Capítulo 27 - La cuenta atrás

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Porque entendí que estar contigo no me hace bien

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Porque entendí que estar contigo no me hace bien.

Y que puedo quererte, 

aunque me dañes y me arranques la piel.

Mirando A La Luna - Beret, Reik 


Apenas quedaban tres semanas para el campeonato de primavera y los entrenamientos no iban todo lo bien que podrían. Rian seguía entrenando sin parar, pero todavía no lograba controlar el ataque combinado y Aiden empezaba a preocuparse. Si ya de por sí el joven se mostraba gruñón y enfadado ante cualquier circunstancia, el hecho de fallar solo lo empeoraba. Practicaban a diario más horas de las recomendables, salían a correr todas las noches juntos (aunque Aiden estaba seguro de que Rian también lo hacía por las mañanas, solo) y los domingos de descanso habían quedado en el olvido. Cuando Loan se cansaba de ellos y los echaba de la sala de entrenamientos, solían ir corriendo hasta la colina y, una vez llegados a la cima, se ponían a entrenar.

Aiden se había dado cuenta que las exigencias que se ponía Rian encima eran cada vez más y más surrealistas. Muchas veces, estaba tan cansado por no dormir que fallaba de puro agotamiento y, en esos casos, se enfadaba tanto consigo mismo que siempre acababa destrozando algo o haciéndose daño. Aiden notaba a través de su vínculo el caos de sus emociones. Nunca tenía claro qué sentía en aquellos momentos. Era como si todo tuviera una neblina que le impedía ver con claridad. Lo único que sabía era que Rian estaba totalmente perdido.

Aquel día, mientras entrenaban, volvió a pasar. Habían estado practicando el ataque combinado y, a pesar de que Rian era capaz de dominarlo los primeros dos o tres segundos, después siempre perdía el control y salían disparados hacia cualquier dirección.

—¡Mierda, MIERDA! —gritó Rian enfadado mientras golpeaba la hierba con los puños.

El odio que estaba sintiendo por sí mismo era tan fuerte, tan absorbente, que Aiden estaba haciendo un esfuerzo por no vomitar mientras lo miraba sentado en el suelo. Se estaba frotando la muñeca que había absorbido todo el impacto de la caída. Ya no tenía fuerzas ni para levantar un escudo que le protegiera. Llevaban tres horas entrenando sin parar y Rian no quería escuchar sus sugerencias. Apenas habían hablado durante todo ese tiempo, se limitaban a practicar una y otra vez.

Aiden lo miraba preocupado. Estaba claro que necesitaba bajar un poco el ritmo, relajarse, sino no conseguirían nada. Pero tampoco estaba seguro de cómo se lo debería decir. Era cierto que su relación había mejorado, pero Rian seguía mostrándose distante con él. Cada vez que llegaba a la conclusión de que estaban más cerca el uno del otro, acababan distanciándose. Era como si un muro de hormigón los separara constantemente.

—Oye, creo que ya hemos entrenado suficiente por hoy. Deberíamos volver ya. Mañana temprano nos toca entrenamiento de nuevo... y no estoy seguro de que podamos mantener este ritmo —dijo Aiden preocupado.

Victoria ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora