Capítulo 30

293 28 1
                                    

- POV Naim -

Estoy más nervioso de lo que debería estar. Todo el que me conoce ya sabe quién es Chloe, así que no hay motivo para estar así, pero mi cuerpo no responde a razones. No le he dicho a Chloe nada de lo que planeo hacer, y puede gustarle mucho, o no hacerle ni puñetera gracia.

—¿Seguro que quieres hacer esto? —asiento a la pregunta de Orión, él sonríe—. Bien, pues vamos a hacerlo.

La atmósfera del lugar está cargada de expectación. El espacio se ilumina con luces tenues, varios focos de tonos cálidos bailan sobre las cortinas oscuras que enmarcan el escenario. El murmullo de la multitud, llena de rostros desconocidos exceptuando el de Inés y Chloe, crea una curiosa mezcla de emociones en mi interior. Cada uno de nosotros estamos donde nos corresponde, listos para empezar en cualquier momento.

—¿Preparados para disfrutar de Shooting Star? —grito a modo de presentación.

El público enloquece en un grito unísono.

—No se oye —provoca Silas al público, que estalla en silbidos y aplausos.

A medida que avanza el concierto mis nervios empeoran hasta el punto en que siento el corazón latir desbocado. Ni siquiera en mi primer concierto estuve tan nervioso.

El concierto llega a su fin dos horas después. Aún con el último acorde resonando en el aire puedo apreciar el silencio previo al estallido de un aplauso ensordecedor. Todo parece ir a cámara lenta. Ninguno de mis compañeros se mueven mientras esperan a que me decida a poner en marcha mi plan, eso extraña al público, que nos observa expectantes, deseando que no finalicemos todavía.

—Quiero aprovechar la oportunidad para presentaros a Chloe —la recién nombrada abre los ojos como platos y se queda paralizada.

Después de tres segundos sin reacción alguna por su parte decido bajar del escenario para ir a su encuentro. Su rostro está pálido.

—¿Confías en mí? —ella asiente—. Pues déjate llevar y disfruta. Prometo que no te haré cantar.

—El siguiente tema no es nuestro. Hemos tenido que pedirle al autor que nos ceda la canción un rato —bromea Silas para distraer al público mientras convenzo a Chloe—. Pero os aseguro que por esta chica vale la pena hacer ese papeleo.

Finalmente decide acompañarme en esta locura. No parece dispuesta a soltar mi mano ni un segundo, yo tampoco pienso hacerlo.

El público enloquece al ver cómo deposito un suave beso en su mejilla derecha.

Me giro para hacer entender a mis compañeros que podemos empezar.

Los acordes de Si por mi fuera de Beret resuenan con fuerza e inundan cada rincón del recinto. Sin deshacerme de su agarre, giro levemente para mirar a Chloe a esos preciosos y profundos ojos jade que me vuelven loco.

Hago especial énfasis en la siguiente estrofa, pues me parece que nos representa totalmente:

Yo le dije: "arréglate", sin referirme a la ropa

Y ella me dijo: "no sé, tampoco me veo tan rota"

Yo era tan poco y como ella había tan pocas

Lo más normal que tenía, es que parecía tan loca

Sonríe cuando me escucha cantar, más aún cuando la hago girar sobre sí misma al pronunciar la siguiente estrofa:

Yo era el cantante y ella daba la nota

Me contaba mil historias, pero yo nunca era el prota

Hago ver que me pongo triste mientras pronuncio la última frase, ella me acaricia la mejilla, y no puede evitar reír cuando le devuelvo el gesto.

El público salta enloquecido mientras nos acompañan cantando el estribillo.

La canción se convierte en una especie de lucha entre nuestras miradas por decidir quién siente más por el otro.

No puedo evitar deleitarme con un beso de sus suaves y dulces labios al finalizar la canción, y con ella el concierto. El grito de los fans es ensordecedor, y un estallido de silbidos nos acompaña en nuestra última muestra de cariño en público.

Chloe se ríe de forma nerviosa mientras mira al frente y saluda tímidamente. Silas y Orión no tardan en unirse a nosotros al filo de la superficie. Joe se hace de rogar, pero finalmente aparece para dar un último adiós a todos los que nos han arropado durante estas horas de concierto.

Ya en el camerino Chloe me reprende por no avisar previamente de lo que iba a hacer, pero no puedo tomarla en serio porque no deja de reírse.

—Te lo has pasado genial —la beso.

—Quizá un poco —acaricia mi abdomen bajo la camiseta.

Arqueo una ceja mientras analizo sus gestos. Se muerde el labio inferior mientras acerco mis labios a su clavícula izquierda. Sonrío con picardía antes de dejar un camino de besos húmedos que acaba en su mandíbula, donde me permito añadir un suave mordisco. Un jadeo escapa de su boca mientras enloquece entre mis brazos.

Sujeto sus nalgas mientras enrosca sus piernas alrededor de mi cadera. Sentir su sexo tan cerca del mío provoca una electricidad en mi interior que recorre mis entrañas.

—Naim, necesito sentirte, ahora —me exige.

Sabe cómo deshacerse de mi cordura. Ni siquiera he cerrado la puerta, y no me veo capaz de separarme de ella para hacerlo. A duras penas consigo llegar a alcanzar mi cartera y sacar un preservativo.

Mis manos pasean libremente por su cuerpo desnudo mientras mi boca atrapa uno de sus pechos.

—Te deseo tanto —susurro mientras me deshago de su ropa.

El momento en que me hundo en su interior es indescriptible. Su boca entreabierta me provoca tener que besarla una y otra vez, atrapando cada uno de sus gemidos.

—Naim —susurra al borde del clímax.

Noto sus paredes contraerse a mi alrededor, causando un espasmo en mi interior que desencadena pocos segundos después en mi orgasmo.

Una canción para sanar su corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora