Capítulo 67

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Rheia

Mantengo la respiración en control para no asfixiarme con el olor a grava y ceniza que crece cada vez más mientras me adentro en cada rincón existente de estas tierras de fuego. El regente Ariks me siguió y coordinamos en separarnos para tener un mayor alcance de búsqueda de Shaon y Dacaeh, misteriosamente solo me encontré con dos Naga's del Oeste por estos lares y los derribé apoyándome de las fuertes llamas a nuestro alrededor para evitar más peleas que me detengan o me hagan ejercer más presión sobre mis heridas. 

No pasó desapercibido aquel acontecimiento, no habían muchos traidores por aquí como para proteger o estar desesperados por encontrar a su falso rey, algo estaba pasando y no nos estábamos enterando. Sería muy positivo e irreal de mi parte asumir que logramos acabar con la gran cantidad del grupo de Naga's que seguían a Dacaeh. Mi mayor prioridad era encontrar a mi hermano, si logró traer a todos los enemigos a este lugar y seguir luchando contra la cabeza principal... no pudo haber sido abatido sin más, confío en su propia fuerza.

Solo cuando pasé a través de un gran espiral compuesto de rocas oscuras es que lo encontré, su silueta haciéndose notar por sus escamas en tonalidades azuladas en medio de tanta oscuridad y naranja rojizo. Noté tres cosas en una secuencia que solo estremeció mis escamas por completo, tras mi breve felicidad por encontrarlo antes de que se esfumara en segundos, primero fue que el lugar estaba desolado. No había rastros de Dacaeh, solo las marcas que dejó en la pelea con Shaon. Segundo, el intenso olor a sangre que cobró sentido con el oscuro y gran charco que se esparcía por debajo de su cuerpo. Tercero y último, aquel charco de sangre provenía de la herida abierta a causa de la falta del brazo izquierdo de mi tercer hermano.

—¡Shaon! —Llamé agobiada por su estado y me posicioné a su lado colocando mis manos en su rostro y pecho para comprobar su respiración.

Sus ojos aún vívidos me miraron con atención y temor bañado de asombro por mi presencia. Sus labios temblaban por tratar de sacar las palabras, no podía moverse, también había perdido demasiada sangre por un buen tiempo y su estado más las marcas de garras en su hombro desgarrado fueron suficientes para entender de que la parálisis de los pétalos de Mordekben estaban en su organismo.

—Tu brazo. —Me lamento realmente desde el fondo de mi pecho al verlo así y apenas logra hacer una leve sonrisa.

—No fui el único... en perder algo en esa pelea —repone con una pizca de orgullo y diciéndome en otras palabras que no me preocupe. Entonces, su mirada se ensombrece y su sonrisa desaparece, la tensión crece en el ambiente—. Tienes que irte... —Su respiración se acelera mientras intenta mantener la cabeza en tierra antes de ceder por completo a la desolación de la inconsciencia por el desgaste de su cuerpo— Él sabe el paradero de Zikhan.

Me quedo congelada por pequeños instantes mientras la información va procesando el peligro de lo que me está advirtiendo con tanto esfuerzo. Mis manos se mantienen en su rostro, está demasiado caliente por haberse sobreexpuesto a las altas temperaturas de estas tierras por más tiempo del debido y espero que lo poco que queda de la frialdad de mis manos calmen esa pesadez. No sé qué decir, solo cruza por mi cabeza el hecho de que tengo que sacarlo de aquí y me apresuro en apoyarlo en mi hombro para llevarlo afuera de este campo antes de idear algo para alertar de la situación a todos.

—Una cría pequeña del clan Sigma... —Continúa sin evitar el gesto de dolor y la pesadez de sus párpados por rendirse en seguir despierto por más tiempo, pero no lo interrumpo en su intento de explicarme la situación y me concentro en ir a la salida.

Mi cuerpo protesta cuando su peso adicional se adiciona más en la herida de mi cuerpo inferior y siento que vuelvo a sangrar por el ardor que ocasiona cada trayecto que pasa por el suelo rocoso y algunas partes tan calientes por el fuego que me muerdo mi propia lengua para contener cualquier muestra de dolor ante mi hermano, las escamas que fueron arrancadas de mi cola permiten el paso de esas llamas esparcidas por todo el lugar al contactar con mi piel. Pero de todas formas hago lo mejor que puedo para mantener una expresión neutral, no quiero que Shaon se sienta como una carga o se preocupe por mi estado que no ha alcanzado a reparar.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora