El azote de un relámpago en el cielo se oyó afuera de la habitación del príncipe Byron ―permaneció inmóvil en medio de su cuarto; le temblaban las manos a los costados de la rabia que le carcomía por dentro; respiración pesada, ojos iracundos―; Adélei se encontraba acostada en su cama, con su pijama de seda azul bebé puesta; ella estaba en posición fetal, chillaba en tono muy bajo, casi para sí misma mientras se masajeaba la barriga.
Sus labios hicieron una mueca de dolor; escapó un sollozo.
―¡Lo siento! ―sollozó con todas sus fuerzas.
Lágrimas brotaron de sus ojos.
―¡Perdóname, Byron, p-perdóname...! ―lloró―; ¡No me odies...!
El príncipe continuó tieso frente a la cama; el rostro tenso y el ardor de la ira dentro de su pecho ―apretó la mandíbula―; los ojos de él estaban tornándose rojizos, como contuviera un llanto también dentro de sí ―dio un breve vistazo al suelo y al resto del cuarto; las fotos de su mujer siendo amordazada y teniendo sexo duro estaban regadas por todo el cuarto; muchas impresiones por doquier―; Adélei meneó la cabeza.
―Qué... vergüenza... amor...
»hipó―: Me doy asco...
―Vergüenza... ―Byron respiró hondo, elevó el mentón―; Vergüenza es chantajear a alguien por lo que le guste en el sexo.
Tragó saliva, caminó hasta estar cerca de su amada; se inclinó hacia ella y le abrazó.
―Tranquila, tranquila...
―B-B-Byron...
»No debes hacer nada...
»Todo esto es mi responsabilidad... yo...
―¡Tonterías! ―se irguió el príncipe―; ¡Tú eres mi mujer, y como tu hombre, tengo todo el deber de ayudarte!
»¡No eres cualquier persona!
»¡Eres mi esposa!
Adélei giró la vista hacia él.
―¡Yo defenderé tu honor! ―frunció el ceño el príncipe.
―¿Qué...?
―¡Voy a arreglar esto! ―él giró hacia la puerta de la habitación. Avanzó.
―¿Qué harás? ―Adélei levantó la espalda de la cama para ver qué iba a hacer ahora.
―¡Esa maldita no tiene ni idea de con quién se mete! ―gritó abriendo la puerta y abandonando el cuarto con pasos firmes y fuertes.
―¡B-Byron! ―Adélei se bajó de la cama al ver que su prometido la dejaría sola.
Le siguió.
―¡Espera!
»¡No hagas una locura!
Byron cruzó al lado de Cayden Cashaw.
―Agárrala ―le señaló a su prometida con índice.
El grandulón asintió y atrapó a Adélei con sus grandes brazos ―ella forcejeó, pataleó; pero el tipo era más fuerte que ella―; El príncipe continuó avanzando a pasos decididos hasta las escaleras para descender al otro piso.
―¡B-Byron! ―chilló Adélei que seguía pataleando para escaparse de los brazos de Cayden Cashaw―; ¡¿Qué es lo qué haráááááás?!
[...]
El príncipe abrió las puertas del dormitorio de las universitarias con una patada ―empapado y lleno de cólera que le hervía por las venas, siguió decidido hasta subir al segundo piso del lugar―; llegó hasta la puerta de mi habitación.

ESTÁS LEYENDO
Sexo Después De Clases
РазноеJuniper Gragner arriesga su vida estable en Manhattan para mudarse a Londres y estudiar en L'Chester UE, una prestigiosa institución que puede abrirle las puertas de su futuro. Pero debido a un robo de sus pertenencias y ahorros queda sin ni un cent...