Capítulo 47: Agosto

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Yo que juré no enamorarme más en la vida

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Yo que juré no enamorarme más en la vida

Rompí el juramento al verte a ti.

Tú - Air Mango 


Con la llegada de agosto y las vacaciones de verano, el Bhainn Daiocht quedó prácticamente vacío. Muchos alumnos se habían desplazado a sus casas, al menos los que no tenían asignaturas pendientes o competiciones a la vuelta de la esquina, como era el caso de Aiden y Rian.

Después de que consiguieran sincronizarse a la perfección, habían empezado a entrenar todavía más duro, pero todo se había vuelto ligeramente más fácil. Además, su relación también había evolucionado y Aiden ya veía a Rian como uno de sus mejores amigos. No solamente entrenaban muchas horas al día, sino que habían empezado a pasar tiempo extra juntos, ya fuera para cenar en la cafetería, ir a andar en bici los fines de semana o simplemente sentarse en la azotea a hablar. O irse de viaje, que era lo que estaban haciendo en aquel momento. Se habían subido a un avión aquella mañana en dirección a Byport, la ciudad costera donde había nacido Aiden y en donde iban a realizar una pequeña exhibición en el club de duelos al día siguiente.

A pesar de que no era un viaje muy largo, a Aiden se le estaba haciendo eterno. Llevaba muchos meses sin volver a casa y en aquella ocasión, le hacía especial ilusión poder enseñarle todo a Rian.

—¿Vas a parar quieto? —le dijo Rian un momento después, colocándole una mano en la rodilla impidiéndole que pudiera seguir moviendo la pierna—. Vas a acabar enfadando al señor que está sentado en el asiento de delante como no pares un poco.

—Es algo que hago de forma inconsciente —se quejó Aiden.

—Lo sé, por eso te lo estoy diciendo. ¿No quieres ver un rato la tele conmigo? —le preguntó mientras le ofrecía uno de sus cascos.

—¿Qué estás viendo? —preguntó mirando con curiosidad la pantalla que sostenía Rian entre las manos.

—Una peli. Es un thriller.

—¿Está bien?

—Claro, si no, no estaría viéndola.

—Te gusta mucho ver series y pelis, ¿no?

Rian levantó la mirada, pensativo.

—Bueno, sí, en cierta manera sí. De pequeño no tenía demasiado tiempo para hacerlo y ahora que puedo lo disfruto mucho —dijo encogiéndose de hombros, como restándole importancia.

—¿Por qué no tenías tiempo?

—Bueno, lo que ya te conté. Entrenamientos muy largos y duros, clases particulares, ayudar a mis padres en casa... Si mis padres me veían sentado en el sofá sin hacer nada, rápidamente me encontraban algo que hacer —Rian sonrió con nostalgia—. Con el tiempo aprendí a mantenerme ocupado.

Victoria ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora