Capítulo 2 - Un año y siete meses más tarde

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O luchas por tus sueños

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O luchas por tus sueños

o por los de quien sueña.

Donde Me Lleven Mis Alas - Paula Mattheus 


Aiden paseaba agitado por su habitación. Encima de la cama descansaban varias maletas abiertas con muchas de sus pertenencias y había varios montones de ropa colocados por el suelo a la espera de ser empaquetados. Llevaba casi tres horas intentando meter sus quince años de vida en tres maletas, pero se había rendido al cuarto intento.

—Papá dice que saldremos de casa en veinte minutos así que debes estar listo para entonces —dijo su madre adentrándose en el caos que tenía montado—. ¿Aún estás así? A este ritmo vamos a perder el avión...

—Mamá, te juro que he intentado meter todo de mil maneras posibles, pero no entra. ¡Incluso me senté encima de la tapa y al final, terminé rompiendo la cremallera! —dijo señalando una maleta que estaba apartada en un rincón—. Y si antes no me entraba todo en tres maletas, imagínate en dos... Voy a tener que ir desnudo por el instituto todo el cuatrimestre.

Hanna soltó una carcajada antes de negar con la cabeza y empezar a organizar los montones de ropa. No parecía que tuviera prisa. Desdoblaba y doblaba cada prenda con toda la calma del mundo.

—Aiden, te vas a estudiar, no hace falta que te lleves las tres guitarras que tienes, ni la colección de monedas que te dio el abuelo. Todas esas cosas las puedes dejar aquí y seguirán aquí cuando vuelvas —dijo intentando consolarlo.

—Eso lo dices ahora. Pero en cualquier momento, querrás hacer una limpieza y, como no estaré aquí para protestar, tirarás con todo —gruñó en voz baja.

Hanna se incorporó y se acercó a Aiden para abrazarlo.

—Cariño, no te preocupes. Todo va a estar bien. Has conseguido entrar en la escuela que tú querías.

—Sí, pero cuatro meses más tarde que el resto de los alumnos.

—¿No decías que era un milagro que te hubieran dado la plaza a mitad del cuatrimestre?

—Sí —reconoció a regañadientes.

—Entonces no te preocupes por lo demás y céntrate en aprender, conocer gente nueva y pasarlo bien.

—Mamá, no puedo evitar preocuparme. Ya voy retrasado con respecto al resto de estudiantes, por no mencionar que los duelos se celebran a mediados de abril. Apenas tengo tres meses para entrar en el equipo, congeniar con mi compañero y preparar una buena estrategia —el joven se sentó en la cama y hundió la cara en sus manos—. Y por si no te has dado cuenta, el primer punto ya es complicado. Seguro que tienen el equipo cerrado desde principio de curso...

Victoria ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora