Capítulo 30 - Periodo de reflexión

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A veces intentar sanar la herida

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A veces intentar sanar la herida

es lo que más te puede herir.

Nunca Entenderé - Beret 


La bronca que le echó su madre fue monumental. Aiden se pasó los tres días de expulsión prácticamente pegado al teléfono, escuchando como su madre le repetía hasta la saciedad lo decepcionada que estaba con su actitud. Le había dado un ultimátum, un incidente más y lo llevaría de vuelta a su casa. Y no había discusión posible.

El jueves, cuando se reincorporó a las clases tenía tantos deberes pendientes que apenas pudo ir a entrenar. Además, en el fondo tampoco le veía mucho sentido. ¿Para qué iba a esforzarse si no tenía compañero? Loan no le había presionado al respecto y se lo agradecía. Sabía que, si se lo pedía, cualquiera de sus compañeros estarían dispuestos a presentarse al torneo con él, pero no tendrían ninguna posibilidad. A parte de un par de entrenamientos sueltos, nunca habían entrenado en serio.

El fin de semana pasó demasiado rápido. Estuvo con Axel y con Nadya todo el tiempo. Salieron a recorrer la ciudad, comieron helados en la plaza central y fueron hasta un pequeño parque a ver unos fuegos artificiales. Podría haber sido perfectamente unos días increíbles, pero Aiden no lo sentía así. Loan le explicó que igual se sentía confuso porque estaba acostumbrado a tener siempre presentes los sentimientos de Rian y, como ya no pasaban tantas horas juntos, se estaba acostumbrando a lidiar solamente con sus problemas. Pero en el fondo él sabía que no era así. A pesar de todo lo que había pasado se sentía culpable de que Rian dejase el Kettou.

La siguiente semana era la última antes de las vacaciones de abril y, después de eso, quedarían días contados para el campeonato. Aiden empezó a entrenar más seriamente. Seguía saliendo a correr todas las noches y estudiaba hasta bien entrada la madrugada. Su madre lo llamaba cada par de días, controlando lo que hacía. Había perdido la confianza que habían depositado en él y sabía que no sería fácil de recuperar.

El viernes antes de las vacaciones, después de terminar el último examen, fue con Axel y Nadya hasta la cafetería. Se sentaron en una de las mesas pegadas a la ventana y pidieron batidos de chocolate. En cuanto Aiden lo tuvo en la mano, no pudo evitar recordar el momento vergonzoso con el batido que había tenido un par de meses atrás.

—¿Volverás a casa esta semana? —preguntó Nadya dándole un pequeño sorbo a su bebida.

Aiden tardó unos segundos en darse cuenta de que estaba hablando con él.

—No, lo cierto es que no me apetece. ¿Vosotros sí volvéis?

—Yo sí, llevo desde diciembre sin ver a mi familia y me muero de ganas de achuchar a mi hermana —respondió Nadya con una sonrisa de oreja a oreja.

Victoria ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora