La prefieres a ella .16.

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Cuenta Mel

- yo...- empezó a decir pero sabia que no tenia una respuesta para eso y que solo estaba inventando una excusa o algo.- Lo siento, no era mi plan confundirte-

Me quede parada viéndolo, ¿no era su plan confundirme?¿para qué diablos me beso?, No sabia que decirle o si debía volver a preguntar, así que solo me quede callada. Camine al baño porque necesitaba una ducha para enteren y procesar todo, pensé por fin tener una oportunidad con Nathan pero ahora me daba cuenta de que estaba equivocada.

Cuando salí de la ducha envuelta en una toalla me encontré con Nathan, quien me esperaba en la orilla de la cama con la mirada perdida en el suelo. Camine y saque mi ropa de un cajón sin prestarle atención, no sabia si estaba moleta o no, era difícil saberlo cuando Nathan estaba presente. 

- No sé porque te bese- susurro, me voltee y me lo quede viendo, él levanto la mirada y repitió- No lo sé y me gustaría saberlo pero Mel... Yo soy un guardián para ti y solo eso... solo eso tengo permitido ser- 

- ¿A qué te refieres con ello?- le pregunte.

- Quisiera explicarte más sobre eso pero... tampoco me lo permiten- me respondió con una sonrisa triste en los labios. No podía creerlo, Nathan complicaba todo siempre... en realidad no pero estaba molesta con él.

- Por favor Mel, lo último que quiero es que te molestes conmigo. Tú eres la chica más increíble y hermosa que he conocido, no quiero complicar las cosas... no quiero perderte y quiero ser tu amigo. Además, tengo novia- me respondió, si tan solo se hubiera quedado en que era especial y no hubiera mencionado a la estúpida de Miranda todo hubiera estado bien.

- ¿Por qué te agrada ella?- le pregunte perpleja de que la haya escogido a ella para ser su novia - Digo, es mala... es una víbora que solo espera el momento adecuado para atacar-

- No la conoces- me respondió, me enfurecía que él la defendiera.

- No me salgas con eso, Nathan- le dije molesta. - Dime que te gusta que sea una egoísta perra y te dejare en paz, pero en realidad no esperaría que tuviera esas expectativas un angel- 

- Y a ti qué te importa lo que haga ella?- me respondió molesto.

- Me importa porque la prefieres a ella- le solté sin pensarlo, inmediatamente me calle cuando escuche lo que había dicho. 

Él se me quedo viendo sorprendido de que lo hubiera dicho, pero por favor era obvio que yo la odiaba por esa razón. Sentí como el color subía por mi torso y llegaba a mis mejillas. 

- Mel- me llamo Nathan.

- Déjalo- respondí dandole la espalda- Voy a ir a la kermés con Jesica, así que ya deberías irte para que me pueda arreglar y tú puedas pasar por tu novia- dije con la ropa en la mano y con dirección al baño. 

- Por favor Mel, tenemos que hablar- escuche que decía. 

- Creo que te veré allá- le respondí antes de cerrar la puerta del baño. 

Espere durante varios minutos a que Nathan se fuera y cuando por fin se me durmieron la piernas por estar sentada en el piso del baño, abrí la puerta. Nathan ya no estaba y la sensación de estar sola amenazaba con regresar, tome mi celular y le escribí a Jesica.

- Jes necesito salir de mi casa, alguna idea?- 11:50 am.

Era verdad, necesitaba sacarlo de mi mente. ¿Cómo es que Nathan quería a esa perra? en realidad esperaba más de un ángel, ¿No se supone que los ángeles están en contra de los pecados?...  Pues Miranda era el anticristo en persona. Mientras que esperaba que Jesica me respondiera examine de nuevo mi armario porque lo que había tomado no conminaba con la actitud que tenia ahora. 

- Tengo la mejor idea! Vayamos a la kermés, me dijeron que después de las 9:00 pm se va a poner buena :)- 11:55 am

La kermés... el lugar que quería evitar, me mire al espejo dudando si en verdad quería seguir con el plan. Conseguir un chico, tal vez no seria lo mejor... pero la imagen de Miranda besando a Nathan me golpeo como un balde de agua fría y me hizo mandar el mensaje que posiblemente me arrepentiría de evitar.

- Te veo allá ;)- 12:00 pm

Saque unos pequeños shorts negros que había olvidado que tenía y una blusa negra que hiciera juego con ellos. Me los puse y me percate de que de unos años para acá había crecido bastante, ya que los short apenas si me cubrían el trasero. Deje mi cabello suelto y me maquille un poco, pinte mis labios de un rojo sangre y me mire al espejo.

- Quieres una perra, tendrás una perra- dije mientras veía mi reflejo



ArcángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora