Hermanos .6.

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-Vaya...- dijo Jesica después de haberle contado lo que había pasado con él chico nuevo. 

-Si- dije metiendo una papa frita en mi boca.

- Tal vez sea raro pero no puedes negar lo bueno que esta amiga- dijo Jesica mientras veía hacia atrás, me voltee a verlo y me tope con unos ojos tan obscuros que en realidad eran un poco perturbadores. Nuestras miradas se cruzaron y algo dentro mi  empezó a rugir con fuerza, la voz de mi amiga me hizo volver al presente.

- Y no solamente entro él- escuche - Una chica dijo que también un chico con él mismo apellido que este chico llego en segundo año, sabes su apellido?- me pregunto

-Como te digo que lo único que fue donde vive y que ahí hace mucho calor, creo que le caí mal- le dije un poco molesta cuando recordé la actitud de Sam.

- Pues yo creo que no le caes mal porque viene hacia acá- dijo mi amiga volteando se rápidamente. 

Quería voltear y ver si mi amiga estaba en lo cierto o si solamente estaba bromeando pero cuando logre percibir el mismo aroma a roble quemado supe que él estaba muy cerca. Algo dentro de mi me decía que corriera, que ese era el momento de escapar y buscar un lugar seguro pero mis pies no se movían. Mi pulso se acelero cuando Sam tomo asiento junto a mi, voltee a verlo y me tope con su sonrisa de superioridad. Sentí por primera vez una ráfaga de calor intenso que subía por mi todo mi cuerpo y lo más raro no fue eso si no que con el calor llegaba demasiadas emociones que me golpeaban desprevenida. 

- ¿Qué haces aquí?- le pregunte con un tono un poco mas agresivo del que tenia planeado pero me valía, el tipo de había comportado como un idiota y ahora se venia a sentarse conmigo en mi tiempo libre. 

- Tranquila nena- dijo él con su maldita sonrisa - Te vi observándome de lejos y pensé que te gustaría hacerlo de cerca- respondió guiñando me un ojo

- Es difícil no observarte si te paras a mitad de la habitación como si fueras un tipo de dios o algo, creo que tú autoestima esta muy elevada- le respondí, no podía creer de donde salían estas palabras pero había algo en él que me ponía mal.

Mis palabras no lo alteraron ni un poco, en realidad hasta lo hicieron sonreír un poca más - Nena, soy lo contrario a lo que tu podrías llamarle dios pero si, es razonable que me confundas con alguno de ellos. Digamos que si tu me alabaras seria mas divertido que tu desprecio nena- 

- Primero. no me llames nena y Segundo. creo que te has equivocado de chica imbécil, las chicas que caerían con un tipo como tú están del otro lado de la sala así que mejor ya vete- le conteste acercándome a él, había en él una fuerza que me hacías vibrar de dentro hacia afuera, una fuerza que me atraía con fuerza hacia él.

Se acerco un poco más a mi, definitivamente pasando los limites personales de alguien. Me observo detenidamente y después de varios segundos por fin de alejo, no me había dado cuenta que estaba conteniendo la respiración hasta ese momento.

- Me agradas- contesto mientras me robaba una papa de mi plato. 

- Pues tú a mi no- le conteste en un gruñido.

- Pero lo haré- dijo antes de levantarse e irse, lo vi caminar hasta llegar con un chico que jamas había visto por el instituto. Seguramente ese seria su hermano mayor del que todos y en especial todas parecían hablar. Si ese era su hermano seguramente uno de ellos debía de ser adoptado, mientras que Sam tenia los ojos tan obscuros que casi parecían negros, su hermano los tenia de un verde agua, en realidad todo en ellos era distinto y esperaba que su actitud también lo fuera porque mi amiga cayo enamorada de él en ese instante como todas las demás chicas de ahí. 

