Coen estaba arrodillado en el suelo, con solo una camisa holgada y grande color negro cubriéndole, él estaba concentrado en la pistola que estaba desarmando, sus suaves manos ya eran expertas en el proceso de desarme, una danza de precisión y cuidado.
—Cocinar en el Loto nocturno… —con un movimiento seguro, extrajo el cargador, asegurándose de que la cámara esté vacía. La seguridad era primordial—, no era solamente lo que hacía…
Jerome alzó las cejas; pestañeó; él estaba agachado frente a Coen, viendo cómo desarmaba el arma.
—El señor dragón quería que todos sus… trabajadores… —activa el seguro y presiona el botón en la parte trasera para liberar la cuña. Era un clic suave pero definitivo, el preludio de lo que está por venir—, estuviesen… preparados para defenderlo en un tiroteo…
Jerome se sentó en el piso; Coen continuó con expresión serena en su angelical rostro.
—Vivíamos con la paranoia de… —bajó el seguro y deslizó la corredera hacia adelante, revelando el resorte y el cañón, los verdaderos trabajadores detrás del poder de la pistola—, de que… algún bando enemigo… entrará al local y…
»colocó el pasador en el resorte y situó el cañón dentro de la corredera. Cada pieza encajaba con la otra como si fueran viejos amigos que se conocen de memoria—: y… nos mataran a todos…
Jerome tragó saliva; Coen soltó un corto suspiro.
—Cuánta ansiedad me provocaba pensar en eso —aseguró de que el resorte esté posicionado correctamente, con la parte más prominente hacia arriba, como si apuntara al cielo buscando aprobación—, pensar que… si cualquiera que no fuera un rostro conocido en el bar… podría ser un enemigo infiltrado…
Volvió a colocar la corredera y la bloquea con la cuña en la segunda muesca. Es un gesto que había realizado antes, pero, ahora, la fuerte motivación de proteger a su amado le daba aún más seguridad y propósito al sostener el arma.
—A mí… se me notaba mucho el miedo.
»No podía trabajar bien en área de la cocina por los nervios…
Baja el seguro y la pistola está lista, tan impecable como la primera vez que la sostuvo en sus manos.
—Li notaba lo ineficiente que era debido a la ansiedad…
»Coen apretó los labios—: me observaba a la distancia… cómo yo… era feliz contigo.
Coen elevó la mirada de sus negros ojos a Jerome; ambos se quedaron viendo uno al otro.
—Eras… mi momento feliz en el trabajo —Coen esbozó una sonrisa rota—; adoraba cuando tú llegabas al bar…
Coen apretó con sus manos el ruedo de su camisa holgada color negro, mostrando un poco sus muslos desnudos y blanquecinos.
Agachó la cabeza; humedeció sus labios frotándolos entre sí.
—Me hacías sonreír… —pestañeó—; Li se dio cuenta de que después de tus visitas… estaba más relajado y era eficiente.
»Por lo que convenció al señor dragón de que me metieran a laborar en la cafetería de L'Chester mientras vendía droga de forma encubierta.
—Y…
—Y aprovechaste para seducirme —esbozó una sonrisa torcida y coqueta Jerome.
Coen elevó tímidamente la mirada; se sonrojó, encogiéndose de hombros.
—Yo solo quería… estar contigo.
»Me hacías tanto bien… —su mirada se entristeció, agachando un poco la cabeza—, y-yo solo quería… hacerte s-sentir… lo que tú me hacías sentir a mí —sollozó.
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Sexo Después De Clases
RandomJuniper Gragner arriesga su vida estable en Manhattan para mudarse a Londres y estudiar en L'Chester UE, una prestigiosa institución que puede abrirle las puertas de su futuro. Pero debido a un robo de sus pertenencias y ahorros queda sin ni un cent...