Capítulo 18

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—No importa lo que suceda ahora, a-ning, necesito, no, te ordeno escapar si es necesario. Por favor. La hermana Ling los estará esperando —Wei ying tomó las manos del menor Wen, mientras podía sentir como están temblaban—. Promételo, a-ning, no se queden aquí si la energía resentida empieza a alcanzarlos.  

—Ying-jie-

—Tienen que irse, yo los alcanzaré.

 Wen Ning la miró en silencio unos segundos inseguros de si quiera aceptar su propuesta. Incluso si se lo propuso en su corta estadía, ninguno de los Wen quiso dejarla sola, o ponerla en peligro. Deseaban que ella estuviera bien. La abuela Wen prometió en irse si confirmaba que todo estaría bien. Y aunque mordió su lengua solo pudo asentir con una sonrisa. Ellos estarían bien en esa vida, sin importar el qué.

—Ying-jie, no- no debería salir herida.

 Wei ying sonrió, abrazando a su hermano—. No puedo prometer mucho en una guerra, a-ning, pero... regresaré con ustedes.

Wen ning asintió, en lo que su mirada se cristalizaba. Tenía miedo, incluso si deseaba ser mucho más fuerte, sabía que aún le faltaba mucho para eso. Pero, allí estaba su hermana mayor arriesgándose otra vez. Verla entre los brazos de Zewu-jun fue la experiencia que no deseaba volver a experimentar. Quería verla sonreír, fuera de todo lo que pudiera herirla. Quería que fuera feliz. 

—Prometo cuidar- cuidar de nuestra familia. 

Había llegado el momento de marcharse, con A-yang en buenas manos, bajo la promesa de la abuela Wen, mientras que Xichen escuchó más de una amenaza cuando se trataba de Wei ying, pero todos habían coincidido en algo. "Protege a Wei ying". Algo que él no pudo negar, y asintió con una dulce sonrisa al que todos correspondieron.

—Espero que pueda presentarme a su tío, Zewu-jun. No dejaremos ir tan fácilmente a nuestra querida joven maestra —dijo la abuela Wen, sosteniendo a a-yang, quien no dejaba de balbucear enojado por no acompañarlos.

—Créame abuela, Huan-ge ni siquiera va a dudar en presentarme, primero tose sangre el maestro Qiren si supiera como es su sobrino, por mi culpa. 

—A-ying... —suspiró Xichen, en lo que ella se aferró a su brazo, guiñando su ojo—. Cumpliré mi promesa, Abuela Wen.

—Lo sé, cariño.

Ambos partieron con las manos entrelazadas, Wei ying canturreó en el camino, hasta que tuvieron lo suficiente lejos para poder subir a uno de los tantos caballos. Necesitaban pasar desapercibido. Xichen besó la mejilla de la joven, sin apartar la mirada de ella—. Si a a-ying le duele algo, Wen ning me dejó algunas medicinas.

—No puede decir eso con una mirada tan adorable, Huan-ge~ ¡XianXian no es débil! ¡Tampoco puedo morir tan fácilmente!

—No solo se trata de eso, a-ying.

—Tranquilo, Huan-ge, todo estará bien —Lo he prometido antes, y cumpliré. Sonrió hacia él, notando como él solo negó en su dirección sin molestarse, la tomó de la cintura subiéndola sobre el caballo, y subió de igual manera.

—Confío en que cumplirá, a-ying —aumentó la velocidad del caballo.

En lo que fueron avanzando a través del bosque, buscando que de una u otra manera no fueran encontrados por los Wen que patrullaban por el área. Wei ying lo recordaba a la perfección, cada paso que dio por esas áreas con la oscuridad bajo sus pies, experimentando las peores pesadillas que pudieran si quiera pudiera pasar por su mente en los demás. Escuchando los alaridos que pedían un poco de piedad, mientras sus pieles eran arrancadas. 

  Solo pudo sonreír mientras les daba un final. Porque después de todo, ellos seguían siendo hombres que causaban el terror en los más inocentes, y ni siquiera debían de respirar el mismo aire.

Oscuridad entre las nubes Xixianfem!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora