El dolor que siento en mi corazón es indescriptible, cada vez que pienso en Gael siento como si me arrancaran el alma. La traición y el desamor duelen más de lo que nunca imaginé, me siento perdida, confundida y devastada pero a pesar de todo he encontrado un refugio en un amigo que está pasando por la misma situación y ese es José.
Es increíble cómo el dolor puede unir a las personas, compartir nuestras experiencias y emociones nos ha ayudado a sanar un poco cada día a pesar de la tristeza que nos embarga, encontramos momentos de paz y consuelo cuando estamos juntos.
Haber encontrado a alguien que entiende mi dolor y lo comparte es realmente reconfortante, saber que no estoy sola en este torbellino de emociones me da esperanza. A veces simplemente necesitamos a alguien que nos escuche, sin juzgar, sin intentar arreglar nada, solo estar ahí, compartiendo el peso del dolor.
Aunque la situación en la que nos encontramos es desgarradora, el hecho de tener a alguien que entiende lo que estamos pasando, lo hace un poco más tolerable. No podemos cambiar lo que ha sucedido, pero podemos estar ahí el uno para el otro, apoyándonos mutuamente hasta que el dolor se desvanezca, sabemos que podemos superar este dolor, que podemos encontrar la fuerza para seguir adelante, que hay luz al final del túnel. Nos aferramos a nuestra amistad como un ancla que nos mantiene firmes y aunque el dolor no desaparecerá de la noche a la mañana, el hecho de no tener que enfrentarlo solos, hace que todo sea un poco más soportable.
Así que agradezco a la vida por poner a esta persona en mi camino porque gracias a él he encontrado un refugio en medio de la tempestad. Juntos enfrentaremos este dolor y juntos encontraremos la paz que tanto anhelamos.Lunes 16 de mayo de 2022.
Han pasado semanas desde que José se convirtió en mi amigo más cercano, tanta era esa compatibilidad, complicidad y apoyo que nuestros amigos pensaban que éramos familia, tal vez primos y eso nos causaba algo de risa y es que era cierto tenemos una bella relación de amistad donde él no me juzga y yo no lo juzgo, con cada plan que surgía él accedía y yo también lo hacía.
Jamás olvidaré todo lo que ha hecho por mi en tan poco tiempo, siempre se lo he dicho a él y a todos los que nos conocen, es como si tuviéramos años de ser amigos y años de compartir tantas experiencias, a pesar de tener más amigos en nuestro grupo como Mariana, Amelia, Alex , Daniel, Melissa, Danna, Jimena y David siempre éramos nada más él y yo.Este día en específico en lo personal me ponía muy nerviosa porque había llegado el momento de que todos los alumnos sin excepción alguna regresaran a clases presenciales, era momento de enfrentar mi más grande miedo y era ver a la persona que más quería en los brazos de alguien más ya que me había enterado hace dos meses aproximadamente en la clase de ingles donde nos separaban saque el tema de Gael con Amelia y Alex pero uno de los amigos de Erika me escuchó hablar sobre él y bueno ahí comenzó la pesadilla.
—Mich tienes que estar tranquila, no te enfrasques en algo que no vale la pena, mira es mejor que borres las fotos con él.
—Alex no puedo borrarlas porque eso significaría que lo estoy sacando de mi vida.
—Y lo tienes que hacer ¿A caso tu crees que él está mal sin ti? No, ese cabron no siente ni melancolía por ti, de verdad no te lo digo en mal plan solo necesito que abras los ojos.
—Tienes razón, tengo que aceptar que todo se terminó, no volveré a caer en las manos de Gael.
—Disculpa— Ubiqué la mirada a la voz que estaba escuchando detrás de mí.
—Hola— Respondí con cara de extrañeza, reconocía a esa persona era David el "Mejor amigo" de Erika.
—Perdóname por ser un poco chismoso pero quería saber si de la persona que estabas hablando es de Gael Flores Mendoza.
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El chico de la sudadera Amarilla
Genç KurguMichelle y José, dos amigos íntimos que comienzan a sentirse atraídos el uno por el otro, así que deciden salir. Al principio la relación es un sueño pero pronto José comienza a tratar mal a Michelle, llegando al punto de enviarla al psicólogo. En m...