Capítulo 39 - La primera fase.

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La cura solamente existe

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La cura solamente existe

Si antes hubo herida.

Sin Remitente - Melendi 


Nada más salir del vestuario se encontraron con un largo pasillo, lleno de puertas, donde se encontraban todos los participantes. Loan estaba hablando con el entrenador de otro equipo pero cuando escuchó que empezaban a llamar a las diferentes escuelas se acercó a ellos.

—Ahora empezarán las presentaciones. Poco a poco, los organizadores irán llamando a los duelistas. Cuando llegue nuestro turno, salimos con calma, me dejáis hablar, saludáis a los jueces y a la audiencia y nos vamos a nuestra zona de combate. ¿Entendido? —les explicó Loan—. Salimos, me dejáis hablar, saludamos y nos colocamos en posición.

Ambos asintieron. Aquello de las simulaciones era la primera vez que lo hacían y ninguno tenía muy claro cómo funcionaba, pero, gracias a ello, los campeonatos se realizaban en un único día.

De repente, el estadio entero rompió en aplausos lo que aceleró el corazón de Aiden. Había llegado el momento.

—Bienvenidos al campeonato de primavera de duelos interescolares —dijo una voz en estéreo—. Soy Raina Kaisen, organizadora y jueza del torneo. A continuación, presentaremos a las treinta y cuatro escuelas y a los sesenta y ocho participantes de este campeonato.

Poco a poco, fueron llamando y dando palabra a los entrenadores de los diferentes equipos que fueron presentando a sus candidatos, que salían a la Arena entre aplausos del público. Apenas cinco minutos después, les llegó el turno.

—A continuación, demos un fuerte aplauso al Kettou, representante de la escuela Bhain Daiocht —anunció Raina.

—Vamos allá —dijo Loan y les dio una palmadita a los dos chicos en la espalda.

Aiden se permitió cerrar los ojos un segundo y respirar profundamente, antes de seguir a su compañero al exterior.

La Arena estaba abarrotada de gente. En aquel estadio había miles de personas, muchas más de las que se habían imaginado. Cuando Aiden y Rian salieron, el público se puso en pie y empezó a aplaudir. Aiden, que no estaba acostumbrado a ser el centro de atención en ningún momento, se emocionó ante el recibimiento. Aquello era lo que quería. Aquello era exactamente lo que había soñado. Cruzó una mirada con Rian que fue suficiente para saber que su compañero estaba igual que él. Pasara lo que pasase no pensaba rendirse. Lucharía todo lo que fuera necesario para lograr pisar un estadio de nuevo.

Cuando llegaron a la zona habilitada para su equipo, los aplausos habían remitido y un silencio sepulcral invadió la Arena. Rian y Aiden se situaron de pie, uno a cada lado de Loan, con las manos detrás de la espalda tal y como exigía el reglamento.

Victoria ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora