Cuenta Melliza
Nathan camino justo hacia a mi y siendo sincera me entraron ganas de huir, ahora los papeles habían cambiado y yo era la presa de Nathan. Tomo mi brazo con dureza y me jalo para que caminara junto a él, dejamos a todo el mundo atrás después de unos minutos. Nathan me soltó después de mucho decirle que me estaba lastimando y se asomo por una de las ventanillas de las puertas, no había nadie en ese salón.
- Entra- me ordeno mientras abría la puerta
- ¿Disculpa?- conteste yo
- Que entres Melliza- me grito, por primera vez Nathan me daba miedo pero aun así entre. Nathan entro detrás de mi y cerro la puerta con seguro.
- ¿Me puedes decir qué te sucede?- me grito, se veía claro que lo había molestado
- ¿Por qué me preguntas eso?- le conteste mientras me alejaba un poco de él, me sentía mareada.
- Porque te volviste loca- me grito, Nathan daba de vueltas en el salón, parecía un león encerrado. - La chica que estaba allá afuera, no es la chica que yo conozco, Melliza tu le querías hacer daño-
- ¿ Y por qué no lo haría? Ella siempre me lo ha hecho a mi- le grite con los ojos llenos de lagrimas
- ¿Qué rayos te sucede? Tu no eres así- dijo - pienso que eres mucho mejor persona de lo que demostraste-
- Pues lamento decepcionarte- le dije mientras me sentaba en una banca, no me sentaba porque me sintiera intimidada por Nathan sino porque en serio estaba muy mareada, sentía como la sangre bajaba pero no volvía a subir.
- ¿Qué te sucede?- me pregunto Nathan pero no podía verlo porque mi visión se había tornado borrosa.
- Ya sé, soy de lo peor y no soy lo que esperas- le grite, me agarre a la banca con todas mis fuerzas, ya que sentía que estaba apunto de caer.
- No, hablo en serio. Estas pálida Melliza- dijo, no pude ver que se acerco porque literal no veía nada pero sentía su respiración muy cerca de mi.
- Yo... yo- tuve ganas de vomitar y me levante corriendo al baño, Nathan me siguió y sostuvo mi cabello mientras yo regresaba todo mi desayuno. Todo era normal hasta que empezó a salir sangre de mi garganta, Nathan acariciaba mi espalda mientras yo me desangraba. De pronto, algo más raro salió de mi garganta, algo que definitivamente no pertenecía ni por asomo a mi cuerpo... clavos.
- Nathan...- dije asustada, Nathan me recibió entre sus brazos y los dos nos quedamos impactados con lo que acababa de pasar.
- Tranquila- repetía él, Nathan me saco del baño y llamo a uno de sus amigos.
- ¿Qué sucede Nathan?- dijo Daniel cuando llego, paso su mirada de mi a Nathan y después dirigió su vista a el baño.
- ¿También lo sientes?- le pregunto Nathan a Daniel.
- Si- contesto él mientras se acercaba al baño y luego regresaba conmigo.
- Pensé que me equivocaba- dijo Nathan preocupado.
- ¿Cuándo sucedió?- pregunto
- Hey, chicos estoy aquí- le dije, estaba cansada de que hablaran como si yo no pudiera verlos o escucharlos.
- ¿Puedo revisarte?- me pregunto Daniel
- Depende a que tipo de revisión te refieras- le dije, Daniel abrió los ojos y empezó a reír
- Ya veo porque jamás te has cansado de estar con ella- dijo Daniel entre risas, me impresione y voltee a ver a Nathan que solo carraspeaba la garganta incomodo. - Ya hablando en serio, puede que sientas calor o un poco de dolor pero es necesario- Antes de que pudiera contestar, los ojos de Daniel se pusieron de un azul brillante y un fuerte dolor empezó a arder en todo mi cuerpo. Empece a gritar, ¿en serio dijo que seria un poco de dolor?
- Daniel- le llamo Nathan, se podía escuchar la preocupación que su voz tenía impregnada.
- Lo hago lo más rápido que puedo- contesto Daniel, después de unos minutos todo el dolor empezó a ceder y sus ojos se empezaron a apagar. Me quede sin aliento y sino fuera porque estaba sentada seguramente me hubiera desmayado, Nathan llego a mi lado segundos después de que todo acabara, tomo mi cabeza y la apoyo contra su pecho.
- Tengo una buena y una mala noticia- dijo Daniel mientras se recargaba en la pared. - La buena es que Melliza ya no tiene más clavos adentro o alguna otra cosa rara, la mala es que tenias razón Nathan... Esto es brujería-
- ¿Qué?- pregunte yo - Esto debe ser broma, la brujería es solo un mal chiste-
Nathan y Daniel se me quedaron viendo como una chica ingenua, después me di cuenta que si podían existir los ángeles y los ángeles caídos, porque diablos no iban a existir las brujas. - Claro- dije
- Pero yo que tengo que ver con ellas, vamos solo soy una chica normal- los dos me volvieron a ver como estúpida. - Saben, si no me dicen todo como es que quieren que no digan algo estúpido-
- No le has dicho- se sorprendió Daniel, Nathan solo negó con la cabeza.
- No me has dicho qué Nathan- dije yo
- Melliza, hay cosas que no te he contado porque son difíciles de entender, no estoy hablando de cosas mágicas ni nada, es la verdad, la cruda verdad sobre algo que no entenderás-
- Nathan estoy cansada de que me trates como una niña, dime lo que me tengas que decir- le dije separándome de él.
- No estoy seguro de...- empezó a decir pero Daniel lo interrumpió
- Tiene razón Nathan- me apoyo
- Esto no es a la ligera Daniel, lo sabes- dijo Nathan parándose y recuperando su nerviosismo anterior
- Nathan una vez me dijiste que solo las personas especiales tenían más de un ángel y mucho menos un arcángel, ¿Por qué alguien me embrujo? ¿Por qué hay un ángel caído y que quiere conmigo? ¿Por qué los tengo a ustedes? ¿Por qué te tengo a ti?- le pregunte a Nathan, jamás me di cuenta de lo que podía significar eso, en realidad jamás lo cuestione porque pues yo solo era una chica normal, solo una chica con una vida totalmente normal hasta hace unos días.
ESTÁS LEYENDO
Arcángel
Roman pour AdolescentsYo la protejo desde que tengo memoria, mi trabajo era cuidar de ella desde el momento en que nació pero mis sentimientos sobre pasaron mi trabajo porque estar con ella ya no era un trabajo. Estoy harto de ser solo un ángel para ella, de que ella no...