Capítulo 10

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Entonces, cayó entre los brazos de Lan Xichen mientras los chillidos de la bestia iban descendiendo, Wei ying pudo ver la mueca de preocupación que, hacia el mayor, en lo que se iba alejando de la orilla, podía escucharlo decir que no se durmiera, pero el tacto de él sobre su piel era mucho más cálido de lo normal. Volveré a tener fiebre, pensó, mientras Xichen, terminó por dejarla sobre las hojas que habían amontonado antes.

Wei ying solo pudo sonreír y suspirar por volver a colocarlo en esa situación. Xichen con la mirada cristalizada, mientras se deshacía de sus túnicas exteriores, sin dejarse de disculparse. ¿Terminé peor que antes? Se preguntó, en lo que se estremeció al sentir como la energía entraba a su cuerpo calmando el mareo que sintió y las nauseas que empezaron.

—Te dije que tuvieras cuidado —murmuró Xichen, notando como las vendas sobre el pecho de la chica eran un desastre al estar destruidas, volteó el cuerpo de Wei ying, y notó como de su espalda seguía brotando la sangre, una gran cortada se extendía sobre esta—. Ni siquiera prestaste atención a mis palabras.

—Lo siento, Huan-ge, Xianxian fue descuidada.

Xichen negó, aunque ella no lo vio, en lo que revisaba la profundidad de la herida, suspiró al notar que, aunque no fuera profunda, podría infectarse, y no estaban en el mejor lugar para Wei ying. Limpió con suavidad su alrededor, fue allí que notó otras ligeras marcas sobre su piel, delgadas y largas, mucho más antiguas. ¿Qué había sido de su vida? Pensó Xichen, mordiendo el interior de su mejilla, ¿por qué eso estaba allí? Sin pensarlo mucho, tomó su túnica y la rompió, debía cubrirla como fuera posible.

—Wei ying, debo cubrir la herida de tu espalda —le avisó, pero ella apenas y asintió. Aun así, Xichen la incorporó, en lo que Wei ying se sostenía como podía, levantó un poco sus brazos para darle oportunidad de pasar la tela por su torso desnudo, presionó en la primera dos vueltas sus manos temblaban, hasta la tercera en la que Wei ying jadeó del dolor—. Lo siento, no quise lastimarte.

—Está bien, Huan-ge está siendo mucho más cuidadoso que mi Jiejie.

Aunque eso tampoco tranquilizó al mayor, su promesa se había roto desde el primer momento en el que su piel había sido quemada, la flecha hirió su brazo y ahora esto.

—Tranquilo, no creo que Jiejie te haga algo, aunque no sé que sea de mi —la sintió estremecerse.

Xichen no respondió, en lo que tomó la segunda capa de la túnica, agradeció que los Wen tuvieran que ser tan excéntricos incluso con sus guardias, porque de esa manera ahora podía cubrir a Wei ying, y darle un poco de calor a su frío cuerpo. La envolvió, sin dejar de pasar su energía a ella, estaba pálida y apenas podía permanecer despierta. Xichen dejó que su cabeza descansara sobre su regazo, la escuchó reír suavemente.

—¿Qué ocurre?

—Una vez, Huan-ge, le rogué a un amigo que hiciera esto... él, era tan serio conmigo, y se negó.

—¿Lo hizo? —Wei ying asintió.

—Pero, creo que, en algún punto, en lo que dormía... sí lo hizo, tanto que parecía un sueño, como ahora. A-huan se preocupa mucho por Xianxian. Xianxian no es débil.

Xichen sonrió por su peculiar momento infantil que podía brotar en ella—. Sé que xianxian no es débil, pero este hermano mayor no puede evitar temer que no se cuide.

—Antes no lo hacía... no me importaba hacerlo... siempre encontraba una manera de sobrevivir... Wei Wuxian es difícil de que muera, a-huan, pero, Xianxian tuvo mucha suerte, incluso cuando los perdí a ellos...

—¿A quiénes?

—A mis padres... xianxian apenas los recuerda, pero sé que eran cultivadores los mejores, por lo que sé... pero tuvieron un final al igual que todos... me dejaron solo..., y no pude tampoco escapar de esos otros... solo con ellos fui consciente de quién y qué era —comenzó a divagar la joven—. Sé que las vistes, te dije que las cicatrices no importaban, tengo tantas de ellas... que no cambia nada tener otra. No me casaré... seré tan libre como cualquiera persona..., entonces podré hacer que mis hermanos sean felices, que mi familia lo sea.

Oscuridad entre las nubes Xixianfem!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora