༺~ [Capitulo Veinticuatro] ~༻

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Qué hermoso fin de semana para ir a clases de gimnasia: no hay avistamientos de akumas, no tengo tareas pendientes, mis habilidades están más controladas, y estoy progresando con Evanna. Definitivamente, un buen día para ser yo.

-¡Achú!

Excepto por la alergia de primavera, claro. Pero aún me gusta ser yo.

Saco un pañuelo de mi bolso y limpio mi nariz, lista para continuar mi camino. Todo iba perfecto hasta que, en un cruce peatonal, me encuentro con alguien inesperado: mi amigo azulado.

-Hola, Socqueline.

-Hola, Luka. No sabía que tú también tenías clases extraescolares.

Señalo el bolso deportivo negro que lleva colgado.

-¿Practicas algún deporte? -pregunto con curiosidad, analizando su estilo-. Umm... creo que eres del tipo que se va por lo extremo. ¿Qué tal baloncesto? ¡Ya sé! ¡Motocross!

Él ríe suavemente y niega con la cabeza.

-Ninguna de esas, Socqueline. Aunque el baloncesto suena interesante. Pero no, no voy a ninguna clase; voy con Marinette a patinar.

"Wow... eso sí que no me lo esperaba."

-Un momento. ¿Tienes una cita con Marinette?

Luka se rasca la nuca con nerviosismo y desvía la mirada.

-No diría que es una cita... digo, ella va acompañando a Adrien y Kagami. Yo solo voy como su apoyo.

-¿En serio? -mi tono sarcástico se me escapa antes de que pueda evitarlo.

Intento arreglarlo rápido:

-¡Digo, eso es genial! O... bueno, no sé. La verdad, no puedo opinar. Nunca he tenido una pareja, así que...

"Qué casualidad. Tanto la otra Socqueline como yo jamás hemos tenido una cita o pareja. Al paso que voy, terminaré siendo una vieja solterona."

Sacudo esos pensamientos deprimentes y le doy dos pulgares arriba con una sonrisa forzada.

-En ese caso, ¡buena suerte en tu no cita!

-Gracias, Line. Creo que estoy un poco nervioso. Hace tiempo que no patino, y tengo miedo de haber olvidado cómo.

-Descuida, la memoria muscular no se olvida. Te lo dice alguien que... ¡Achú!

Un estornudo interrumpe mi frase.

-Salud. -Luka ríe y pregunta-: ¿Sabías que estornudas como un gato?

Me limito a limpiarme la nariz con el pañuelo mientras lo fulmino con la mirada.

-Alergias de primavera. Al menos no es alergia de invierno; ahí sí me moriría entre desgracias y estornudos. Como sea, ¡buena suerte!

Me despido, pero antes de que cruce la calle, lo detengo llamándolo por su nombre.

-¡Luka! Antes de que se me olvide, recuerda: entre elegir a una chica y elegir tu integridad...

-Sí, sí, lo sé. Elijo mi integridad.

-¿Qué? ¡No! Primero piensa bien las intenciones de la chica. Uno nunca sabe cuándo tendrá que activar el modo venganza.

Luka me mira, divertido y un poco confundido, pero asiente antes de despedirse con un gesto.

Con eso terminado, sigo mi camino, evitando meterme más en el lío del "Lukanette" y el "Adrigami". Al final del día, los chicos quieren vivir su romance adolescente, y yo... bueno, yo tengo mis propias preocupaciones. ¿Qué más podría hacer?

De reencarnaciones, guardianes y otros problemas. Por Socqueline WangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora