Capítulo 6

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La situación parecía estar escalando a ser mucho peor. Los gritos y risas provenientes del centro del lugar no se detenían. Estaban en medio de ese lugar, siendo la ventana quizás la única vía de escape para ellos. Wei ying intercaló su mirada entre las exageradas decoraciones que cubría su posible vida de escape, y luego hasta donde los cuerpos seguían retorciéndose.

Tendría que esperar a que cayeran dormidos como menos, pensó.

No era exactamente como lo había planeado, entrar en ese lugar para verificar que el manejo de guardias no hubiera cambiado en el tiempo que no estuvo.

Pero seguían siendo igual de inútiles pensando con la cabeza equivocada. Wei ying negó para sí misma, bajo la mirada del Lan.

—Creo que tendremos que saltar —murmuró la joven, por lo que Xichen no se sorprendió por su propuesta, podía continuar esperando al momento oportuno para escapar—. Espera-

De repente, cubrió la boca del mayor con su mano, y tomó su mano para que rodear su cintura. Wei Ying se acercó a Xichen y acortó la distancia entre ellos. Xichen se concentró en los ojos grises de Wei Ying, ignorando por completo el sonido de sus propios latidos. Acortó mucho más la distancia, haciéndolo todo más creíble.

De repente, se escuchó la voz de uno de los guardias, quienes se iban acercando, arrastrando las palabras—. Mira~

Los dos se detuvieron en seco, temiendo ser descubiertos, pero el otro guardia respondió con una risa—. Son mangas cortas, todos disfrutan de una u otra manera.

Los guardias retrocedieron riendo, dándoles un respiro. Wei Ying se separó, disculpándose. Xichen la tranquilizó, ella lo había dicho como broma, pero parecía ser lo único que terminó por salvarlos. Ambos suspiraron aliviados, agradecidos de haber evitado ser descubiertos en medio de la fiesta. Xichen ignoraría por completo el latido apresurado de su corazón.

Ambos trataron de no voltear al centro de todo y removieron los adornos, dejando un espacio vacío para que pudieran huir. Primero pasó la joven tomando una de las tantas piezas de oro que aún se encontraban tiradas sobre la madera del adorno.

—No creo que les hagas falta —dijo Wei ying, a la atenta mirada que le daba Xichen, se encogió de hombros, y sonrió al salir.

Xichen negó para sí mismo. Estaba a punto de decirle una de las reglas, el tomar lo que no nos pertenece, pero no logró hacerlo. Las reglas frente a él habían sido rotas una y otra vez, siendo cada una de ellas justificada. Aunque eso sería imposible de explicar para los de su clan.

Que A-zhan no haga esto.

Salió sosteniéndose un momento, antes de impulsarse y caer sobre el suelo de tierra, en donde ella ya lo esperaba. Ambos corrieron tan lejos como podían del ala principal, entre más lejos estuvieran era mejor.

Llegaron hasta la habitación compartida, y Wei ying no dudó en dejar caer sobre la cama.

—Siento que mis ojos han sido maldecidos, LingSu-ge, Muéstrame tu rostro, necesito volver a ser bendecida por los dioses.

—Wuxian ―replicó el mayor, mientras dejaba sobre la puerta el talismán que la menor le había entregado.

—¿Qué? ¿Por qué tan tímido ahora? —preguntó ella, apoyándose sobre sus codos, sonriendo con una inocencia, que lo hizo dudar—. LingSu-ge parece que olvido con quien se besó hace unos segundos atrás.

Las mejillas de Xichen se enrojecieron, en lo que terminaba por sentarse en el borde de la cama. Había que buscar una manera en donde no terminaran por compartir ese estrecho lugar, estaba volviendo a romper otra regla. ¿Qué estaba haciendo? Aparte ella parecía divertirse más al notar sus expresiones. Wei Ying se divertía a base de su vergüenza.

Oscuridad entre las nubes Xixianfem!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora