Arcángel

Sueño o Realidad .4

** Cuenta Mel **

El timbre toco indicando que la escuela por fin había terminado, desde que vi a Nathan en el pasillo ya no me lo había vuelto a encontrar y por alguna extraña razón me sentía... rara, jamas había pasado tanta tiempo sin verlo y sentí un extraño vacío dentro de mi. Realmente creo que tengo una obsesión con Nathan, no es normal y se que si se lo cuento a Jesica, va a decir que estoy enferma de amor.

Después de tomar mis cosas me dirijo a la salida, busque con la mirada a Nathan pero no lo veo por ningún lado, un poco triste ya, camino hacia mi camioneta solo para darme cuenta que alguien me ha hecho el favor de pincharme los neumáticos. Me quedo parada viendo el neumático desinflado antes de que una voz chillona llegara desde la parte de atrás de mi cabeza.

- No te metas con su novio, entiendes?- dice una de las seguidoras de las zorra, la cual tiene un desarmador en las manos y lo agita frente a mi.

- PERO A TI QUE CARAJOS TE PASA!- le grito cuando logro reaccionar - SABES QUE ERES UNA PINCHE LOCA!- le grito aun más fuerte, llamando la atención de varias personas.

- Alejate de su novio o le pasara algo peor a tu carro- me responde ella con un tono de superioridad que hace que las llamas dentro de mi se enciendan y sobrepasen los niveles a los cuales estoy acostumbrada cuanto estoy cerca de alguien tan estúpido como ella pero aun así esta vez lo siento diferente, siento un arrebato de ira y una ganas de golpearla que jamas he sentido.

- Dile a tu estúpida amiga que no lo haré, que si quiero estar cerca de él lo haré y dile que haré lo que se me venga en gana cuando a mi se me plazca- le digo tratando de tranquilizarme y tratando de controlarme cuando veo a los lejos el cabellos cafe de Nathan asomándose entre la multitud, él de alguna manera me trae tranquilidad. Pero como ya dije esta maldita tipa no tiene nada de cerebro y en vez de alejarse me sonríe mientras se acerca a mi coche, no creo que lo vaya a hacer pero cuando la tipa lanza una piedra contra el cristal me pongo como fiera.

- ES QUE ESTAS ESTUPIDA O QUE CARAJOS DE PASA, IMBECIL!- le gretoo mientras mis pies avanzan sin siquiera ordenarselo hacia ella, la veo con la peor mirada que tengo y cierro tanto la mandíbula que es posible que se me quede trabada. Mi cabeza empieza a llenares de formas de matarla o de causarle algún daño y en vez de aterrarme con lo que pienso me produce una grata sensación de poder -MALDITA ZORRA DE MIERDA- alzo la mano para pegarle cuando siento que unos brazos me rodean y no me dejan subir el brazo, me revuelo en ellos tratando de soltarme pero entonces todo empieza a calmarse, mi cuerpo se relaja y me siento mejor.

Cuando me relajo noto el suave aroma y entonces me quedo quieta ya sin tratar de soltarme porque se que Nathan es quien me esta conteniendo, su agarre se afloja, mientras pasa una mano por mi espalda tranquilizándome. Me doy la vuelta y me topo con sus cálidos ojos, cuando regreso la mirada me asombro lo que tengo enfrente de mi, la tipa a la cual estaba apunto de pegarle se encuentra en el suelo, esta echa un ovillo y esta temblando. No entiendo nada de lo que esta pasando, ni siquiera la toque y ella ya esta en el suelo, tanto miedo le abre causado como para causar esa impresión en ella.

Los chicos se aproximan a ella para ver lo que le ha pasado y yo me quedo cerca, cuando la voltean, sus ojos sangran y su boca también, todo se voltean a verme sorprendidos pero la verdad es que no tengo ni una puta idea de lo que acaba de pasar, yo no la toque, nada de nada, ni siquiera un pelo.

Me volteo a ver a Nathan pero descubro que esta también inclinado viendo a la pobre chica tirada en el pavimento, no entiendo nada, mi cabeza empieza a dar de vuelta y busco con la mirada porque siento que alguien en la distancia me observa, un chico de cabello obscuro con ojos igual de obscuros nos esta mirando desde la lejanía. Bueno en realidad solo me esta mirando a mi con una sonrisa de satisfacción y yo no sé que hacer, camino hacia él sin pensarlo, su sonrisa aumenta de tamaño conforme me acerco a él y todo el odio, la ira y el poder que sentía antes vuelven a mi cuerpo como si un rayo me atravesara, estoy a puente de llegar hasta él cuando siento de nuevo la mano de Nathan encima de mi. Me hace voltear y verlo a los ojos, inmediatamente después una luz me ciega y en mi cabeza dos voces discuten dentro de mi pero no logro entender ni una palabra antes de despertar en el salón de clase con Jesica a mi lado y miles de preguntas en mi cabeza.

¿QUE DIABLOS? Pienso cuando el maestro entra por la puerta, pero él no viene solo, un chico alto, con una playera blanca y el mismo rostro que apareció en mis sueños minutos antes entra detrás del profesor.