Gwen
Todos estaban desconcertados, incapaces de procesar lo que veían. Pero para mí, las pequeñas pistas acumuladas encajaron una a una hasta darle cierto sentido a la situación.
Rheia no tardó en desplomarse, inconsciente, en los brazos de Irum... No, ahora era Takhan. Su apariencia había cambiado por completo, salvo por el color de sus ojos, que brillaban aún más, salpicados de motas verdosas y rastros dorados como las escamas ahora visibles bajo sus ojos. Era evidente que pertenecía al clan Rho. Su parecido con el regente de aquel clan no dejaba dudas, era su hijo, el de la reina Irix, y el hermano menor de Kaie.
El rey Dreykha aprovechó el desconcierto general para atrapar a Dacaeh y derribarlo antes de que pudiera reaccionar. Su cola se enredó con la de su hijo, inmovilizándolo, mientras que con un brazo le sujetó ambos brazos contra la espalda y con la otra mano le presionó la cabeza contra el suelo. Un siseo bajo de protesta escapó de Dacaeh, pero el agarre de su padre no cedió.
Fue un movimiento rápido y preciso, ejecutado en menos de tres segundos. Sin embargo, la atención de Dreykha, al igual que la de los demás, pronto volvió a un único punto, aún luchando por comprender lo que acababa de ocurrir.
Vi a las dos bestias del Sur caminar sigilosamente cerca de Takhan. Los Sirhem's lo consideraban alguien importante y le estaban prestando su ayuda. Así que siempre se trató de él... No se le había visto desde que era una cría, cuando una bestia lo llevó consigo, quizá guiándolo hasta su guarida en el Sur, y de algún modo podría haberse salvado en el mar.
Como en cualquier lugar, siempre hay algo que desconocemos, y como bien revelaron Rheia y Shaon... Ellos creían que solo había agua y nada más, pero nosotros habíamos visto de primera mano que no era cierto. Incluso ahora, esos dos felinos no eran reales, no en su verdadera forma, pues esa era una habilidad de los Sirhem's. Sirenas de Orlox, en otras palabras, si lo asocio con lo que conocemos hasta cierta parte entre los misterios de la Tierra.
¿Y Takhan...? ¿Podría haber adoptado esa habilidad también? Casi parecía lo mismo que ocurrió bajo tierra con aquella Sirhem, cuyo reflejo era completamente distinto a la forma felina que mostraba su cuerpo físico. Lo único que sabíamos además de eso era que tenían restricciones en el uso de esa ilusión, de ese poder... de su habilidad.
La reina Irix estaba completamente fuera de sí. Por primera vez, vi en ella el destello de una emoción maternal y genuinamente sentimental, en lugar de su habitual estado de alerta y su apariencia dominante en este campo de batalla, que hasta ahora había sido lo correcto en su posición. Pero estaba rota. Parecía desmoronarse y, al mismo tiempo, recomponerse pieza por pieza con cada respiración consciente, su pecho subiendo y bajando cada vez más deprisa con un ligero temblor en sus orejas.
Takhan bajó con cuidado, sosteniendo a Rheia en sus brazos, y la depositó con delicadeza en el suelo antes de quedarse quieto en su sitio. Algo cayó de su armadura, que con un golpe más podría terminar de agrietarse por completo, pero no alcancé a ver qué era exactamente.
Se irguió por completo mientras la reina se acercaba a él con recelo, moviéndose sigilosa y temerosa ante lo que estaba viendo, ante lo que acababa de descubrir. Todos compartían la misma incertidumbre, ansiosos por comprender qué era real y qué no. El regente Terjak, del clan Rho, quien sería el padre de Takhan, también mostraba cierta vacilación ante la escena, debatiéndose entre la alegría y algo más difícil de definir.
Vi a la pantera intercambiar una mirada con la otra felina y, como si terminaran una conversación silenciosa, se alejó del lugar en dirección a los francotiradores. Tal vez podían comunicarse telepáticamente. No me sorprendería, considerando que aquella Sirhem lo había hecho con nosotros bajo tierra.
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Renacidos en Orlox
FantasyVarada en un planeta desconocido, infestado con bestias de todo tipo, sin esperanzas y con todos los planes estropeados para sobrevivir. Y, entre esas criaturas, está un Naga... Un hombre mitad serpiente como en la mitología o cualquier fantasía que...