Capítulo 28. Roba almas

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"Los seres humanos a menudo muestran crueldad, a veces demostrando calidez en el mejor de los casos, pero en ocasiones también revelan un comportamiento peor que el de las bestias

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"Los seres humanos a menudo muestran crueldad, a veces demostrando calidez en el mejor de los casos, pero en ocasiones también revelan un comportamiento peor que el de las bestias."

Déjame explicarte el significado de esa frase: "Las personas miserables tienden a buscar compañía en otras igual de miserables"

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Déjame explicarte el significado de esa frase: "Las personas miserables tienden a buscar compañía en otras igual de miserables".

Un fuego ardiente consumía mi interior, clamando por liberarse en una explosión.

Yacía en la cama, observando fijamente el techo, mientras la música sonaba en un suave murmullo. Nunca antes me había percatado del papel tapiz del techo adornado con rosas rojas. Supongo que era del gusto de Esme.

Tocaron dos veces a mi puerta, y tras ella se escuchaba la voz de Sophie pidiendo permiso para entrar. Respondí con un débil "por supuesto".

–¿Otra vez sumida en tus pensamientos, mirando al vacío?.– comentó ella, recostándose en la cama a mi lado. –Son hermosas.– agregó, maravillada.

–Estoy de acuerdo.– respondí, girándome hacia ella y abrazándola.

–¿Qué hacen, ratoncitas?.– irrumpió John en la habitación, uniéndose a nosotras en la cama mientras observábamos el techo.

–¿Has vuelto a soñar?.– me preguntó Sophie. Negué con la cabeza.

–Hace tiempo que no duermo. Se siente extraño, no estoy cansada.– dije con indiferencia. –Siento algo, como si estuviera a punto de estallar...

–Te entiendo. A veces también lo siento.– respondió John, aunque claramente no era el mismo tipo de explosión. –¿Qué vamos a hacer con nuestra madre?.– preguntó.

–Encontraremos otra manera, pero haremos algo, te lo aseguro.– repliqué. Me giré hacia él y lo miré directamente a los ojos. –Siento lo de Mindy... sé lo mucho que te importaba.– le dije, tomando su mano.

–No te preocupes. Dejé de quererla cuando me ocultó que mi madre estaba muriendo.– respondió él.

–Victoria, ¿sabes cuánto te quiero, verdad? Y nunca haría nada para lastimarte –murmuró Sophie, apenas audible.

CREATE. El Pantano de los SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora