Minjae tiene un novio al que le tiene cariño, pero no deja de pensar en la hermosa sonrisa acompañada de una triste mirada que pertenecen a ese hermoso 𝒃𝒆𝒕𝒂...
... Taehyung tuvo una traumática experiencia en su pasado, él no quiere una relación...
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Minjae no dejaba de besarlo y simplemente está fascinado por ello después de meses de estarlo deseando, esperando. Los sonidos de su parte eran tan necesitamos que más tarde probablemente se sonrojarse por recordarlo, pero en ese instante no podía importarle menor porque lo necesitaba, necesitaba esos besos, necesitaba el toque de esas manos sobre su piel. Así que se quedo ahí, dejando que Minjae tomara lo que necesitará de él con ese beso ardiente y sin restricciones. Sus piernas pronto dejarían de sostener su peso, porque ese beso exigente estaba volviendo su cuerpo laxo y a merced de lo que el alfa le quisiera hacer. Minjae mordió su labio posesivamente, obligándolo a gemir, a inclinarse más cerca, a pedir más. Su sangre latía mientras que el menor devoraba su boca con besos hambrientos, ásperos, y aún no podía creer completamente que esto estaba sucediendo, se sentía como el mejor de los sueños.
Pero no era un sueño.
Podía sentir esos dedos fuertes que se enroscaron en su cabello y lo jalaron levemente, lo suficiente como para hacerlo gemir más fuerte, para hacer que sus labios se separaron más y que la lengua ajena invadiera y proclamara el interior de su boca. Sintió perfectamente la excitación de su alfa cuando se acercaron, cuando la dureza inconfundible choco contra su pierna, cuando la suya propia se frotó contra la pierna del contrario.
— Taetae — repetía Minjae con su voz ronca, mientras sus labios descendían para morder el hueso de su mandíbula, con esas manos haciendo su camino por debajo de su ropa, primero subiendo por su columna y después bajando hasta que pudo apartar el borde de su ropa interior y yendo más allá —. Mi Taetae.
Se sintió flotar cuando finalmente se movieron, lo incitó a retroceder hasta que la parte trasera de sus rodillas choco contra el borde de la cama. Aún no se recostaba contra el colchón, le costaba soltar el cuerpo de su alfa, no quería separarse ni un segundo, no cuando el aroma y el calor que desprendía el menor se sentían tan bien. Lo había extrañado tanto, estar así envuelto entre la seguridad de esos brazos.
En realidad protestó cuando Minjae los separó.
Su alfa solo reía por lo bajo cuando lo recostó contra la superficie suave, arrastrándose sobre él, cubriéndolo y marcándolo con besos húmedos que probablemente dejarían marcas en la piel de su cuello y pecho.
Esa idea le encantaba.
Su nombre salió de los labios de su alfa una vez más, pronunciado con reverencia y adoración. Los besos dejaban un camino que erizada su piel cada vez que bajaban un poco más por su pecho y abdomen descubiertos por las manos fuertes que alzaban su ropa.
No se detuvo cuando su pantalón se interpuso, con dedos ágiles desprendió el botón y tomó los bordes de este junto a su ropa interior. Los labios ajenos descendieron junto a con las manos que arrastraban su ropa. Se avergonzó cuando su erección salto ansiosa hasta golpear su abdomen bajo. Minjae dejó un beso sobre esta, sonriendo y mirándolo directamente a los ojos antes de continuar bajando y besando el interior de su muslo izquierdo.
