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No podía dormir esa noche, sentía que algo me inquietaba, decidí ponerme a  investigar los trabajos pendientes que tenía que entregar al volver a clases. Fue justo por las  cuatro de la madrugada que quedé dormido al terminar el trabajo. Me desperté después de dos horas al escuchar el sonido de llamada de mi celular.

Era una llamada de Antonela, contesté.

--- Necesito decirte algo que descubrí---Fue lo primero que dijo.

---Ok---Dije suavemente, acomodé la almohada y me coloqué de boca arriba, puse el celular encima de mi frente al cerrar  los ojos. Mientras Antonela  continuaba:

--- Y también necesito que me acompañes  para ir a ver al nuevo potrillo.

---Ok---Repetí.

---¿ Entonces a que hora iremos?—

Me pareció no solamente oírla a través  de la llamada sino que estaba presente junto a mi. Abrí los ojos, y la vi en mi habitación.

Colgó la llamada, me miró atentamente.

---Al mediodía---Contesté  suavemente--- Te tele trasportaste en mi habitación a tan temprano de la mañana---Agregué.

---No me tele trasporté, vine con Sara. De echo debería ir a ayudarla en el jardín pero por hoy lo pospondré para ver al potrillo---Dijo y caminó  junto a mi. Se sentó en la cama al lado de mi almohada.

Tomó un respiro

--- Y lo que descubrí fue que mi  papá no se lleva bien con tu tío, aunque no se la razón--- Dijo.

--- Y eso te preocupa?--- giré un poco mi cabeza, alzando  la mirada en su dirección.

---No y a ti?.

--- Mmm… inclusive si nuestros padres se llevaran mal yo seguiría queriéndote.

Sonrió suavemente al mirarme  fijamente.

---¿Entonces me quieres?.

---Claro---Respondí.

“Aunque no se si es solo como amiga"

Su mirada hacía que  mi corazón latiera muy fuerte, aparté mi mirada de ella para evitar sentirme así. Me levanté de la cama.

--- Sabías que ayer te cargué hasta el auto de tu padre---Dije al querer pensar en otra cosa.

--- Gracias, espero no haber pesado mucho.

---Eras como una pluma---Dije al caminar hacia el ropero.

“Sarcasmo”.

Fingió reírse

---Deberías dejar de ir a hacer tus prácticas nocturnas en la morgue y descansar más---Dije, mientras busqué  una camisa pequeña para que lo usara.

Ella traía solo una remera de mangas cortas, no podía llevarla así a ver al potrillo no con la temperatura alta de todos los días.

---Después de la última vez decidí que ya no iría---Dijo.

---Que bien---Dije satisfecho.

 Encontré una camisa a rayas de color rojo se lo llevé a Antonela.

---Usa este para que no te quemes---Dije y le ayudé a poner.

Después caminamos hacia el establo, el sol ya se había salido pero aún así era muy agradable, solo empezó a hablar mi estómago y es que era mejor desayunar después para aprovechar la mañana fresca antes de que el sol fuera insoportable.

Al llegar al establo encontramos al potrillo relinchando. A Antonela le emocionó  verlo hasta quiso tocarlo  pero no pudo  ya que el Potrillo no quería acercarse a ella.

Duramos brevemente, luego volvimos al rancho, y finalmente desayuné.
Mientras desayunaba en la cosina junto con Antonela  vi que la abuela le preparaba el postre  favorito de Antonela: Tiramisú.

--- Creería que la abuela te quiere más a ti que a mi---Dije al mirar a Antonela.

---¿Qué?---Me miró sin entender mientras tenía la boca llena de tortitas de frutas.

--- Nada solo que hay favoritismo.

Me miró una vez más  confundida.

Ya no dije nada y me serví un vaso de Yogur. Estuve concentrado por un momento en comer pero me distrajo la forma en que Antonela estaba tan atenta por su celular, estaba tan concentrada mientras tecleaba que ni siquiera se dio cuenta cuando me comí a propósito su tortitas de frutas.

---Puedo saber a quien le escribes que ni te diste cuenta que a cabo de comer tus tortitas.---Dije.

---Un chico---Respondió.

---Entiendo--- Dije.

Inmediatamente se me quitó las ganas de terminar de desayunar.

---Sabes que siempre e sido muy sincero contigo---Dije.

Apartó  su mirada  de su celular y miró hacia mi.

---Te ves muy serio---Dijo.

Quería decirle que me sentía molesto que escribiera con ese chico, pero ¿por qué diría eso?.

---Antes que digas algo déjame contestar este mensaje---Dijo.

--- Ese chico es tan importante.

--- Claro es mi hermano.

“Hermano?”.

---¿Era ese el chico?

Asiente.

Luego me pasa su celular al mostrarme una publicación de Instagram de Cristián. Era una foto en donde  Cristian aparecía en un escenario. Había mucha gente detrás de él.

---  Al parecer le está yendo bien. —Dije.

---Sí---Dijo.

Luego sus ojos se enrojecieron.

--- Estas bien?---Pregunté.

---Sí, es solo que…

Me levanté y caminé hacia su dirección, me senté más cerca de ella.

--- Solo  que al verlo logrando sus sueños me dan ganas de llorar. —Dijo al mirarme con sus ojos abrillantadas.

---- Iré al baño a llorar y luego vendré--- Volvió a decir.

---¿Que? No. Sólo llora aquí. —Dije.

--- No quiero que te burles de que lloro  por estas cosas--- Contestó.

--- No me burlaré, de echo estoy feliz de poder ver este lado tuyo.

“ Es que siempre eres tan fuerte ante mi”

Por su mejilla se deslizaron algunas lágrimas. Luego se secó y continuó comiendo como si nada hubiese pasado.

Después la abuela le trajo el tiramisú, tuvo que  terminar de comerlo rápidamente ya que Sara había terminado de trabajar y tenía que volver con ella a su casa ya que luego viajarían a Asunción para la ceremonia de recepción de los nuevos aspirantes del Colegio Militar que conformaba Erick.
 Antonela  me dijo que su padre le había pedido que acompañara a Sara ya que el Sr. Eduardo estaba ocupado en el Hospital.

Le pedí a Antonela que cuando regresara de la ceremonia pasara por aquí, me dijo que lo haría.

---Ok, te esperaré--- Dije al despedirme.

Marcos y Antonela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora