¿Qué sabes sobre mi? .9.

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No tuve mucho tiempo para entrar en pánico porque minutos después de que latinea se cortara, el timbre sonó. No sabia que hacer, Nathan el chico con el que soñaba desde hace dos años estaba afuera de mi casa pero también estaba esa charla rara que tuvo con Sam. 

** Cuenta Nathan **

Cuando escuche que ella había salido corriendo la seguí, se fue sin siquiera haberse llevado su camioneta. Era un imbécil, como había sido tan descuidado como para dejar que ella escuchara aquello. Tal vez me debí haber mantenido invisible para ella como siempre lo había hecho, la puse en riesgo y ella esta muerta de miedo. No me queda mas que contarle la verdad y esperar que no se vuelva loca, no sé que debo decirle. Tengo un plan pero necesito ser un chico casual, sino, quiero que ella salga corriendo... de nuevo.

-Hola- saludo a la amiga de Mel, con fuerza trato de recordar cual era su nombre pero en serio que con todo este problema mi memoria se ve afectada, creo que es Jesica o tal vez, Sarah?- Jesica- pruebo con ese nombre esperando que ese sea el correcto.

-Hola Nathan- me saluda y doy gracias a Dios de que le haya atinado. Se ve nerviosa, claro... jamas he hablado con esta chica

- Cómo estas?- le digo tratando de ser súper casual pero en vez de eso, ella se saca aun mas de onda. 

- Qué tramas Nathan?- me pregunta de una vez, vaya que esta chica es inteligente, igual que Mel.

- Nada, solo preguntándome como estabas- intento de nuevo pero se que ella ya me ha descubierto- esta bien, has visto a Melliza?- le pregunto por fin, se que no lo ha visto pero necesito una excusa para cuando llegue a su casa sin previo aviso.

- Se fue a su casa- dijo ella examinando mis intenciones con esa pregunta - que quieres con ella, Nathan?- 

- Nada, solo he estado un poco preocupado por ella... digo es mi equipo en Matemáticas y no podría hacer el proyecto sin ella y me preguntaba si tu sabes donde vive?- digo tratando de no hacer parecer otra cosa pero la estrategia no me sale bien y Jesica se molesta.

- Mira Nathan, ella tiene suficientes problemas ahorita como para tus jueguitos. Esa chica es mi mejor amiga, digo, es mi hermana y no voy a dejar que un pendejo como tú la lastime- dice eso y se aleja. Dios por favor, necesito que me ilumines.

-Espera- le digo y la alcanzo rápidamente - En realidad estoy preocupado por ella- admito por fin.

- No te creo- ella responde

- Mira se que soy un imbécil por haberte dicho lo del proyecto pero ella en realidad me preocupa, solo quiero saber como esta y ver si necesita algo- le digo, ella me observa y se que esta tomando una decisión porque detrás de eso ojos verde puedo ver varias ideas pasar - por favor- le suplico

- Esta bien- dice ella y saca un papel de su cartera - Su dirección- dice mientras extiende ese pequeño trozo de papel hacia mi - pero mas te vale que tus intenciones sean buena Nathan- me dice por ultimo y se va caminando de ahí.

Perfecto! tengo la perfecta excusa para llegar a su casa sin que se pregunte como diablos se su dirección, no tardo más y salgo corriendo. No tardo nada en llegar y toco rápidamente su puerta, escucho como su corazón bombea rápido y sus pasos al rededor de la sal decidiendo que va hacer... eso es lo que siempre hace cuando algo le asusta, seguramente va a tomar el perro y así me va a abrir la puerta. Dicho y hecho, Mel abre la puerta poco a poco con el perro en su brazos, se que en este momento esta evaluando la posibilidad de cerrarme la puerta en la cara y encerrarse en su recamara. Aun así lograría entrar pero seria mas divicil de explicar lo que le quiero explicar. 

- Hola- la saludo

Mel: -Hola, que haces aquí?- responde rápidamente

Nathan: - Me preocupabas y entonces decidí que debía pasar a verte, le pedí tu dirección a Jesica- le dije pero esa respuesta no causo ninguna impresión, seguramente Jesica le abra hablado para avisarle que yo venia - Espero que no te importe- le dije sonriendo

Mel: ella tardo un poco en contestar, parecía aturdida y un poco rara pero sabia que eso era mi culpa - Estoy bien, gracias- solo respondió eso.

Nathan: era hora de empezar a hablar - ¿Puedo pasar?- le pregunte 

Mel: Sus ojos se abrieron de par en par, claramente no esperaba que yo le dijera eso, ella pensaba tan rápido que no podía entender nada pero sabia que estaba inventando una excusa para no dejarme pasar - Claro pero mis padres pueden llegar en cualquier momento y no les gusta que haya chicos en mi casa- dijo ella muy feliz por su excusa.

Nathan: Sabia que sus padres no iban a llegar y que su perro no atacaría ni a una mosca porque aunque ella no lo supiera yo siempre había estado con ella -Esta bien, será rápido- dije mientras avanzaba hacia ella, ella se hecho hacia atrás instintivamente y dejo el camino libre para entrar. Con un movimiento rápido cerré la puerta y sin que ella se diera cuenta eche el cerrojo por si intentaba escapar, esperaba que no y que no fuera necesario esa precaución pero mas valía hacerlo.

** Cuenta Mel **

No era momento para entrar en pánico pero lo estaba haciendo, ojalá hubiera inventado una mejor excusa y tal vez Nathan se abría quedado afuera. Él estaba parado a la mitad de mi sala observándome y yo me sentía como un animal pequeño, el cual podía atacar fácilmente. 

- ¿Quieres sentarte?- le pregunte y mi voz tembló un poco cuando lo dije, deje a mi perro en el suelo porque sabia que ese perro no le haría nada si el intentaba algo, así que, mi única forma de sobrevivir era portarme seria y alejar a todos esos pensamientos negativos de mi.

- Gracias- Nathan se sentó y yo me senté lo mas alejada que podía de él. No confiaba el él, ni confiaba en mi misma cuando estoy cerca de él, aunque, en realidad este sentimiento que tenia cuando estaba junto a él me era muy familiar. Nos quedamos en silencio y la tensión me estaba comiendo viva, iba a preguntarle de nuevo el porque estaba aquí cuando él de pronto dijo.

-Tenemos que hablar- 

- De que?- le pregunte deseando que no sacara el tema del pasillo pero desafortunadamente lo hizo.

- De lo que paso en el pasillo- dijo él, sus ojos estaban tan fijos en mi y en mis movimientos que sentía que me empezaba a quemar.

- No sé de que estas hablando- le mentí 

Nathan: - Lo sabes pero primero quiero preguntarte algo, ¿Qué sabes sobre los ángeles?- 




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