Cruzaron un par de palabras y entonces su hermano me miro a mi, la misma corriente que había sentido con Sam sucedió con él pero esta era un poco más fuerte y atrayente. Sentí que debía ir con él pero de pronto esa energía que me jalaba se acabo y sus ojos se posaron en algo que al parecer tenia detrás mío. Mi curiosidad gano y me voltee a ver por detrás, Nathan y el grupo de sus amigos entraban por las puertas de la habitación. Nathan iba riéndose pero en el instante que entro a la habitación se puso serio, su cuerpo se tenso y todos sus amigos tuvieron la misma reacción. La mirada que se cruzaron ellos con Sam y su hermano me produjo escalofríos, me hizo pensar que tal vez no eran personas nuevas para todos. 

Me pareció una eternidad el tiempo que transcurrió, hasta que por fin el hermano de Sam soltó una carcajada y se fueron a sentar a una mesa alejada en la esquina de la habitación. Voltee a ver a Nathan pero él ya me estaba viendo, me sonrío y un poco mas calmado pero aun tenso se fue a sentar a la mesa de siempre. 

-Que raro- dije

-¿Cual de todas? ¿tú comportamiento con el hermano de mi próximo novio o que hayan entrado dos chicos extremadamente guapos?- contesto Jesica

- Mi comportamiento esta justificado, el chico es un total y completo idiota- le dije 

- Como si nunca hubieras tratado con uno de ellos... ah no espera, jamas lo has hecho y por primer vez has logrado hablar con uno de ellos- respondió, yo solo me limite a seguir comiendo mis papas. No había nada que decir con respecto a mi comportamiento, Sam me ponía de malas... Sam me hacías desear cosas que no debía hacer.

-Ya que hablas con él, podrías contarle algo de mi para que se lo diga a Jason- dijo ella mientras nos dirigíamos a las gradas, un poco de aire no me vendría mal, aparte durante el receso, Nathan y sus amigos jugaban un partido de basquet. Los únicos que jugaban eran ellos, ya que, parecía que los otros chicos del instituto eran demasiado débiles y lentos como para jugar contra ellos. 

- ¿Quién es Jason?- le pregunte mientras me sentaba en la grada y buscaba con la mirada a Nathan. Ahí estaba... junto a la zorra de Miranda.

- El hermano de tu amigo Sam- me contesto, en ese momento también vi como Miranda le metía a Nathan las manos en la playera. Me recosté en las piernas de Jesica, era demasiado para mi en un día. 

- No es mi amigo Jesica, no debería gustarte su hermano... se ve que es igual que él- le conteste poniendo las manos en mis ojos porque el sol empezaba a quemar mis pupilas. 

- Sabes que eso no es cierto, ya viste a Jason y físicamente con diferentes, tal vez, también lo sean en su forma de ser- dijo ella, mientras jugaba con mi cabello.

- Sabes que eso no tiene sentido, ¿verdad?- dije riendo.

- Lo tiene, tu y yo somos diferentes- dijo ella jalándome un mechón de cabello 

- No eres mi hermana, Jesica- le respondí aun riendo

-Eso me dolió, Mel- dijo ella con un tono mal actuado de tristeza pero poco después comenzó a reír - te quitare de mi testamento- dijo entre risas. Cuando la paz ya empezaba a reinar un escalofrío me recorrió la espalda.

-¿Esta bien?- Pregunto 

- Si, creo que me voy a enfermar todo el día me he sentido muy rara- le respondí aun con la mano tapando mis ojos 

- ¿Oye no me dijiste que solamente los amigos de Nathan jugaban este juego?- me dijo Jesica.

- Si, son los únicos lo bastante fuertes como para aguantar un juego contra Nathan- le dije sonriendo al recordar la imagen de Nathan quitándose la playera después de haber jugado, este chico enserio me traía loca. 

- Pues, al parecer Sam y Jason quieren probar su suerte esta mañana- dijo Jesica.

-De que hablas?- me levante de sus piernas y lo que vi, no me dio buena espina. Sam y Jason se acercaban a Nathan con un balón de basquet, esto no podía ser bueno. 

** Les presento a Jason**








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