Una canción para sanar su corazón

Capítulo 18

- POV Chloe -

A mi hermana casi se le salen los ojos de las órbitas cuando le cuento que estoy saliendo con Naim. Le muestro la pulsera y suelta el chillido más agudo que haya salido nunca de su boca.

—¿Mi hermana está con un famoso? ¿En qué momento he empezado a pertenecer al guión de un libro romántico de Wattpad?

Pongo los ojos en blanco. Está obsesionada con esa plataforma.

—¿Podrás guardar el secreto?

—Obviamente.

—¿Incluso a Ava?

Achina los ojos a la par que analiza mi pregunta.

—¿Es completamente necesario?

—Lo es, al menos por ahora.

Resopla exasperada.

—Nunca le he privado de un cotilleo, y menos de este tamaño.

—Siempre hay una primera vez —insisto.

La amenazo con la mirada al ver que sigue sin tomarme en serio.

—¿Hasta cuándo tengo que ocultarle semejante cotilleo?

—Si en mi cumpleaños seguimos juntos, le invitaré a celebrarlo con la familia.

—¿Tengo que mantener el pico cerrado durante dos meses?

—Tú puedes, campeona —le doy una palmadita en la espalda—. Piensa en la sorpresa que se llevará cuando le vea entrar por la puerta.

—Quiero algo a cambio —su sonrisa picarona no presagia nada bueno—. Necesito tu moto durante un fin de semana entero, y con el depósito lleno.

Cierro los ojos y asiento mientras me pregunto en qué momento me pareció buena idea contárselo.

Cuando se lo cuento a mis padres la reacción es diferente.

—¿Estás segura de saber dónde te estás metiendo? Es un mundo completamente diferente.

—Le quiero —corto a mi madre —. Sé que será un caos cuando se descubra, pero intentaremos mantenerlo en secreto el máximo de tiempo que sea posible. Lo último que quiero es causaros problemas.

—No nos causas ningún problema —interviene mi padre—. Es tu vida, tienes que pensar en ti. A nosotros los periodistas nos molestarán los primeros días, pero a ti no te dejarán en paz. ¿Has pensado en eso?

—Largo y tendido —digo con sinceridad—. Nunca entenderé esa obsesión de la gente por los famosos, no dejan de ser humanos.

—Los cotilleos mueven el mundo, la prensa rosa se aprovecha de eso para ganar dinero, y los famosos son los que alimentan esa industria.

—Para mí, Naim solo es un chico alegre, atento, que se preocupa por mí y me hace sentir bien conmigo misma. Es todo lo que necesito ahora —admito.

Mi padre sonríe orgulloso, pero mi madre sigue teniendo un destello de preocupación en su mirada. Al percatarse de que no podré estar tranquila hasta que mi madre también lo esté, mi padre decide hacer algo.

—¿Por qué no le invitas a cenar un día de estos? Prometemos correr las cortinas, podemos incluso bajar las persianas si es necesario.

Suelto una carcajada.

—Creo que no será necesario.