Rheia
El olor a humedad y musgo fue lo primero que percibí al ingresar por la ruta que me trajeron. Al ser una fosa, conecta internamente con algún río en alguna parte, lo que le da la vegetación y evita que sea solo un paisaje de rocas desérticas. Me debieron traer cerca de ese río, en algún punto entre las entradas de piedra camufladas. Fueron dos vueltas a la derecha y luego siguieron de frente, donde el olor del lugar cambió drásticamente. Supongo que ya estábamos en la parte donde nos dejaron, ya que el aire se volvía más rocoso y la sangre humana se hacía más presente.
Seguí el rastro, obligando a mi cuerpo a moverse. Aún estaba algo entumecido, me sentía pesado, y trataba de hacer que mi cabeza ignorara el dolor en mis manos y abdomen para concentrarme en recordar y encontrar la salida. Cada respiro dificultaba esa acción por el ardor en mi cuello, las marcas de esas ataduras aún quemaban en mi carne. El recuerdo de todos los humanos y el estado en el que se encontraban solo me impulsaron más. Teníamos que llegar a tiempo para ayudar a Dave, Lizzie y Gwen. También tenía que informar a Zikhan de todo. El peso de lo que iba a cargar en cuanto saliera de ese lugar era estremecedor.
¿Cómo no podría dudar una parte de mí si siempre no ha hecho otra cosa más que eso?
Desde que cruzamos las ilusiones de Rithan, el recuerdo de Takhan ha rondado mi mente, las memorias de tantas lunas atrás y, sobre todo, las que siguieron después de su pérdida. En esa ilusión no pude hacer absolutamente nada, tal como ocurrió en la realidad en su momento; solo pude observarlo todo, sintiéndome tan impotente, porque ahora era más fuerte que cuando era solo una cría, y sabía lo que iba a suceder. Mi miedo no era tanto por lo que veía, sino por no poder cambiarlo, aunque fueran solo ilusiones...
Hasta llegué a confundir, por un instante, a ese cazador con mi hermano menor con mi cuerpo sumergiéndose cada vez más en el agua. Creí estar tomando su mano en vez de la de otro Naga, y la desilusión de la realidad fue otro golpe que me golpeó fuerte, uno que me empujó aún más a concentrarme en ser fuerte, para proteger a todos. Un golpe de doble filo, porque me lastimó una vez más, pero también me recordó algo importante: no quiero volver a sentir ese dolor con los seres que me importan.
No lograría nada dudando de mí misma; en estos momentos, la única opción que me queda es salvar a todos con la misión que tengo, o moriremos. No hay más opciones que elegir la única que tiene la posibilidad de mantenernos con vida. El destino es tan cruel, otra vez obligándome a escoger la opción que no tiene salida. Antes, mi elección era desaparecer de este mundo junto a Takhan o guardar silencio y vivir con la culpa de todo lo que ocurrió entre mis hermanos. Escogí la segunda, mi única opción para causarme dolor a mí misma y no a los demás.
Si tan solo pudiera ver a mi hermano una vez más, le diría que estoy dispuesta a mirar nuevamente a los ojos de cualquier criatura que se me atraviese y no agachar la mirada por vergüenza, para que no noten las pesadillas que tiemblan en mis ojos. Por primera vez, siento que mi debilidad es lo menos importante, que pasa a segundo plano cuando se trata de cumplir la función que tengo en todo esto. Siento un revoltijo de emociones ahora mismo: miedo, anticipación, rencor, decisión... las únicas que predominan en mí son las que importan ahora, y no dan cabida a otras que pensaba que serían las que dominarían siempre.
Estaba convencida de que la salida no estaba lejos, solo me faltaba atravesar el sendero por el que me habían traído. Llegué a un claro, el mismo donde habían arrojado a mi madre y hermanos. La luz provenía de lo alto, iluminando apenas un pequeño rincón entre las sombras que dominaban el lugar abajo. No debía estar tan lejos de donde me trajeron.
Si el lugar estaba camuflado desde el exterior, era evidente que no sería más fácil hallarlo desde dentro, a menos que supieras su ubicación exacta de antemano. Fue entonces cuando escuché un estruendo más allá del sendero que tenía por delante. Me detuve al instante, poniéndome alerta, lista para atacar, aunque mi cuerpo gritó en protesta cuando la herida en mi abdomen se tensó por el movimiento repentino. Sin embargo, mi rostro no reflejaba la más mínima debilidad ante mi posible oponente.
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Renacidos en Orlox
ФэнтезиVarada en un planeta desconocido, infestado con bestias de todo tipo, sin esperanzas y con todos los planes estropeados para sobrevivir. Y, entre esas criaturas, está un Naga... Un hombre mitad serpiente como en la mitología o cualquier fantasía que...