Las embestidas eran cada vez más fuertes, el chico que las recibía se retorcía de placer, sus gemidos resonaban por toda la habitación, los sonidos del choque corporal llegaban a los oídos de Mark causándole una pequeña sonrisa. Con fuerza tomo la cintura del chico y lo atrajo hacia él, haciendo que su pene se introdujera con brusquedad en el recto del chico, causando que el semen se dispersara por toda la cama.
-¿Cuántas veces ya van? Mi querido conejito.
-No... no... lo sé.
Sin dejar que el chico recuperara la compostura, alzo la parte superior del cuerpo, haciendo que la espalda del chico chocara con su abdomen. En esa posición lo volvió a embestir, las piernas del chico se crisparon, otro chorro salió de su pene. Sin embargo, Mark seguía embistiéndolo.
-E..s...pe...ra ya no pu..e...do más.
Las suplicas del chico no fueron suficiente para detener a Mark, él era como una bestia una vez que lo sueltas no se detendrá hasta que esté completamente satisfecho. El acto continuo hasta el siguiente día, el chico a su lado se encontraba lleno de chupetones y mordeduras. El dejar estas marcas era algo que caracterizaba a Mark. Todas sus parejas sexuales terminaban de igual manera, por eso trataba de cambiarlas continuamente. Los ojos del chico empezaban a abrirse, al ver a Mark a su lado una sonrisa traviesa apareció en su rostro.
-¿Quedaste satisfecho?
-No.
-¿Cómo es posible? Si lo hicimos muchas veces, hasta me desmaye como tres veces.
-Eres un Omega jamás me vas a satisfacer.
-¿De que hablas?
-No necesitas saberlo, ¿Cumplirás con tu palabra?
-Claro, yo siempre cumplo, por cierto, me sorprendió que aceptaras.
-Es un buen trato, no podía desperdiciar la oportunidad.
-Claro, pero no me refiero a eso, pensé que como ya no frecuentabas esos lugares, por fin habías encontrado a alguien que te satisfaga, oh no me digas que es tu prometido.
-Jajaja sabes que no me meto con vírgenes, pero tienes razón encontré algo que me entretenía, en estos momentos ya no lo tengo, aunque ya tengo a su remplazo en la mira sólo es cuestión a que caiga.
-Ohh así que era eso, por eso el gran Mark Skrunch se había alejado de los salones dorados, tengo celos de tu objetivo, pero mientras aún no lo tienes puedo disfrutarte.
El chico estiro su cuerpo para alcanzar los labios de Mark, pero fue detenido.
-Lo siento, pero esto no sucederá otra vez, ya te probé dos veces, no habrá una tercera vez.
Sin esperar reacción del chico se levantó de la cama, se dirigió de la ducha, pero antes de entrar volteo a verlo.
-Más te vale que cuando salga del baño, ya no estés aquí.
El chico lanzo un reproche al aire, Mark sólo sonrío. El agua fría recorría todo su cuerpo, sus músculos se relajaban, un suspiro salió de su boca ya que para Mark el sexo con Omegas no era lo suficientemente bueno para llevarlo al éxtasis y menos si era sexo convencional, él necesitaba sentir la feromona que emanaba un alfa durante el sexo, esas feromonas que lo volvían loco, más cuando estas se encontraban mezcladas con placer y terror. Necesitaba con urgencia conseguir a su nueva presa. Desde que vio al mesero de esa cafetería se le antojo, quería probarlo, encerrarlo en los túneles y no dejarlo ir, hacer que suplique y llore. Al imaginarse esa escena su pene se endureció, una sonrisa se le dibujo en la cara.
Un mes, ese es todo el tiempo que necesito para hacerte mío, Alex. Pensó. Al salir del baño notó que el chico que lo había acompañado en la noche ya no estaba.
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Cautiverio (alfaxalfa)
Lãng mạnMark, alfa dominante, guapo, millonario y exitoso. Alex, alfa promedio y estudiante . La vida tranquila de Alex se ve estropeada por la llegada de Mark. La vida lujuriosa de Mark cambia ante la llegada de Alex. Para uno su encuentro es una maldición...