Capítulo 17

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- POV Naim -

Estoy muy nervioso. Empiezo a pensar que esto es una locura. En solo diez minutos he tenido que ir cuatro veces al baño a secarme el sudor que cae por mi frente.

Mientras vuelvo al camerino, paso por la sala de control. Miro por las cámaras que enfocan al escenario, el grupo que tocaba previo al nuestro está a punto de acabar. Dirijo mi mirada a las pantallas que muestran al público. Chloe está con Inés en primera fila.

—¿Te pasa algo?

—Esto va a ser un desastre, ¿verdad?

Silas me mira serio.

—Lleváis más de dos meses quedando. ¿Qué puede salir mal?

—Nuestra relación es puramente física, nunca hemos hecho nada romántico.

—De eso se trata lo de hoy, ¿no? De dar el paso y hacer algo romántico por ella.

—Inés me dejó muy claro que Chloe solo quería sexo con los hombres, y voy y me enamoro —me llevo las manos a la cabeza—. Soy gilipollas. Un gilipollas que va a hacer el ridículo.

Escucho que Silas suspira y se sienta a mi lado.

—Siempre dices que esa chica vale la pena, nunca lo has dudado, ¿por qué ahora sí?

Me encojo de hombros, no sé qué contestar.

—No dudo que valga la pena, dudo que sienta lo mismo por mí.

—Eso no son dudas, es pánico de que no sienta lo mismo, y nunca lo sabrás si no le echas un par de huevos.

Miro a Silas con curiosidad.

—¿Desde cuándo eres tan maduro?

Silas suelta una carcajada.

—Será la edad —me sujeta el hombro con firmeza mientras me mira a los ojos—. Dalo todo en el escenario, asegúrate de que tus sentimientos lleguen a Chloe. Y si sale mal, prometo beber contigo toda la noche, hasta que la olvides.

—Gracias.

Nos damos un abrazo mientras me golpea la espalda para animarme, al separarnos me da un golpecito en la mejilla que consigue despejarme del todo.

Oigo cómo presentan a nuestro grupo. Silas me mira, está tras de mí para evitar que escape. Cojo aire y lo contengo unos segundos antes de saltar al escenario.

—De aquí salgo con Chloe como novia —afirmo mientras Silas pasa por mi lado.

Le veo sonreír, le devuelvo el gesto y ocupamos nuestros puestos en el escenario.

Desde aquí puedo ver a Chloe perfectamente. Está preciosa con su vestido blanco, le queda pegado al pecho pero cae grácilmente por sus caderas. Parece un ángel cuando me sonríe de esa manera tan tierna.

Pasamos los primeros veinte minutos tocando nuestras canciones. Esa había sido la parte fácil, ahora llegaba el momento de afrontar mis miedos.

—Gracias a todos por apoyarnos en nuestra carrera musical —intento ocultar mis nervios, pero la voz me tiembla un poco.

Primero tocamos Esencial de Beret escogida por Orión, la segunda es una de Estopa que Silas y Joe adoran.

Cojo aire al escuchar que empieza a sonar "Loco" de Beéle. Sonrío con nerviosismo cuando le guiño un ojo a Chloe tras pronunciar la frase "Cuando suena nuestra canción yo te digo: que me gustas mucho con bastante. Como mango y limón saborearte. Solo a ti yo quiero acostumbrarme pa' toda la vida tenerte y amarte". Chloe tiene una amplia sonrisa tatuada en su rostro mientras Inés está gritando como loca y la zarandea sin darle un respiro. Tengo que contenerme para no reírme en medio del concierto.

Le ha llegado. Y si no lo había hecho, Inés se ha ocupado de hacérselo saber.

Cuando suena el ritmo de Por eso vine de Paulo Londra, estoy más relajado, puedo cantar dándolo todo. Me importa más que le llegue esta canción. Quiero que sepa que voy a hacerla feliz, que quiero que vuelva a ser la Chloe que conocí: libre para ser y hacer lo que le dé la gana.

Me dijeron que te vieron mal

Que ya ni siquiera hablas igual

Tu mirada apagada

Ya no se ve como ante', ma'

Ya no baila' como ante', ma'

Ya no ríe' como ante', ma'

Pero ya no, ya no puedo

Eso va a terminar

Por eso vine como director de cine

A decir que cambia tu rol

Y que a ese libreto mejor que lo tires

Mientras canto intento mantener el contacto visual con ella el máximo tiempo posible:

Porque vine pa'l rescate

Como un soldado pal' combate

Como Superman para salvarte

Te traje helado y chocolate, y una buena charla

Puedo ver a Chloe morderse el labio inferior mientras varias lágrimas ruedan por sus mejillas mientras canto el estribillo. Se lleva las manos a la boca, emocionada, e Inés la abraza mientras me sonríe orgullosa.

Al finalizar el concierto, le guiño un ojo a Chole justo antes de ver cómo Inés se la lleva, seguramente hacia mi camerino, le di pases para que las dejaran pasar. La despedida antes de poder abandonar el escenario se me hace eterna. En cuanto dejamos atrás los focos y las cámaras, salgo corriendo por los pasillos.

—No esperaba que hicieras algo tan increíble —Inés está esperando fuera de la puerta de mi camerino—. Ella no se merecía menos.

—Lo sé —sonrío de oreja a oreja.

Hace un gesto con la cabeza que me indica que Chloe está dentro esperándome.

—No dejaré que nadie entre —me asegura Inés.

Noto que me sudan las manos cuando toco el pomo de la puerta, pero no me da tiempo de ponerme nervioso, Chloe se abalanza sobre mí en cuanto abro la puerta, enredando sus piernas en mi cintura. Tengo que sujetarla de las nalgas mientras me besa con locura e intento cerrar la puerta con el pie para que nadie nos vea.

—Estás loco —dice con lágrimas en los ojos—. ¿Cómo se te ocurre?

—He visto unas veinte películas románticas para coger ideas —bromeo.

Se ríe, y eso es todo lo que necesito.

Nuestros labios se enzarzan en una batalla a la que ninguno quiere poner punto y final. Y entre besos, Chloe susurra:

—Te quiero.

Sus preciosos ojos jade no dejan de mirarme ni un segundo mientras pronuncia esas palabras.

Sonrío como un tonto enamorado contra sus labios.

—Te quiero —saco una pulsera de oro blanco con nuestras iniciales grabadas y la coloco en su muñeca derecha—. ¿Quieres ser mi novia?

Siempre me ha parecido muy ridículo pedirle salir a alguien. Con Chloe no creía que fuera necesario, y más aún a estas alturas de la película, después de haber confesado nuestros sentimientos. Tenía pensado simplemente darle la pulsera, pero me ha salido de forma natural.

Chloe mira la pulsera con un brillo especial en sus ojos.

—¿Acaso alguien podría resistirse a ser la novia de Naim Rodríguez?

Su tono sarcástico me saca una sonrisa y destensa el ambiente.

—Nadie podría —le sigo la broma y me acerco para besarla.

—Claro que quiero ser tu novia —responde justo antes de unir nuestros labios.

Una canción para sanar su corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora