Cuéntame .15.

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Habitación de Mel

**Cuenta Mel**

- No quiero hablar de eso- le conteste a Nathan, él negó con la cabeza y se paro.

-Ya me voy- contesto él molesto

-No lo harás... aunque no te vea, tú aquí estarás- le respondí, Nathan se quedo parado como estatua. Se volteo lentamente con una sonrisa en el rostro.

- ¿En serio lo piensas?- pregunto él, me levante y camine hasta estar enfrente de él, tome su mano 

- Nathan, estoy cansada y confundida. No quiero que te vayas porque de alguna manera me haces sentir mejor, no sé que diablos pasa pero contemplar la posibilidad de que exista algo más haya de lo lógico empieza a ser lógico porque nada de lo que hoy ha pasado ha sido... lógico- 

- Entiendo- dijo sonriendo.

- Quédate conmigo esta noche, por favor- le pedí, no podía creer que le estuviera pidiendo a un chico, a Nathan que se quedara conmigo pero lo necesitaba.

- Siempre- respondió, su mano subió por mi brazo hasta llegar a mi rostro produciendo me un escalofrío y entonces me beso.

Al siguiente día desperté en mi cama, desperté totalmente descansada, me voltee y busque a Nathan con la mirada pero él ya no estaba. Me a coste boca arriba en la cama y observe el techo,  lleve mi mano a mis labios, recordé el beso y las mariposas subieron por mi garganta. Una sonrisa inesperada salió de ellos, me sentía estúpidamente feliz. Un ruido en la puerta llamo la atención, Nathan estaba parado en la puerta con ropa nueva y limpia. ¿Me habrá visto hacer eso? me pregunte a mi misma.

- ¿Cómo dormiste?- me pregunto con una sonrisa en su rostro, vaya que despertar y verlo a él era una maravillosa forma de comenzar el día. 

- Perfecto- le dijo sintió un poco de pena al admitir que su compañía me hacia sentir muy feliz. - ¿y tú?-

- Yo no duermo Mel, no lo necesito- me respondió acercando se y sentado se en la orilla de la cama.

-Claro- respondí yo, sabia que este momento iba a llegar y no sabia si quería que llegara.

- ¿Quieres hablar de ello?- me pregunto.

- Yo... si, quiero hablar pero en este momento no porque debemos asistir a clases- le dije mientras me levantaba de la cama pero él me detuvo de la mano.

- Primero. son las once de la mañana, así que, aunque tuviéramos clases hoy ya hubieras llegado tarde. Segundo. Es festivo, la kermés del instituto es hoy- respondió

- Cierto- conteste yo y me metí entre las sabanas de nuevo.

-Entonces hablemos- dijo él - ahora, antes de que pase necesito saber que no me echaras de la casa esta vez- muy serio lo dijo.

- No lo haré- mentí, en realidad no sabias si había mentido... no estaba segura de lo que iba a hacer cuando Nathan soltara todo. 

- ¿Quieres preguntar o te digo lo que sea?- me pregunto 

-Siendo sincera no sé que preguntar- le dije muy sonrojada, me sentía como una virgen en esto.

- Esta bien, solo voy a hablar- me sonrío.

**Cuenta Nathan**

Mel, por fin se había decidido a escucharme y no iba a perder la oportunidad de hablar con ella pero de pronto no sabia que decir. 

-Pues soy un ángel y yo te cuido- le repetí lo que le dije la última vez, ella se quedo sentada moviendo la cabeza como si eso la ayudara a entender.

- ¿Qué más?- dijo, ella me veía con esos dos grandes y hermosos ojos.

- Pues no solo yo te cuido, mis amigos también lo hacen- le dije, en realidad deseaba que no preguntara la razón de porque habían mandado a tantos para cuidarla porque eso ya seria pasar a otro nivel, el cual no estaba seguro del que estuviera lista a pasar.

- ¿Daniel y ellos?- me pregunto sorprendida y yo asentí con la cabeza - Vaya!- exclamo - Soy una de esos casos especiales, verdad?- pregunto, bien eso si podía responderlo sin tener que decirle lo demás. 

-Si, eres uno de ellos- le respondí sin entrar en detalles.

- ¿Osea que estuve en peligro o lo estoy?- y entonces pregunto por lo que más temía, que se suponía que le iba a decir, una cosa es que le dijera que yo era un ángel pero lo que preguntaba era totalmente diferente e impresionante, es más cuando a mi me lo dijeron no lo podía creer porque creíamos que era imposible - No, espera... creo que no lo quiero saber- Uff... pensé 

- Yo no soy un ángel normal, soy un arcángel- le respondí 

- Osea que si soy importante, no?- me respondió riendo, amaba en la forma en que podía hacer todo más fácil, que le encontrara la forma en la que me haga sentir cómodo.

-Demasiado- le respondí, ella paro de reír y sus mejillas se pintaron de un rojo intenso.

- ¿Quieres ir conmigo a la Kermés esta noche?- le pregunte sin pensarlo mucho, era propenso a decir lo primero que pesaba. Ella sonrío, sus ojos se iluminaron pero de un momento a otro se apagaron.

- ¿y tu novia?- me pregunto

- ¿Qué hay con ella?- le pregunte, Miranda era bonita pero egoísta a morir, aparte me ayudaba a mantener alejada a Mel cuando ese era mi plan, ahora ella ya no me sirve pero la chica me quiere, así que, que hay de malo con ella.

- Nada- me pregunto sin ganas, estaba molesta eso era obvio. Entonces entendí a lo que se refería, como decirle que no puedo tener nada con ella, la bese y ahora no podía decirle que no podía.

- Mira Mel, yo sé que...- no me dejo contestar 

- Esta bien Nathan, entiendo- me contesto mientras se bajaba de la cama y pasaba frente a mi.

- No Mel, creo que no entiendes- le dije tomando su mano.

- Nathan estoy bien yo solo...- me dijo apartando su mirada- tengo dos preguntas más Nathan y necesito que seas sincero-

-Si- le conteste 

- ¿Por qué me ignorabas Nathan? y ¿Por qué me besaste?- me pregunto viendo me directamente a los ojos y yo no sabia que contestarle porque en realidad no tenia una respuesta correcta para eso. 










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