La trama sigue a Victoria Walker, una joven luchando contra la esquizofrenia, cuya vida da un giro al desaparecer su padre, el detective Jules Miller. Su familia se muda a Moonlitgh, un pueblo aparentemente tranquilo lleno de secretos oscuros. Victo...
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"Desde las horas de mi infancia, yo nunca fui como los otros; no vi jamás como otros vieron, no adoré ni odié como todos. En la fuente común, yo nunca bebí mis penas ni mis gozos; y soñé siempre sueños míos, y cuando amé, lo amé yo solo."
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Mis uñas se le hundían a Timothée en su cuello haciendo pequeños fisuras, pero él seguía ahí, mirándome directamente a los ojos, desafiante, con una sonrisa tan despreocupada, a pesar de que le hacía daño. A pesar de que su sangre habían pintando mis uñas de un color carmesí, a pesar de que en su mejillas se le empezaban a notar sus venas y sus ojos las lágrimas que se rehusaba a brotar, no por miedo, sino porque le dolía pero estaba dispuesto a sufrirlo todo por no ceder.
—Vic... —detrás de mí, Liam parecía consumido por un sufrimiento palpable, haciendo que por un instante mi equilibrio flaqueara. — Has dejado que se vaya, ¿verdad? Has permitido su partida... —susurró con un hilo de voz, liberando todo el dolor que guardaba dentro.
A pesar de que seguía de espaldas, con la mirada fija en Timmy, mis manos aflojaron la presión en su cuello.
—¡La has dejado ir y has dejando que me abandone otra vez! —exclamó Liam con desesperación.
—Liam, por favor, ella no es Victoria... nuestra hermana también se ha ido, junto con nuestra madre... —Sophie intentó contener a Liam agarrándolo de los hombros, pero él la apartó bruscamente.
—¡Lo sé! Lo supe en cuanto la vi. A pesar de todo, confié en ella, confié en ti, Vic, y ahora solo me estás demostrando que eres igual que él, que eres exactamente igual que Jules... arrebatándome todo aquello que más quiero...
Inhalé profundamente y cerré los ojos por un instante, liberando la tensión en Timmy, quien cayó desplomado con las manos en el suelo. Me volví hacia Liam.
—¡No te atrevas a tocarlo! —gritó John, intentando intervenir, pero con un movimiento lento de los dedos lo aparté, sin ni siquiera tocarlo y lo presioné contra la pared, silenciándolo con un gesto.
—Liam... —me incliné frente a él para encontrarnos a la misma altura—. Esas palabras no son para ti. —Mi tono carecía de suavidad.
Sin titubear, me abofeteó en la mejilla izquierda, girando mi rostro bruscamente y dejando la impronta de sus dedos marcada junto con sus palabras: "¡Te odio, Victoria Walker!". Luego, salió corriendo escaleras arriba, seguido por Sophie.
