Capítulo 18 - La conversación

87 17 2
                                    

Sabía tus nervios, tus gestos, tus miedos y tus suspiros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sabía tus nervios, tus gestos, tus miedos y tus suspiros

Porque después de quererte me siento un desconocido.

El Día Menos Pensado - Beret 


Aiden se fue a la habitación intentando escapar de las miradas curiosas de todos los alumnos. Nada más llegar, fue directo a la ducha para quitarse los restos del batido. Le hubiera gustado que el agua se llevase también la vergüenza que sentía en aquel momento, pero no fue posible. Cuando salió, se encontró con Thiago en la habitación. Lo saludó con un gesto con la cabeza y se puso ropa cómoda. Al fin de cuentas iba a pasar toda la tarde en la habitación de Axel. Cuando se giró, se dio cuenta que su compañero lo estaba mirando con una sonrisa malvada en la cara.

—¿Qué? —preguntó temiendo lo peor.

—Pensé que hoy estarías más dulce, pero veo que eran habladurías —respondió con una sonrisa.

—Buf, ¿Cómo te has enterado ya? Esto es increíble... —Aiden se pasó las manos por la cara avergonzado de nuevo.

—Lo sabe todo el mundo y lo cierto es que me da rabia no haberlo visto en directo. Seguro que fue divertido.

—Ja, ja, sí, me parto... —dijo con una mueca de disgusto en la cara—. Es que no puedo tener más mala suerte. Si solo me hubiera caído el maldito batido pues mira, me estaría riendo con vosotros ante mi torpeza, pero no. No. Era demasiado pedir. Tenía que estar Rian en ese justo momento mirándome. ¿Te lo puedes creer? Lleva cinco días desaparecido y solo hace acto de presencia para ver la ineptitud de su compañero... Es que no me extraña que me odie... —se quejó.

Thiago se quedó pensando unos segundos antes de contestar, como si estuviera valorando qué decir.

—Es cierto. Ya de por sí Rian tiene tendencia a odiar a todo el mundo, pero tú pareces empeñado en coger todas las papeletas disponibles...

—Joder, no, no me digas eso —se quejó escondiendo la cara detrás de las manos.

—Bueno, nunca se me ha dado bien mentir, pero estoy dispuesto a hacer un esfuerzo —respondió vacilándolo.

—Me voy —anunció Aiden cogiendo la mochila y metiendo dentro el ordenador.

—Nos vemos luego. Intenta no liarla más.

—Gracias por los ánimos.

—Piensa en positivo. Es difícil que la cagues más de lo que ya lo has hecho. Pero te daré un pequeño consejo: la comida se come, no se juega con ella —añadió divertido.

—¡Agg! Paso de ti —respondió saliendo de la habitación con gesto de hastío.

Antes de ir a la habitación de Axel, pasó por la cafetería para buscar la comida. Escuchó a un par de alumnos comentar el incidente del batido, pero nadie lo reconoció. Algo bueno debía tener ser el nuevo en un colegio de más de seiscientas personas.

Victoria ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora