de terciopelo roja.

—Hubiera quedado mejor un body negro —Inés está nerviosa, como todos, pero a este paso va a conseguir que le de un ataque a Chloe.

—El blanco queda genial —protesto—. Vas a conseguir que entre en pánico.

Silas la aparta de nosotros y la sienta en uno de los dos sillones que han dispuesto para ellos.

—¿Preparada? —pregunto cuando me informan por el pinganillo que todo está listo.

—¿Para hacerme famosa por ser tu novia? —no está respirando con normalidad—. No, pero nunca lo estaré —tira de mi brazo—, así que vamos.

Entramos con nuestros brazos entrelazados. Únicamente la suelto para subir al escenario y extenderle mi mano como ayuda para evitar que tropiece. Está demasiado nerviosa. Agarro su cintura aproximando mi cuerpo al suyo hasta llegar a la mesa, situada en el centro del escenario, quiero que sienta que voy a protegerla pase lo que pase.

—Buenas tardes —compruebo que el micrófono funciona—. Quiero presentar oficialmente a mi preciosa pareja: Chloe Torres. Pido, por favor, que seáis respetuosos con ella si con algo no se siente cómoda, entended que todo esto es nuevo para ella.

Algunas chicas que se encuentran entre los invitados sonríe con ternura.

—¿Cómo os conocisteis? —inicia un chico de unos treinta años.

Chloe me mira, esperando mi aprobación, como única respuesta pongo mi mano sobre su muslo y sonrío.

—Hace cinco años, él celebrara sus diecisiete y yo estaba de vacaciones con mi familia. Se quedó fascinado al oírme cantar, o eso dice —se ve preciosa cuando sonríe de esa forma tan tierna—. Y para agradecérselo, al día siguiente le robé el collar que él quería comprar.

Todos se ríen y sus gestos se relajan. Ella no lo sabe, ni siquiera lo pretendía, pero con eso se los ha ganado.

—¿Qué te gustó de él?

Me encojo de hombros.

—No lo sé —se avergüenza de su respuesta y sus mejillas se encienden—. Me trata como nunca esperé que un extraño lo hiciera. Da igual la situación, siempre tiene una palabra o un gesto amable que ofrecer, y se preocupa por mí más de lo que yo misma lo hago.

No puedo evitar coger su mano y besar el dorso mientras sonrío.

—Has dicho que cantas...

—Solo lo hace por hobbie —interrumpo, sé que no le gusta hablar de eso, ella me lo agradece con la mirada.

—¿Qué te enamoró de ella? —una chica muy joven pregunta curiosa.

—Le da igual que sea famoso, desde el primer momento me ha tratado como a un igual, como debería ser —digo a modo de reproche para todos los que están ahí sentados haciéndonos preguntas—. Me hace sentir un chico normal y corriente, echaba de menos esa sensación.

Puedo notar que todos se sorprenden de mi respuesta. Imagino que daban por hecho que me gusta ser famoso y que me traten como a alguien inalcanzable.

—¿Tienes hermanos? —su atención vuelve a centrarse en Chloe.

—Sí, pero os suplico que dejéis a mi familia al margen. Tengo una hermana adorable, con la que me llevo genial, y unos padres maravillosos que me apoyan y ayudan en todo. Es todo lo que necesitáis saber para ver que somos una familia unida.

Me sorprendo con la madurez que responde la pregunta. Puedo ver que ya no está tan nerviosa.

—¿Vais a mudaros juntos?

La cara de Chloe es un poema.

—No llevamos ni dos meses saliendo —contesta extrañada por la pregunta.

—Pero tengo entendido que empezasteis a tontear a principios de julio —insiste la morena.

—Eso no hace la diferencia. Sigue siendo muy pronto.

Entiendo los dos puntos de vista. Lo normal es pensar como Chloe, pero muchos famosos parece que estén en una carrera por demostrar amor, y se apresuran a irse a vivir juntos, tener una mascota, casarse... Así les va luego.

Las preguntas no cesan hasta media hora después, cuando noto que Chloe se está agobiando un poco y decido dar punto y final.

A fin de conseguir que continúe su paz, invito a todos a seguirnos por redes sociales y prometo ser más activo para que puedan ver nuestros avances.

Silas e Inés nos felicitan, creen que lo hemos hecho muy bien, en especial Chloe.

—No creo que consigas que os dejen en paz del todo —Silas hace referencia a mi última invitación.

—Tengo que intentarlo —me encojo de hombros—. La última vez funcionó.

Una canción para sanar su corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora