El tiempo paso y se volvió de noche, Mel despertó, todavía lucia triste, se asomó por su puerta para ver si alguien había llegado pero su decepción se hizo mayor cuando se dio cuenta que no había nadie. Regreso a su cama, metiéndose entre las sábanas, no se si fue su mirada perdida, su respiración cortada o la lagrima que se deslizó por su mejilla lo que me hizo darme cuenta de que la quería, la quería y me dolía verla así.
No podía seguir guardando distancia con ella, se lo que eso significa pero se supone que mi deber es protegerla y evitar esto, se que correrá un riesgo Mel pero yo la puedo proteger al fin y al cabo soy su ángel guardián.
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- Mel, corre!- gritó Jesica.
Estábamos en educación física, jugando un poco de todo. Basquet principalmente, yo (después de tantos intentos de quitársela a mi compañero) había logrado conseguir la pelota, corrí primero hacia la canasta del otro equipo pero me di cuenta que nadie me perseguía, empece a caminar y entonces me di cuenta de que teníamos público. Nathan junto con sus amigos vestidos ya para la clase observaban el partido y claro en ese momento me observaban a mi porque yo tenía la pelota.
"Bota"
Lo vi a los ojos.
"Bota"
Sentí como si todo fuera en cámara lenta
"Bota"
"Cuidado Mel" un susurro en mi cabeza
"Bota"
Miranda se metió en mi camino, me quito la pelota y metió canasta, claro no sin antes darme un codazo en mis cotillas y reírse por ello. Me sentía muy avergonzada, esperaba que nadie hubiera notado la razón de mi distracción.
- Atención al juego Melliza- me grito el entrenador, creo tal vez si lo había notado. El entrenador sonó el silbato y el equipo de Nathan entro para remplazar al equipo perdedor, ósea al mío.
Jesica se acerco trotando hasta mi y me dio un codazo amistoso para apoyarme mas que nada, nos sentamos en las gradas mientras que el siguiente partido comenzaba, el entrenador hizo sonar el silbato y un chico llamado Daniel saco la pelota a jugar, era uno de los chicos mas cotizados en el instituto y además era uno de los tres mejores amigos de Nathan, Nathan la tomo y corrió del otro lado sin ningún retraso, ni obstáculo, con unos movimientos ágiles logro meter canasta mas rápido de lo que había tardado el partido en comenzar.
Miranda se acerco y le aplaudió su pequeño logro a Nathan dandole un pequeño y corto beso en los labios, el estomago se me revolvió de solo ver esa imagen.
La clase paso rápido y el entrenador volvió a sonar su silbato indicando el final de nuestra clase, Miranda y el resto de sus aliadas siguieron jugando a aventarse la pelota y Nathan se quedo cerca con sus grupo de amigos viendo esa pequeña actuación. Me levante y empece a caminar a las regaderas, no tenia ganas de soportar aquello. Jesica se quedo unos pasos atrás recogiendo unas cosas.
Escuche botar una vez más la pelota y luego un grito ahogado que parecía venir de la garganta de Jesica, me voltee a ver que es lo que pasaba. Un balón venia a toda velocidad a estrellarse contra mi cara, vi correr a Jesica para detenerlo pero no fue tan rápida y el balón siguió su rumbo.
Sabia que no podía esquivarlo porque la ultima vez que trate de esquivar un balón, además de que el balón impactara contra mi cara y me causara una hemorragia en la nariz también me había caído causándome una pequeña lesión en la muñeca.
Quería cerrar los ojos "como si eso detuviera el impacto contra mi cara" pensé, todo empezó a moverse como en cámara lenta y cuando el balón ya estaba apunto de frenarse con mi rostro. Nathan apareció frente a mi, sus ojos cruzaron con los míos y entonces su cuerpo dio un paso hacia delante como si alguien lo hubiera empujado pero no era alguien si no una pelota asesina.
-Gracias- logre decir.
-Bueno la última vez te fue mal, ademas estoy acostumbrado a que los balones me peguen- respondió Nathan con una sonrisa mientras se encogía de hombros. Me pareció que Nathan iba a decir otra cosa cuando su molesta novia llego a su lado.
- Lo siento Mel, tengo un mal tino- dijo Miranda mientras tomaba el brazo de Nathan - creo que debería enseñarme a tirar, Nath- le dijo moviendo las pestañas de manera exagerada.
Nathan se veía incomodo y también molesto con la presencia de Miranda a su lado - Miranda, creo que mejor deberías alejarte de los balones-
Me pareció gracioso por eso es justo lo que me debería decir a mi, soy como un maldito imán de balones. Cuando Nathan soltó una carcajada me cuestione a mi misma sin saber si lo había dicho en voz alta o si solo había algo que había pensado.
- No es gracioso, Nathan- dijo Miranda con su tono de voz chillón.
- Si, bueno te veo después Mel- dijo Nathan dando se la vuelta mientras que dejaba a su novia hay parada.
- Adiós, zorra- dijo Miranda
- Adios, Anorexica - le conteste
Suspire y empece a caminar, luego me detuve de golpe, Nathan me había protegido con su cuerpo de un balón, si bueno para el no debía ser la gran cosa y no lo era, pero Nathan me había protegido y después de eso había dicho que me vería después... Nathan había dicho mi nombre, Nathan sabia quien era yo!
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Arcángel
Teen FictionYo la protejo desde que tengo memoria, mi trabajo era cuidar de ella desde el momento en que nació pero mis sentimientos sobre pasaron mi trabajo porque estar con ella ya no era un trabajo. Estoy harto de ser solo un ángel para ella, de que ella no...