Capítulo 25

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Dejaron a Wen Qing en una posada cercana bajo el cuidado de un discípulo de Nie, mientras se dirigían apresuradamente hacia el clan Jin. Su determinación no disminuía, y a medida que se acercaban, podían escuchar la algarabía de la celebración en curso. A pesar de los discípulos que bloqueaban su camino, Lan Xichen y Nie Mingjue no se detuvieron, avanzando con paso firme hasta el centro de la festividad.

La música y las risas llenaban el aire, pero su presencia no pasó desapercibida. Xichen notó la figura de su tío, Lan Qiren y su hermano, entre la multitud, pero decidió ignorarlo por el momento. Mingjue no mostró ninguna intención de ser discreto, y su determinación era palpable mientras avanzaban hacia el líder Jin.

Sin ceremonias, Mingjue arremetió contra Jin Guangshan, interrumpiendo abruptamente la celebración. Las miradas se posaron sobre ellos, y un murmullo de sorpresa se extendió entre los presentes. Xichen se mantuvo a su lado, sus ojos fijos en el líder Jin, su rostro sereno pero resuelto.

Jin Guangshan, desconcertado, se enfrentó a la furia de Mingjue. Xichen aprovechó la oportunidad para intervenir, su voz firme y decidida.

-Líder Jin, necesitamos respuestas. ¿Dónde están los Wen que fueron convertidos en esclavos?

La pregunta resonó en el aire, y un silencio incómodo descendió sobre la multitud. Antes de que Jin Guangshan pudiera responder, Zixun, el sobrino del líder, intervino con desprecio en su tono.

-No te preocupes, Lan Xichen. Sabemos cómo tratar a los perros como ellos.

Mingjue fulminó a Zixun con la mirada, su enojo apenas contenido. No obstante, fue Xichen quien continuó hablando, su voz más fría de lo usual.

-Hubo un trato con los Wen. ¿Dónde están? -preguntó Xichen, su paciencia comenzando a desgastarse.

La respuesta no llegó inmediatamente. En cambio, el rostro de Jin Guangshan mostró una sonrisa desdeñosa, y Xichen sintió un aumento en su frustración. Lan Qiren, su tío, parecía incómodo con la situación, pero Xichen decidió no prestarle atención.

El desprecio de Zixun se volvió más evidente, y antes de que las cosas se descontrolaran por completo, Xichen actuó. Tomó la muñeca de Zixun con fuerza, aplicando presión mientras amenazaba con romperla si no proporcionaba la respuesta que buscaban. Su enojo estaba en su punto máximo, y no le importaba desafiar a Lan Qiren ni a nadie más en ese momento.

La multitud estaba sorprendida y desconcertada ante la escena.

-El camino Qinqiong. Están en el camino Qinqiong -respondió Jin Zixun, su voz llena de renuencia.

Mingjue tomó el control nuevamente, asegurando que se encargaría de resolver la situación. A pesar de la tensión en el aire, Xichen sabía que habían logrado obtener la información que necesitaban. A pesar de las miradas acusatorias y el descontento de Lan Qiren, o la pregunta en los ojos de su hermano. Xichen solo negó, mientras salía del lugar.

Xichen descendió las escaleras con paso decidido, encontrándose con Wen Qing en el vestíbulo. Los ojos de Xichen se posaron en ella y notó que su aspecto había mejorado significativamente. Su ropa estaba limpia y había una vitalidad en su rostro que antes había estado ausente. Wen Qing parecía haberse recuperado en cierta medida desde la última vez que la vio. Wen Qing le aseguró que ese hombre no la detendría. Xichen la observó, sintiendo una mezcla de preocupación y alivio por su estado.

-¿Estás segura de que estás bien? -preguntó Xichen con voz suave, inspeccionando sus heridas de manera discreta.

Wen Qing asintió-. Quiero ir -Sus ojos reflejaban una mezcla de desesperación y esperanza.

Oscuridad entre las nubes Xixianfem!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora