La trama sigue a Victoria Walker, una joven luchando contra la esquizofrenia, cuya vida da un giro al desaparecer su padre, el detective Jules Miller. Su familia se muda a Moonlitgh, un pueblo aparentemente tranquilo lleno de secretos oscuros. Victo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"La fantasía es crueldad que ilustra la brutalidad y la violencia de este mundo de manera paradójica"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Esa fría noche de verano me enseñó muchas cosas. Por ejemplo, cuando viajas, o como decía mi tía abuela Maggie, "caminas" entre sueños, debes recordar que estás en un espacio espiritual ajeno, con sus propias reglas que no puedes romper ni resaltar. Es mejor que nadie se dé cuenta de tu presencia.
Desconocemos por completo estas reglas, pero nuestro subconsciente sí las conoce, ya está acostumbrado a caminar por estas tierras desconocidas. Pero, ¿qué pasa si durante nuestro viaje nuestro subconsciente queda al margen y nos volvemos conscientes de lo que está sucediendo? Sería mejor retroceder y despertar lo antes posible para evitar meter la pata.
¿Cómo puedo describir esa sensación? Fue como volar y caer al mismo tiempo, como si cayéramos desde abajo y atravesáramos la tierra. La gravedad parecía invertida y nos sumergimos en un mar de olas turbulentas y rocas. La oscuridad era espesa y melancólica.
De repente, una sensación horrible y espeluznante se apoderó de mí. Escuché a Timothee gritar mi nombre con desesperación. A lo lejos, vi una pequeña luz que se asomaba. Respondí a su llamado y, al acercarme a su embarcación, pregunté por los demás. Timothee parecía nervioso y Liam estaba acurrucado con su chaqueta.
Al ver a Liam tiritando de frío, me acerqué a él para compartir mi calor. A pesar de que yo también temblaba, traté de mantener la calma. Timothee seguía gritando por los demás.
Traté de distraer a Liam de la situación, pero él me respondió con tono molesto que no era un fantasma. Intenté suavizar la situación con una leve sonrisa. Timothee se lamentaba creyendo que sería su culpa si no encontrábamos a los demás, pero yo le aseguré que no era así.
Finalmente, Timothee anunció que veía algo en las rocas. Cuando dirigimos la luz hacia allí, vimos a una mujer con cola de pez junto a un desmayado John.
–¿Eso es...?.– Liam y yo nos quedamos inmutados.
–¡Una sirena de la ciudad perdida de la Atlántida!.– gritó entusiasmado Liam.
