XL: El entrometido

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El manto oscuro de la noche se apoderaba de la totalidad del cielo cubriendo hasta el horizonte al pasar de los minutos. Las primeras pinceladas de la Luna se hacían presentes en el estrellado cielo a cada paso que daba el fugitivo hacia el noreste. La zona boscosa al norte de Varnia se extendía por varios kilómetros, aún incluso al paso apresurado del secuestrador, faltaba bastante terreno por recorrer para llegar a su destino.


Inconsciente, Trish era incapaz de ubicarse. El viento golpeaba contra su cuerpo y le era imposible reaccionar. Habían pasado ya un par de horas desde el incidente en la posada y poco a poco la asesina intentaba recuperar el control.

"¿En dónde estoy?", su inconsciente intentaba entrar en razón, "Voy en dirección del viento, ¿o acaso estoy corriendo? ¿De qué estoy corriendo? Escucho el sonido de las hojas, ¿estoy a las afueras de la ciudad? ¿Voy en camino a las montañas de Nuuk? El olor del bosque, no huele a ninguno que hayamos recorrido antes, ¿estoy cerca de mi casa? ¿Es acaso mi padre, o acaso Cole? Dudo que sea el Demonio...", su voz interna intentaba encontrar una respuesta lógica.

"¿Por qué intentas suponer? ¡Levántate!", su voz interna hacía eco en su cabeza. Dentro de su subconsciente, una Trish en la oscuridad miraba a su alrededor buscando el origen de la voz. Al alzar la mirada, encontró una figura humanoide con los brazos cruzados, pero la oscuridad no le permitía ver la identidad de la persona. "¿Literalmente casi logras asesinar a tus compañeros y ahora no puedes despertar de un simple golpe?", decía con un tono furioso y decepcionado, "Enserio que incluso después de tantos años, aún no te entiendo...".

"¿Quién eres?", preguntaba la mujer dubitativa de la identidad de quien le acompañaba.

"¿Acaso importa? Estás en la mitad de la nada sin la menor idea de a donde ir. En vez de estar perdiendo el tiempo con suposiciones y posibles soluciones... ¡Despierta de una vez y averígualo por ti misma, maldita sea!", respondió la voz en su interior.

"¿Eso se puede hacer?", Trish cada vez mas confundida, respondía.

"¿Crees que te estaría diciendo esa opción si no fuera posible? ¡Despierta de una vez!". Trish intentaba darle sentido a lo que la voz mencionaba, mas le parecía ilógico. Sin embargo, al ver a su alrededor, notó que tenía un control total de sí misma en ese espacio.

"¿Qué es este lugar?", preguntó mientras caminaba inspeccionando.

"Es tu subconsciente. Un espacio donde tus pensamientos, memorias e ideas se guardan", respondió la figura, "y por muy extraño que parezca, de alguna manera te lograste materializar aquí."

"¿Por qué puedo moverme?"

"Ese es el punto, no te estás moviendo. Simplemente tienes la idea de que te estás moviendo. Y antes de que preguntes, yo tampoco sé cómo es que entraste.", continuó.

"¿Si logro hacer lo que dices, tendré el control de mi cuerpo?", preguntó la asesina.

"Si logras despertar, ahora también tendrás control total de tu subconsciente. ¡Y ni se te ocurra preguntarme cómo hacerlo! Yo aún no lo logro...", las palabras del acompañante asustaron a la asesina puesto que ahora estaba frente a alguien buscando controlar su cuerpo.

"Tu fuiste quien se apoderó de mí...", Le reclamó la mujer, "¡Tú me pusiste en contra de mis amigos!"

"¿Hablas enserio?", respondió, "Durante todo este tiempo, me he encargado de velar porque las voces, que tú misma creas, se apoderen de tu cuerpo, ¿¡Y me echas la culpa a mí?!". La figura, a pesar de no poder reconocerse, se le podía observar apretando los puños con enojo. "Hmph... Vaya descaro. Además, te escucho muy segura al decir 'Amigos'."

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