Arcángel

Esa es otra historia .30.

Cuenta Melliza

-Tranquilo viejo- respondió Sam pero eso solo lo hizo enojar aun más. Sin detenerse a escuchar explicaciones, Nathan tomo del cuello de su playera y lo lanzo por los aires, haciendo lo chocar con una lampara. Esta se vino abajo, todos los pequeños trozos de cristales cayeron en Sam.

-Nathan- grite horrorizada. Lo tome del brazo para evitar que este se le acercara a Sam, pero mi intento fue inútil y su brazo salió de mi agarre sin problemas. Sam estaba todavía en el suelo (algo aturdido) cuando Nathan llego a su lado, nadie se esperaba que en las condiciones en las que estaba Sam fuera a atacar a Nathan... aún todavía soy un poco ingenua. Sam golpeo la cabeza de Nathan con la tapa de un basurero, Nathan cayo en un sonido sordo.

Corrí y me coloque entre los dos para evitar más problemas, afortunadamente ninguno de los dos estaba tan cegado por la rabia que no le importo que estuviera en medio. Nathan tenia la nariz rota, lo sabia por la cantidad de sangre que tenia en su playera. Sam tenía cortadas por toda la cara y los brazos de los cristales que habían caído de aquella tintinean te lampara, su pecho bajaba y subía de manera violenta. 

- Deténganse- les dije a los dos, Nathan avanzo unos pasos pero puse mi mano en su pecho para evitar que se acercara más a él.

- ¿Qué estas haciendo cerca de ella?- le lanzo Nathan, pasaron algunos segundo antes de que su pregunta cambiara - ¿Tú qué estas haciendo con él? ¿No entiendes que no puedes confiar en él, Melliza?- 

- Sam solo me ayudaba- conteste mientras cruzaba los brazos 

- Si necesitabas ayuda me hubieras hablado a mi- me grito 

- Tú no llegaste cuando dijiste que lo harías, tú no me has contado nada de lo que esta pasando, Sam estaba ahí- le conteste

- ¿¡No le has dicho nada?!- exclamo Sam entre sorprendido y enojado - ¡y tu dices que en quien no puede confiar es en mi!-

- Calla te- le lanzo con furia Nathan.

- ¿De qué esta hablando?- le pregunte a Nathan

-De nada- me respondió

- Nathan no soy estúpida, si tu no me lo dices entonces él si lo hará-  le conteste 

- No es necesario que sepas- me contesto Nathan como un cachorro apachurrado 

- ¿No es necesario? ¿estas bromeando?- lanzo Sam

- Vete de aquí- le grito Nathan, pero esta vez quien se puso a esa idea fui yo

-No, él no se ira- respondí - Esperaba que fueras tu Nathan quien me dijera todo-

- Es por tu bien - me dijo un poco molesto y dolido 

- Yo decido que es mejor para mi y qué no- le conteste, le di la espalda a Nathan y mire directamente a Sam - Es mejor que te vayas Nathan-

- Pero...- empezó a decir 

- No te quiero aquí Nathan- le dije

- No me iré y te dejare sola con él- respondió pero camino un paso hacia atrás

-No deseo que estés aquí- dije un poco más alto y Nathan dio un paso atrás, sabia que estaba mal obligarlo a irse pero si por voluntad propia no se iba, tendría que hacerlo a la fuerza.

- No lo hagas Melliza- me pidió

- Perdón- le dije mirándolo de reojo, todo su cuerpo estaba tenso por tratar de no dar más pasos hacia atrás pero sabia que una vez más y estaría obligado a irse. - Quiero que te alejes de mi Nathan- grite y lo último que sentí de él fue un brisa a la hora de que se alejaba.