Capítulo 33

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La suave brisa del atardecer acariciaba los jardines de los recesos de la nubes, meciendo las ramas de los árboles y llevando consigo el dulce aroma de las flores. Los últimos rayos dorados del sol bañaban el lugar con su luz cálida y reconfortante.

En una pequeña glorieta rodeada de arbustos de jazmín, Lan Yuan tocaba alegremente su flauta de bambú, dejando que la música fluya libremente de sus dedos. Sus ojos estaban cerrados, completamente entregada a la melodía, mientras sus largos cabellos negros danzaban al ritmo de la brisa.

Cada nota parecía transmitir la alegría desbordante que llenaba su joven corazón. Yuan había heredado el amor por la música de su madre Wei Ying, y se dedicaba a perfeccionar su técnica con entrega y pasión. La flauta se había convertido en una extensión de sí misma, en la forma de dar rienda suelta a todo su mundo interior.

Oculto entre los arbustos cercanos, su hermano Lan Yang la observaba tocar, maravillado por su talento. Aunque de personalidad más seria y metódica, no podía evitar sentirse conmovido por la vitalidad que irradiaba su hermana menor. Ella parecía tener una fuente inagotable de alegría y energía.

De pronto, la bella melodía se vio interrumpida por un grito furioso proveniente del interior del recinto.

—¡Lan yuan! ¡Ven aquí ahora mismo!

Sobresaltada, Yuan guardó rápidamente su flauta entre los pliegues de su túnica y corrió hacia el origen de la voz, seguido por Yang. Al llegar al pasillo principal se encontraron con una escena peculiar: Lan Qiren tenía el rostro enrojecido por la ira, mientras varios mechones de su impecable barba colgaban cortados de manera dispareja.

Frente a él, Wei Ying luchaba por contener la risa, ya su lado Lan Xichen y Wangji observaban la situación con una mezcla de diversión y desconcierto.

—¡Yo no corté su barba! —exclamó Yuan, corriendo a esconderse detrás de su madre.

—Vaya, tío Qiren, veo que decidió probar un nuevo estilo —bromeó Wei Ying—. Muy atrevido de su parte. Yuan le desarrolló una sonrisa traviesa. Amaba compartir estas pequeñas aventuras con su madre, eran un secreto especial entre ellas.

Qiren la fulminó con la mirada.

—¡Esto es obra de alguno de tus revoltosos hijos!

—Quizás fue un espíritu bromista —sugirió Wei Ying, guiñándole un ojo a Yuan.

—O tal vez fue un intento de recordar el pasado, tío —agregó Xichen, conteniendo la risa.

—Hermano, creo que pasar tanto tiempo con Wei Ying está despertando tu lado bromista —señaló Wangji.

Xichen se sonrojó levemente.

—No sé de qué hablas, Wangji. Yo solo...admirarba las nubes.

—Por supuesto, las nubes son muy interesantes —replicó Wangji sin poder evitar una pequeña sonrisa.

—¡Inaceptable! Esto es una burla a las reglas.

—Oh, no se enoje, tío. Le queda muy bien ese nuevo estilo, resalta su lado jovial —continuó Wei Ying.

—¡Wei Wuxian!

—Por lo menos podemos confirmar que eres mi hija —mumuró entre sus hijos, mientras que Lan Qiren parecía que pronto acabaría por desmayarse.

—¡Lan Huan! —gritó Lan Qiren.

—¿Madre dudaba que lo fuera? — preguntó A-Yang con una ceja alzada, a su lado.

Wei Ying rió con suavidad y asintió, disfrutando de la diversión de la situación.

—Sus travesuras pueden ser mejores, que estas —ella se encogió de hombros—, solo que la atraparon demasiado rápido.

Oscuridad entre las nubes Xixianfem!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora