(Escena extra)
MARXEL
Por fin estaba solo, en el silencio reconfortante de los jardines de la Alta Torre y bajo la copa de las ramas de árboles de fresno que me acogían en su sombra. Aunque, me encontraba solo en términos relativos. Tenía la compañía de un soldado rojo que iba siempre detrás de mí, pisándome las suelas de las botas y recorriendo todos los extensos salones de la Alta Torre para poder seguirme.
De vez en cuando, me lanzaba una mirada de lado y rápidamente volvía a tener la mirada fija. Acotaba las órdenes del líder de los soldados rojos, el coronel Wagner, y seguía un estricto protocolo para poder ofrecerme su protección. Aquellos jóvenes militares se preparaban para convertirse en azules, para algún día encontrarse bajo mi propio mandato.
El joven tenía alrededor de dieciséis años, con las cejas gruesas y el cabello recogido en una coleta corta por detrás. No sabía su nombre, casi siempre intercambiábamos los soldados rojos que me escoltaban. Ciertamente, dudaba que el joven rojo podría servir de ayuda en caso de algún rebelde intentara escabullirse dentro de los muros de la Alta Torre y atacarme. Aunque prefería que los azules se encontraran entrenando y preparándose para lo que vendría, que estando aquí de tutela.
Casi todos los elitistas tenían la dicha de formar parte del instituto de Plata. Nos educaban con historias sobre el viejo mundo, la restauración, la enfermedad, las amenazas que rondaban fuera de la capital, y la paz que había traído Prakva sobre todos nosotros. Cuando cumplíamos dieciséis años, debíamos decidir si formar parte de la Academia de los soldados rojos o la escuela de artes y ciencias. Un examen de erudición denotaba nuestro futuro. Independientemente de que, si nos aceptaran las dos áreas, debíamos decidir.
Aunque decidir nunca estaba entre mis opciones, a pesar de haber aprobado el examen de erudición, mi padre me obligó a que formara parte de la Academia de los soldados rojos. Todos los Leví habían ido a la Academia, y había recibido la educación necesaria en la Alta Torre, pero jamás habían tenido la posibilidad de hacer algo más que proteger a Prakva de las amenazas de la frontera, o liderar la nación bajo el voto de los concejos.
En Prakva, existían tres tipos de soldados con sus correspondientes tareas. Los rojos, eran aquellos jóvenes aprendices que formaban parte del cuartel en un rango inferior y Wagner era aquel que dirigía las órdenes y se aseguraban de transferirlos al rango superior. Los azules eran los soldados que habían adquirido la capacidad y edad adecuada para formar parte de las misiones en las afueras de la Alta Torre. Estaban entrenados para aguantar y superar toda clase de desafíos. Luego estaban los soldados negros, los vigilantes, que rodeaban por la ciudad para mantener una seguridad aceptable.
Una vez fui un joven rojo cómo él. Recordé los entrenamientos robustos, los maltratos, y los comentarios desagradables del coronel Wagner que debía tolerar para lograr alcanzar mi puesto. Aparté todos los recuerdos de mí mente antes de que consiguiera afectarme y me concentré en el sonido del agua que caía de la fuente a unos metros de mí.
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Ladrona de Espejos | 1
Fiksi IlmiahTras perder todo lo que amaba, su familia y hogar, Kara hará lo que sea por destruir a la corona. Aún si eso significa robar las identidades y disfrazarse de los rostros de sus enemigos para infiltrarse a la sociedad elitista. Marxel, próximo hered...