Han pasado seis días desde que encerró a Alex en el sótano, seis días han pasado desde la última vez que lo vio, el miedo no lo dejaba ir al sótano, miedo de ver el rechazo, el odio o cualquier reacción negativa por parte de Alex. Pero ya era momento de enfrentarlo, tenia que ir hablar con él, explicarle todo, pedirle perdón. Tal vez puedan ser como antes. Simples desconocidos. Para poder iniciar desde cero, eso es lo que más anhelaba.
Mark estaba consciente de que sería imposible tener el perdón de Alex, pero quería intentarlo. Realmente, se arrepentía de todo lo que había hecho. Mientras bajaba por las escaleras iba reflexionando sobre todo lo que había pasado hasta el momento, sin dudar todo esto había acabado de esa manera por su estúpido orgullo y arrogancia. Se preguntaba porque en lugar de acosar y sentir celos enfermizos, no actuó como el adulto que era, aceptando sus sentimientos por Alex cuando empezó a sentirlos. El problema era que como iba a aceptar algo que supo cuando ya era demasiado tarde.
Sin más, llego a la puerta que lo llevaba al laberinto. Camino por los frios pasillos, una sonrisa triste se le dibujo al notar el cambio en sus emociones al pasar por el laberinto, antes caminaba de manera arrogante y ahora en cada paso que daba una incertidumbre le llenaba todo su ser. Que patético pensó auto compadeciéndose. Termino de pasar el laberinto, se encontraba enfrente de la puerta, puerta que lo separaba de la vil realidad que le esperaba. Tomo aire, con cierta duda, desbloqueo la puerta con su mano, esta se abrió lentamente.
Al entrar se encontró con Alex sentado, recargado en la pared con su piernas medias abiertas y estiradas, sus brazos se encontraban caídos a los costados de su cuerpo. Su cabeza estaba hacia abajo. Pero lo fue alzando en cuanto noto la presencia de Mark en el frio cuarto.
Al notar el aspecto lamentable en el que se encontraba Alex, Mark sintió nauseas de si mismo. Se supone que ese chico era la persona que le gustaba, se supone debería hacerlo feliz, pero en su lugar lo atormento lo suficiente como para llevarlo al estado en el que se encontraba.
-Largo.
-Alex, por favor
-Largo.
-Escúchame, yo...
-Te dije que te largaras. Alex alzo su mirada, una llena de odio. Empezó a expulsar feromonas de rechazo combinadas con un ligero toque de odio, sin embargo, estas no surgían efecto en Mark, su lado alfa ya había aceptado las feromonas de Alex.
Al ver que Alex no lo quería ver, decidió retirarse. Al subir a la casa principal se encontró con su madre esperándolo en la sala.
-Hasta que subes, vamos, es hora.
Mark esta desconcertado ante la repentina orden de su madre.
-La boda inicia en una hora, debes estar en la iglesia.
Ante lo dicho por su madre, Mark tuvo una reacción de asombro. –te dije que no me casare-
-Ya es tarde para cancelar, cásate, dame un sucesor y después puedes seguir con tus arrimones con alfas.
-Esta vez no se trata de eso. Yo en verdad lo amo.
Una sonora risa salio de los labios de su madre –tu amar a alguien, lo dudo. Mira hijo seré honesta contigo, tu jamás llegaras amar a alguien y nunca nadie te amara a ti porque eres un ser defectuoso lo supe en el momento en el que vi esos horribles ojos morados, así que haz lo que te digo. No serás feliz, pero cumplirás con tu papel.
-Una vez que te de un sucesor, me puedo divorciar al instante en el que nazca.
-Sí nace un alfa dominante, por supuesto.
Mark le regalo una sonrisa ladina a su madre, y la siguió hasta el lugar de la boda. La ceremonia fue sencilla, la fiesta fue más grande, muchos reporteros y fotógrafos asistieron. En la fiesta se encontraba media industria del país, y la única persona que Mark quería ver, no se encontraba ahí. A las pocas horas, bajo la excusa de la noche de bodas, se retiro de la fiesta junto con Theo.
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Cautiverio (alfaxalfa)
RomansaMark, alfa dominante, guapo, millonario y exitoso. Alex, alfa promedio y estudiante . La vida tranquila de Alex se ve estropeada por la llegada de Mark. La vida lujuriosa de Mark cambia ante la llegada de Alex. Para uno su encuentro es una maldición...