༺Capitulo dos.༻

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Después de mi casi ataque de pánico los señores que se hacen llamar "padres" entraron para despedirse ya que las visitas familiares habían terminado.

Paso dos días con la misma rutina: me despertaban hacía unos cuantos ejercicios de respiración, desayunaba, los señores Wang venían me contaban unas cuantas anécdotas, se iban, hacía unos ejercicios de memoria, veía la televisión, almorzaba, los señores Wang regresaban y traían consigo unos postres, las enfermeras me hacía chequeos para al final la cena y dormir.

Fueron dos días, pero empezaba a cansarme de estar encerrada, siempre he sido una chica de aire libre y solo moverme por la habitación fue una tortura.

Después de eso el doctor me dio el visto bueno y al fin puede salir de ese lugar que olía a fármacos, alcohol, productos de limpieza y desesperación.

En el trayecto a casa el señor Wang estaba contando cómo es que me había golpeado y casi ahogado, al parecer intente salvar a un niño de que cayera en el río Sena haciendo que yo me llevará la mayor y peor parte.

Mi cerebro se quedó unos segundos intentando recalcular todo lo que escuche hasta que se quedó perdido en algo...

"¿Rio Sena? ¡RIO SENA!"

Mientras estaba en mis cavilaciones los rayos de luz de la mañana empezaron a dispersarse poco a poco debido a una gran sombra que se interponía. Poco a poco levanté mi vista hasta que la majestuosa torre Eiffel apareció en mi periferia, casi igual de hermosa que los panfletos que tenía guardados en mi habitación donde aparecía.

"Al parecer mis esperanzas se hicieron realidad, tal vez es un augurio de que todo saldrá bien"

— Se que sientes el deber de proteger a todos Socqueline, pero a veces tienes que pensar dos veces al actuar, ¿Y si en vez de salvarlo, el niño y tu caían al agua? Se muy bien que tienes el sentimiento del deber, pero hay muchas formas de auxiliar sin ponerte en riesgo, piensa en eso la próxima vez ¿De acuerdo?

La voz del señor Wang me saca de mi ensoñación haciendo que regrese la mirada al frente donde su mirada por el retrovisor me sorprende.

No sabía que responder así que asentí con la cabeza quedándome callada la mayor parte del camino.

Al parecer está chica tenía complejo de súper héroe.

Mi vista regresa a la carretera donde podía ver 7a las personas pasear y realizar sus actividades diarias a lo que mi mente solo se imagina realizando actividades a la luz del día como otra Parisina más a lo que mi estómago siente como unas pequeñas mariposas revolotean solo de pensarlo.

— Sabes Socqueline, nosotros vivimos en un edificio de apartamentos muy bonito... — La señora Wang intenta sacar un poco de plática conmigo.

— No estaría mal tener una nota por si acaso como... — Rebusca en el maletero un lapicero y un block de notas dónde empieza a escribir, después recorta la pequeña hoja y me la entrega.

— Solo por si acaso.

Miro la hoja con detenimiento: "Torre Helsinki, Les Olympiades, Distrito 13, Apartamento 128"

Al parecer era un distrito de 8 torres residenciales en honor a las ciudades que han dado acto los juegos olímpicos.

Si yo vivo en Helsinki debe ser por algo teniendo los edificios "Londres" "México" y "Tokio" al lado.

Al llegar pude ver varias tiendas artesanales y de vestimenta de paso mientras el auto entraba al aparcamiento del edificio.

Al entrar casi todas las luces alumbraban el lugar el cual por ser tarde ya no tenía a tantas personas merodeando por ahí.

De reencarnaciones, guardianes y otros problemas. Por Socqueline WangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora