Capítulo 3

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Y aunque quiso tomar en cuenta el regaño de Wen qing, el querer cumplir con su castigo parado de manos le costó que las heridas ya tratadas, se abrieran otra vez.

El recuerdo de como la medico lo atendió, lo hizo comprender un poco más a la joven wuxian. Debía de cuidar la manera en la que se trataba a si mismo dolería mucho más que lo curen.

Cuando Xichen salió de la habitación, habían ya pasado dos días. Wen Qing había sido estricta con mantenerlo en cama hasta se hubiera recuperado por completo. Y aunque aún tuviera una leve cojera en su pierna. Las heridas internas habían sanado por completo gracias a su núcleo dorado.

—Lan-gonzi, ¿Por fin sale del encierro? —escuchó a su lado, por lo que volteó a ver Wei Wuxian, quien, a diferencia de la última vez, utilizaba una túnica de tonos oscuros, su aspecto había mejorado, sus mejillas mantenían un poco más de color, en lo que sonreía hacia él.

—Debo decir la mismo de usted, joven maestra Wei.

Touché, es cierto, Qing-jie no me dejó levantarme de la cama hasta que sanara. Créame cuando le digo que es la mejor, pero aterra lo que hace —murmuró hacia Lan Xichen, quien trato de detener la cercanía repentina de la menor. Además de la regla que en su mente ya se repetía. No hablar a espaldas de los demás.

—¿Salvarte el trasero cada vez que terminas con los intestinos afuera? Claro, es algo por lo que debería cobrarte siempre —escuchó a su lado, como Wen Qing frunció el ceño sin dejar a la joven Wuxian, quien solo se delataba con la expresión de nerviosismo. Lan Xichen solo observó el intercambio entre ellas.

No estaba acostumbrado a que las personas fueran tan expresivas, incluso teniendo como un amigo como Nie Mingjue, quien parecía explotar como la joven Wen, cuando se trataba de Nie Huiasang. Sonrió. Era como verlos a ellos dos, solo que en sus versiones féminas.

—¡Qin-jie!

—Zewu-jun, por lo visto tiene mucha energía, la abuela ha terminado de cocinar. Acompáñeme, y tú, ayuda a a-ning y el tío cuarto con los pacientes que acaban de llegar. Sin quejas.
Lan xichen vio como Wei Wuxian se iba alejando en la dirección contraria a ellos, balbuceando lo mala que era su hermana. Por lo que en silencio lo agradecía, aun no podía dejar por fuera la imagen de antes. No quería reír a costa de recuerdos que podrían enojar a sus salvadoras.

—Espero que Zewu-jun este al tanto de que mi pequeña hermana no puede ser de su interés.

—Disculpe, joven maestra Wen, no creo-

—Solo se lo advierto, ella no. Agradezca solo que por Wuxian está vivo, lo que sea que esté pensando en estos momentos, descártelo. Ella es demasiado joven —continuó Wen Qing, en lo que caminaban sin observarlo, y sin dejar que el futuro Líder la interrumpiera, se detuvo—. Ahora quiero hablarle sobre lo que está ocurriendo fuera de su secta en estos momentos.

Lan Xichen asintió comprensivo, después podía arreglar la imagen que le dejó a la mujer.

—En estos momentos los jóvenes maestros acaban de ser convocados a la secta. Un grupo Nie y Jin llegaron hace poco. La secta Lan se acaba de instalar, solo falta por llegar los de Yummeng Jiang.

—Lo entiendo.

Las posibilidades de que los menores fueran torturados con la falsa excusa de ser reeducados, no era mucho más alta. Lan Xichen negó en su mente. No había una manera de ayudarlos del todo, era casi imposible que no le quitaran su espada, quedarían desprotegidos. Ellos podían ser considerados como un tipo amenaza hacia los demás.

—Zewu-jun, le digo esto, porque Wuxian dice que merece saber la verdad. Tenemos esta situación y no sé qué podrá hace Wen Ruohan contra los jóvenes. Pero, usted ya no puede permanecer aquí, ya puede andar, debe hacerle saber los demás que está vivo.

—Yo diría que permanezca unos días más Qing-jie.

—Wuxian

—Aún no sabemos cómo esta los grupos de búsqueda por el heredero Lan. Así que mantenerlo unos días aquí nos será de ayuda en lo que pensamos en un plan —continuó la menor, acercándose hacia Xichen, tomó su brazo alzándolo—. ¿Qing-jie no conoce sobre la fuerza descomunal de los Lan? Puede ayudar a a-ning o a la abuela.

—Deja de molestar a Zewu-jun —golpeó el brazo de Wei Wuxian, quien se quejó, siendo que golpeaba a una mujer tan débil como ella—. Estaré partiendo ahora al palacio. Wuxian, no cometas una locura por favor.

Wen qing observó a la joven y suspiró, quizás se resignó a lo que fuera a hacer. Wei Wuxian solo sonrió en lo que ella se iba. Lan xichen, quien solo las observó regreso el gesto, sin dejar de pensar en las palabras de la médico. Ciertamente la situación estaba empeorando, ya nada seguía como lo espero días antes.

—Cambie la cara Lan-gonzi, podemos manejar esto. Hemos estado lidiando con la locura de Wen Ruohan desde hace mucho, y el hecho de que ahora este por explotar, no es nada nuevo. Me sorprende que no lo hubiera hecho antes.

—Aunque ahora morirán más inocentes por esto —continuó Xichen, siguiendo con pasos calmados a Wuxian, quien saludó a los jóvenes y ancianos con los que se cruzaba. Y sin dejar de recordar las jóvenes caras de los discípulos que se enfrentaron a las llamas, aquel día.  Ellos podrían morir.

—Esto sonara mal, Lan-gonzi, pero las grandes sectas han dejado que esto ocurra. Poco a poco, dejando que entre las cenizas del clan Wen se fuera acumulado un poder que no detuvieron cuando las sectas menores fueron atacas. ¿Cree usted que ahora será mucho más sencillo de enfrentar?

Wei Wuxian asintió a sus palabras, entrando a una gran casa en donde una anciana mujer le sonrió, sin dudar en abrazarla y estirar un poco sus mejillas, replicando sobre lo poco que esta comía. Lan Xichen solo observó desde la esquina como todo transcurría. Quitando el apellido que portaban y las túnicas con las llamas y el sol, ellos serían personas normales a la vista de los demás. Y lo eran Xichen no lo dudaba, sin embargo, parecían estar condenados a que su apellido fuera una carga cuando todo fuera a estallar.

Vidas inocentes que proteger. Recordó.

—¡Abuela, no me avergüence con Lan-gonzi presente!

—¿Por qué? Mi a-ying no es así, pobre de esta anciana mujer que es olvidada por su nieta cuando llega un invitado tan guapo —dramatizó la anciana mujer, limpiando las invisibles lágrimas de sus mejillas, por lo que Lan Xichen solo sonrió y negó en su dirección.

—No se preocupe por mí, no seré una molestia.

Pero eso no lo ayudo para nada, porque la abuela Wen lo tomó del brazo, y lo sentó frente al comedor—. ¿De qué habla joven maestro? Mi niña me ha dicho que, no comido en orden, y eso está prohibido para mí. Ustedes deben mantenerse saludables, mírese ya pronto debe buscar una familia, no, no...

La anciana mujer se fue balbuceando, mientras que Wei Wuxian solo reía por la expresión sonrojada del mayor, por lo que solo sonrió hacia ella. No estaba acostumbrado a esto, nada de lo que parecía normal para su salvadora, quien parecía disfrutar de la situación, lo era para él.

Sin mucha demora, la anciana se presentó como Wen Minshi, mientras dejaba un poco de sopa de rábanos ignorando la mueca de la más joven, y un poco de arroz para que se alimentara. Wen Minshi se alejó en busca de los demás, dejándolo a ambos solos.

—Entonces, Lan-gonzi, ¿Estaría dispuesto a ayudarme? —preguntó Wei Wuxian, ladeó su cabeza apoyando su rostro sobre la palma de su mano.

—¿En qué podría serle de ayuda, Joven maestra?

La sonrisa de Wei Wuxian creció en lo que se levantó de su asiento y acercó al oído del mayor—. A escabullirnos en la secta Wen.

Oscuridad entre las nubes Xixianfem!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora