Capítulo 21

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Las sombras empezaron a rodearlo, en lo que se iba elevando un poco del suelo. Xichen apretó el agarre de su espada, estaba fuera de alcance de la locura de ese hombre. Volteó un momento hacia ella, y sintió como su corazón se detenía la verla sangrar de nariz, en lo que su mirada cambiaba a una carmesí.

—¿Qué ocurre? —preguntó una y otra vez, pero ella solo negaba con una débil sonrisa, recargándose contra él a falta de sostenerse por el temblor de su cuerpo.

—Espera y verás —señaló hacia donde Wen Ruohan reía, e hizo un chasquido—. Adiós al perro loco.

La energía lo tomó de los pies, regresándolo al suelo de golpe, en lo que enrollaba sus extremidades como si fueran cadenas, los gritos de maldiciones empezaban a llenar el campo de batalla, mientras todo observaban el suceso. Detrás de Wen Ruohan apareció Nie Mingjue, tambaleante alzó su sable con una sonrisa y puso fin a la guerra al cortarle el cuello de aquel hombre.

—Te lo dije.

Wei Ying suspiró y Lan Xichen no perdió tiempo en sostenerla mientras tambaleaba, finalmente cayendo inconsciente en sus brazos. Entonces los gritos de victoria llenaron el campo de batalla, mientras que los Wen restantes, cayeron de rodillas dándose por vencido.

Xichen no dudó en correr en busca de ayuda médica para Wei Ying, ignorando las miradas de los presentes, o como su hermano lo seguía de cerca. Sus pensamientos se centraban exclusivamente en la salud y el bienestar de su amada pareja.

Cada paso urgente que daba resonaba con su amor por ella. Cada latido acelerado de su corazón parecía gritar su nombre en silencio, alimentando su impulso por llegar a su lado lo más rápido posible. La imagen de su rostro pálido y frágil se repetía en su mente, impulsándolo a no detenerse por nada.

Cada instante de espera parecía una eternidad. Las imágenes de los momentos compartidos con Wei Ying pasaban por su mente, recordándole lo preciosa que era para él. A medida que se acercaba al lugar donde los médicos estaban atendiendo a los heridos, su corazón latía con una mezcla de angustia y esperanza.

Cada diagnóstico, cada gesto, todo estaba siendo evaluado por sus ojos atentos. No podía evitar sentirse impotente ante la situación, deseando poder hacer más para aliviar el dolor y el sufrimiento que su amada estaba experimentando. Cada vez que Wei Ying hacía algún movimiento o ruido, su corazón saltaba en su pecho, esperando que fuera una señal de que ella estaba despertando y recuperándose, donde no fuera tam grave.

La línea entre su papel como líder y su papel como pareja se desvanecía, ya que en ese momento solo veía a la persona que compartía su vida. Cada latido del corazón de Wei Ying resonaba en el suyo propio, y cada mueca de dolor en su rostro le dolía profundamente.

Mientras Wei Ying descansaba, Xichen permanecía a su lado, con la preocupación pintada en su rostro. Había pasado horas desde que la había llevado a un lugar seguro para que se recuperara, y cada minuto que pasaba se sentía como una eternidad.

El médico miró a Xichen con seriedad antes de hablar—. Su núcleo dorado está fracturado —dijo en tono sombrío—. No es una lesión común, y sanarlo requerirá tiempo y cuidado. Debe permanecer lejos de la energía resentida por un tiempo considerable para permitir que se recupere adecuadamente. Aunque, ya Wen Ruohan esta muerto, lograra recuperarse como se debe.

—Me aseguraré de que así sea.

El hombre hizo una reverencia mientras salía de la carpa, en lo que Xichen en silencio observaba a Wei ying.

Lan Xichen levantó la mirada cuando Lan Wangji entró en la habitación con paso firme y sereno. habló en voz baja pero firme—. Hermanom...

—Wangji... por favor.

Oscuridad entre las nubes Xixianfem!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora