Créeme .13.

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 **Cuenta Mel**

Nathan estaba arrodillado junto a mi con un puñal enterrado en su pecho y lo que más le interesaba era que mi cabeza sangraba un poco por el golpe que tuve contra el pavimento. 

-Tienes un cuchillo en el pecho!- le dije horrorizada pero a él no parecía importarle.

- Estoy bien, Mel- dijo él sacando el puñal de su pecho, la mancha de sangre que estaba en su playera ya empezaba a secar. 

-¡No!- le grite recordando un programa de medicina que decía que si sacaban el puñal, la persona se desangraría. De un momento a otro empuje a Nathan al suelo y me coloque encima de él con mis dos manos encima de la herida que se encontraba en su pecho. Nathan me veía mientras trataba de contener una carcajada. 

- Mel, no tengo nada- dijo poniendo sus manos encima de las mías.

- Nathan, yo vi como entro- respondí un poco molesta. Nathan se movió tan rápido que apenas me di cuenta, yo estaba sentada en su regazo con los brazos colgando a los lados con él agarrando me por la cadera. Sin decir nada tomo la parte de abajo de su playera blanca, yo aguante la respiración cuando sus brazos se alzaron y su playera salió disparada por su cabeza hacia el aire. Su torso suave y bien formado quedo al descubierto, me quede sin aire al ver sus increíbles abdominales pero aún más  porque donde estaba segura que el puñal había entrado no había nada, una pequeña mancha rosa rodeada de una mancha de sangre pero no había nada. Sin pensarlo, sin siquiera analizarlo pase mis dedos por su pecho y empece a trazar círculos por todo su pecho. Me detuve cuando me di cuenta que  la respiración de Nathan se había vuelto lenta y pausada, levante la mirada y me tope con que Nathan tenia los ojos cerrados. De pronto los abrió y me miro de una manera que me hizo temblar, sentí la sangre correr más rápido y mis latido acelerarse de manera inmediata.

- Pero tú si lo estas- dijo mientras pasaba las llemas de sus dedos por mi cabeza, de pronto sentí una punzada cuando sus dedos llegaron a la herida. - Lo siento- se disculpo con una sonrisa picara. 

Me di cuenta de que su boca estaba cerca de la mía, sentí su aliento fresco rozar con mis labios, el calor de su aliento me daba ganas de besarlo, Dios como quería besarlo. "Pues hazlo" dijo una voz dentro de mi cabeza segundos antes de que Nathan juntara su boca con la mía. Primero fue un leve tacto entre los dos, apenas sentía su lengua pasar por mis labios pero poco duro lo dulce del beso porque las mordidas, su lengua con la mía, hizo que un beso inocente se volviera una llama que consumía todo por dentro. De pronto algo paso, algo paso de su cuerpo al mío, un rayo de electricidad cruzo su lengua a la mía y se esparció por mi cuerpo haciendo que me separara de él y la magia terminara.

- Vaya- dijo él mientras sacaba el aire con dificultad. Me quede hay sin decir nada, no tenia idea de lo que había sido eso, yo había besado a Nathan y él estaba hay sin playera... Sin playera con una mancha con sangre.

-¿Cómo es posible que no te haya lastimado?- le pregunte sin verlo a los ojos.

- ¿En serio?- dijo él entre una carcajada y un tono molesto

- ¿Qué?- le pregunte

- Nos besamos y tú no dices nada sobre ello pero a ti ¿Qué te pasa?- dijo Nathan 

- Yo...- dije tratando de articular una oración - me siento un poco abrumada, Nathan- le dije diciendo la verdad, admitir que me sentía confundida me daba pena pero no temía ser yo misma cuando estaba con él. Él se me quedo mirando sin saber que contestar, sabia que me estaba evaluando y no sabia si lo que le había dicho lo haría enojar. 

- Claro...- respondió él sin verme en realidad a mi -¿Ya viste tú herida?- 

Lleve mis dedos a mi cabeza buscando la pequeña herida que había estado momentos antes ahí pero al parecer esta había desaparecido. -¿Pero qué diab...- empece a decir pero Nathan cubrió mi boca con sus dedos. 

- Ellos no tienen nada que ver con esto- respondió.

- Nathan, por favor- le dije cansada de que volviera a sacar ese ridículo tema y me levante de su regazo.

- Mel- me dijo levantando se detrás de mi.

- ¿ Por qué sigues con eso, Nathan?- le pregunte algo cansada mientras veía como se ponía de nuevo su playera.

- Mejor, hay que preguntar ¿Por qué tú sigues sin aceptarlo?- me respondió él recargando se en una pared.

- Porque es ridículo, Nathan- le dije observando a los hombres que se encontraban en el suelo.

-Ridículo es que no me creas después de que las pruebas se encuentran a tus pies... literalmente- me respondió mientras se acercaba a mi y señalaba a los hombres del piso.

- Nathan, yo no entiendo como es que pudiste hacer eso, no entiendo como es que te has sanado y menos, como es que me has sanado- dije - sabes lo idiota que se escucha eso- por fin me voltee y lo confronte mientras lo veía a los ojos

-Explica todo eso con una razón lógica y dejare de molestar- me respondió 

- Tal vez... tuviste un arranque de adrenalina- le conteste 

- ¿Cómo es que sane?- me pregunto 

- Pues... el cuchillo no entro- le respondí 

- Melliza, no eres imbécil pero en este momento si parece. Tú viste como el cuchillo atravesó mi pecho, la sangre que ves en mi playera, es mía- 

- Nathan- le pedí suplicando, no quería que siguiera por ese camino porque significaría.. significaría que todo lo que sé, todo mi mundo racional, mi lógica, todo eso no tendría sentido y tenia miedo de perder eso porque todo mi mundo se volvería compilado e irracional.

-No Melliza, acéptalo! Hay cosas que no son lógicas, cosas que no están demostradas pero aquí tienes pruebas. Melliza toca me, no hay una hollo en mi pecho a pesar de que un cuchillo me haya atravesado, crees que un chico normal podrías hacer lo que hice. En serio crees que un chico de mi edad pudiera haber vencido a esto tipos.- 

-Estaban borrachos- contra ataque. 

- Dios! No pensé que fueras tan terca- respondió. Cuando estaba apunto de responder, un ruido se escucho a lo lejos. Nathan se volteo y se puso frente a mi de manera protectora, de entre las sombras se lograba observar tres sombras, tres personas que lograban poner mi piel de gallina.








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