Hace mucho tiempo que no veo a José tal vez desde que nos graduamos, cada uno tomó un rumbo distinto en la vida y a veces siento una nostalgia profunda al recordar los momentos compartidos, las risas, las travesuras y las confidencias. Extraño su presencia y su compañía en la escuela, cuando juntos enfrentábamos a los desafíos y celebrábamos nuestros logros, pero entiendo que la vida nos lleve por caminos separados. Ambos estamos buscando nuestro camino en el mundo, tratando de encontrar nuestro lugar en él.
A pesar de la distancia y el paso del tiempo, nunca me olvido de José, hay algunas veces me pregunto cómo estará, qué estará haciendo, aunque nos hemos mantenido en contacto a través de mensajes de texto y llamadas esporádicas siento que la distancia ha generado un vacío en mi vida.Un día, mientras me encontraba en casa aburrida recibí un mensaje de José, me sorprendí al ver su nombre parpadeando en la pantalla de mi teléfono.
NOTIFICACIÓN.
-Hola Mija ¿Qué tal si vienes a visitarme este fin de semana? Extraño verte.
Mi corazón dio un salto de emoción al leer esas palabras, no podía creer que finalmente tendría la oportunidad de reunirme con José después de tanto tiempo.
-Hola Oso ¿Cómo estás?
-Por supuesto que me gustaría ir a verte, tambien te extraño.
-Muy bien ¿Y tu? Hace mucho tiempo que no nos vemos y me gustaría platicar contigo.
-Estaría bien vernos después de tanto tiempo ¿Cuándo nos veríamos?
-¿Te parece bien el viernes?
-Yo creo que el viernes esta bien Oso pero ¿A que hora?
-¿Te parece bien si nos vemos a las 15:00?
-Perfecto, ahí estaré.
En un arranque de felicidad fui corriendo a pedirle permiso a mi mamá para ir a su casa a lo que ella accedió con facilidad ya que cada vez que escuchaba el nombre José era un de inmediato si, de alguna u otra manera José se ganó esa confianza de mi mamá algo que muy pocas personas logran obtener, ni a mi mejor amiga Laura le tiene tanta confianza y eso que tenemos seis años de amistad.
Llegó el viernes que tantas ansias esperé asi que me desperté temprano, me apure, me cambié y me peiné. Mientras me dirigía a su casa una mezcla de emoción y nerviosismo se apoderó de mí ¿Cómo sería reencontrarme con él después de tanto tiempo? ¿Seguiríamos siendo los mismos amigos de siempre?
Finalmente llegué a su casa y toqué la puerta con expectativa, cuando la puerta se abrió me encontré con la misma sonrisa cálida y acogedora que recordaba.
—Hola Mich.
—Hola José.
Nos abrazamos con fuerza y una sensación de alegría me invadió.
—Pero por favor entra.
—Muchas gracias. — pasé la puerta y me encontré con la señora Miriam del otro lado.
—Hija, pasa por favor.
—Hola señora Miriam. — Me recibió con los brazos abiertos.—Gracias por invitarme.
—No agradezcas hija, tu siempre serás bienvenida.
Caminamos hasta el fondo del terreno donde se encontraba su casa, al entrar me recibió su adorable perrita de raza salchicha de color cafecito claro llamada Kira.

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El chico de la sudadera Amarilla
Novela JuvenilMichelle y José, dos amigos íntimos que comienzan a sentirse atraídos el uno por el otro, así que deciden salir. Al principio la relación es un sueño pero pronto José comienza a tratar mal a Michelle, llegando al punto de enviarla al psicólogo. En m...