Desolación

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Desolación

Han pasado unas tres horas desde que Mark le dijera todo sobre la rebobinación de la tierra, sin embargo, el tener esa información no había ayudado en nada con los dolores de cabeza que tenía, al contrario, estos aumentaban sentía como su cerebro era machacado, como si una excavadora le rasgara sus paredes cerebrales, era una sensación de desgarro lo que sentía.

Junto a los dolores de cabeza, otra sensación crecía en Alex. Algo aún más peligroso empezaba a crecer en su mente, algo que él nunca pensó en volver a sentir. Aquel sentimiento que había sentido cuando apenas era un preadolescente de doce años. Cuando le dieron la noticia de que ya no podía permanecer en el orfanato. Que ya había rebasado la edad de un Alfa para seguir bajo los cuidados del gobierno, que ya era momento que empezara a valerse por sí mismo. Claro que en ese momento lo acepto, él no podía negarse, después de todo no era una sugerencia si no una orden, orden que debía acatar. Ese sentimiento que tuvo cuando en la primera nevada del año, después de su desalojo del orfanato, aún se encontraba viviendo en las calles con apenas una muda de ropa veraniega, prendas que no le ayudaron para nada durante esos largos y fríos días de invierno. Aquel sentimiento que se apodero de él cuando le llego su primer celo y al despertar lo primero que vio fue las manchas de sangre a su alrededor, su pequeña y desgastada cama sin sabanas, y aún chico cubierto con la delgada sabana, con mordidas y rastros de violencia por todo el cuerpo. No recordaba nada de lo que había pasado aquel día, pero la escena ante sus ojos le decía, de manera clara, lo que había pasado. Su estómago se revolvió al descubrir sus actos, fue directo al pequeño retrete que se encontraba a metro y medio de su cama, vomito todo lo que contenía su estómago, al regresar su vista hacia la cama, vio que el chico ya se había despertado y tocaba con desesperación su cuello, se estaba cerciorando de que su protector estuviera intacto, al sentir la mirada de Alex volteo a verlo, su cuerpo dio un pequeño salto, lagrimas salían de sus ojos junto con las palabras que marcaron la vida de Alex para siempre "Por favor, ya no, ya no me lastimes más, te prometo que no te denunciare aún si lo hiciera no me creerían, espera, no estoy diciendo que haya sido tu culpa de lo que me hiciste, sé que todo fue mi culpa, como omega yo te incite, conozco mi lugar, así que por favor déjame ir, te juro que si me dejas ir no volverás a saber nada de mí, nunca nos volveremos a ver, si algo surge por esto será solo mi responsabilidad. Por favor déjame vivir." Alex no le respondió, dejo que el chico se fuera sin más. Esa fue la primera y última vez que Alex estuvo con un omega. Días más tarde Alex intento encontrar al chico, pero nunca logro localizarlo e incluso ahora no ha podido encontrarlo.

Ese sentimiento que se apodero de él en todas esas ocasiones, volvía e incluso más fuerte. Aquella incertidumbre que sintió al verse desamparado, al no tener un plan de contingencia. La angustia y arrepentimiento que sintió aquel día. Todo tipo de sentir lastimero se estaba acumulando. Por un lado, se encontraba la incertidumbre de que le pasaría, él necesitaba alguien que le dijera "tranquilo nada te pasara, estarás bien". Luego se encontraba la angustia, angustia de perder, de ser reemplazado, de ser absorbido. Y por último se encontraba el arrepentimiento, el arrepentimiento de no haberle dicho a ese omega que él no era culpable de lo sucedido, se arrepentía de no haber actuado antes respecto a la organización, pero de lo que más se arrepentía era de haberse enamorado de Mark. Sí él no hubiera cedido a sus sentimientos nada de lo que se está desarrollando en este momento hubiera pasado. Pero ese no fue el caso, Alex había caído por Mark, como no iba a enamorarse si Mark había hecho un gran papel como su soporte ya que siempre lo mantenía motivado cada que fracasaba en algún plan o sufría algún rechazo. Le había devuelto las energías más de una vez. Tal vez no llevaban mucho tiempo de conocerse, más bien Alex no llevaba mucho tiempo de conocerlo. El lazo que se estaba construyendo entre los dos fue uno difícil de evitar.

Los recuerdos volvieron a invadir su mente. Él no quería esos recuerdos, no los necesitaba. Él estaba bien con lo que tenía ahora. No quería cambiar, no quería desaparecer. La angustia volvió a crecer en su interior.

Los siguientes días fueron tortuosos para Alex, algunos de los vestigios que recibía de sus memorias futuras eran horribles, y no precisamente, porque las haya vivido, sino que él era el que las perpetuaba. Entendía a su Yo de ese momento, Entendía porque hizo lo que hizo, pero no podía perdonarse se supone que él quería marcar una diferencia y el torturar por información no era la manera de hacerlo. Ante estos nuevos recuerdos adquiridos se empezó a cuestionar la existencia de la organización que estaba por crear ya que él había hecho todos y cada uno de los delitos que quiere evitar con ella. Quien era él para castigar a los agresores, quien era él para luchar por igualdad. Cuando al final del día actuó como todos.

Sentía un asco interno hacía el mismo, como había podido caer tan bajo. Ahora entendía porque en los recuerdos de él encerrado en el sótano de Mark se encontraba tranquilo. Lo más seguro era que sintiera que ese era su castigo por todo lo que había hecho bajo el nombre de Kevin, manchando así la memoria de su gran amigo.

Los dolores de cabeza continuaron su curso, Alex había decidido dejar de luchar después de aquellos vestigios, se dejó caer en la cama, y espero a que todo pasara pacientemente. Sin tomar en cuenta los días transcurridos, por su ventana solo se veía pasar las horas, las salidas del sol, la luna iluminando la noche, las estrellas brillando a su máximo esplendor. Su conciencia se fue perdiendo poco a poco en una obscuridad inmersa.

Los rayos del sol entraron como de costumbre por la ventana, filtrándose encada rincón de la habitación, lo pájaros volaban alrededor de la casa haciendo que sus canticos entraran a la habitación por la ventana.

Los ojos de Alex se abrieron lentamente, no movió ni un musculo, todo su cuerpo se sentía pesado. Poco a poco sus ojos se fueron acostumbrando a la luz del sol que entraba por su ventana. Un poco desorientado se sentó, miro a su alrededor, un ligero dolor de cabeza interrumpió su inspección. Busco su celular por sus alrededores, cuando lo encontró noto que estaba descargado, lo puso a cargar. Con pasos pesados bajo a la primera planta pues su estómago rogaba por comida. Al llegar a la cocina abrió su refrigerador, este se encontraba atascado de comida en mal estado. Sin encontrar nada que comer, regreso a su habitación. Se volvió a dormir.

Al despertar, volvió a agarrar su celular, esta vez ya estaba cargado. Miro la fecha, fue, directamente, a su lista de contactos, y llamo a la persona que siempre lograba subirle los ánimos.

-Hola Alex, ¿Cómo estas?

Al escuchar la voz de su amigo unas lágrimas salieron de sus ojos –Hola Kev, estoy... quiero verte.

-Oh amigo, yo igual quiero verte, pero sabes que aún me faltan dos meses de viaje.

-No importa, quiero verte, en donde te encuentras.

-Para tu buena fortuna estoy cerca de ti, me encuentro en el país Solium en la ciudad Silvestre.

-De acuerdo, nos vemos en dos días.

-¿Dos días? Espera amig...

Alex no dejo que Kevin terminara de hablar, finalizo la llamada.

-Muy bien es hora de irse- se dijo a sí mismo.



Nota: Lamento el retraso, espero les guste y que haya podido transmitir bien los sentimientos de Alex. 

Nota 2: A partir de ahora, las actualizaciones serán los días viernes, el próximo capitulo llegara el día 12 de enero 

Gracias por leer, votar y comentar.

Pd: La historia esta entrando a su recta final, si tienen alguna duda respecto a los acontecimientos en la historia hasta este momento, déjemelas en los comentarios y al finalizar la obra hago un sección de preguntas y respuestas. 

Cautiverio (alfaxalfa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora