Capítulo 23

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Disfruten d esa lectura mis lindxs  Makis

Los dos días que siguieron a su encuentro con Sung-woo fueron terriblemente estresantes

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Los dos días que siguieron a su encuentro con Sung-woo fueron terriblemente estresantes. El miedo de toparse con él mientras caminaba ahora era real y no sólo su imaginación como había sucedido cuando se mudoa Busan y después a Seúl.

Odiaba el sentimiento.

Era un adulto, tenía más fuerza y ya no podían amenazarlo con su madre. Pero a pesar de todo ello, ver el rostro del alfa frente a frente lo redujo en segundos a ese adolecente que años tras había estado demasiado asustado por él y su madre. Sólo vio esos ojos crueles que se burlaban de él cuando lloraba y de repente dejó de importar que ya habían pasado años, que él era más grande y tenía más fuerza y que su madre estaba a salvo lejos de las garras del alfa abusivo. Todo dejó de importar.

El miedo lo cubrió como una manta pesada, una que al mismo tiempo bloqueó su sentido de la razón y lo dejó temblando y sin que ningún pensamiento racional atravesara ese espeso sentimiento.

Y los días siguientes no mejoró.

Volvió a temer el cerrar los ojos.

La única manera en que lo logró fue el momento en que Jimin le dio un calmante. Pero estaba siendo vigilado de cerca por sus amigos. Todo el tiempo. Querían asegurar su estado de ánimo y mental,  también proporcionarle ese sentimiento de protección. Poco sabían que eso no servía para alejar los malos sueños. Para apartar lejos esos ojos crueles que veía cada vez que cerraba los ojos con intenciones de dormir.

Solo Jimin se dio cuenta, quizás porque tenía dos días durmiendo en la misma cama, su amigo omega se negaba a que durmiera solo en su departamento y por ello se encontraba en casa de la familia Park. Los padres de Jimin no preguntaron, sólo lo recibieron con los brazos abiertos y lo agradeció profundamente.

Pero nada parecía ser suficiente para que el miedo dejara de formar parte de cada segundo de sus días.

— Otra vez no dormiste. — Jimin lo miraba triste, mordiendo su labio inferior. — Dime que puedo hacer, Tae. Quiero ayudarte y me parte el corazón no poder hacerlo.

Abrazó a su triste amigo, lo presionó fuerte contra su cuerpo llenándose del aroma omega.

— Ya estas haciendo mucho, Minie. Quedándote a mi lado. Las pesadillas no son tu culpa y no puedes decir que no estás haciendo nada cuando me cuidas todo el tiempo. Además de que me estas organizando una fiesta sorpresa para hoy por mi cumpleaños.

Su amigo se sobresaltó en sus brazos mientras él se reía. Cuando se apartó tenía un puchero pronunciado en sus labios.

— No tenias que saber eso.

— Yo no fui quien dejó su celular desbloqueado en la cama con el chat “Fiesta sorpresa de Taehyung” abierto.

— No se suponía que leyeras eso.

𝑴𝒊 𝑩𝒆𝒕𝒂 𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒂𝒅𝒐 | ᴊᴀᴇᴛᴀᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora