Sr. Black

✨ McCarthy

"The world's gonna know your name"

Mi semana de descanso comenzó ese mismo lunes, el señor Black quedó demasiado furioso y estoy segura de que Bruno está pasando un mal momento gracias a eso, pero ni modo, son las cosas que tocan, no estaba pensando en eso cuando le dije aquello al señor Black, pero estaba demasiado enojada para pensar.

—Es un milagro que me hayas llamado antes —dijo Bastian después de que yo le haya abierto la puerta de mi departamento.

—¿No tenías trabajo? —pregunté—. Creí que estabas ocupado.

—Nunca estoy ocupado cuando se trata de ti —susurró acercándose para tomarme de la cintura.

Sé que Bastian es un mujeriego, y que yo soy una más de su lista, pero si les soy sincera no me molesta, es decir, no estoy enamorada de él ni él de mí, estamos en una tregua bastante buena, porque es sexo nada más, no tengo que preocuparme por no relacionar los sentimientos.

Bastian es un hombre guapo, atractivo con un físico envidiable, con un polla que puede hacerte llegar al orgasmo en cuestión de segundos, pero, no es mi tipo, puedo tener sexo y follar las veces que quiera con él, pero no nos veo juntos en un futuro, y creo que él tampoco ve algo así, al menos no para nosotros.

—Tengo una semana libre, ¿qué planeas? —le pregunto, porque yo no tengo nada qué hacer, debería ir a visitar a mis padres, desde hace mucho que no voy a visitarlos pero conociendo a mi madre no dejará que me regrese, me retendrá y solo tengo una semana libre, ya veré cuándo ir.

—Me parece que será una semana llena de cardio, ¿qué me dices? —En otro momento estaría llena de satisfacción por escuchar las palabras de Bastian, pero hace menos de cuatro horas que follé con el señor Black y me parece que siento algo de incomodidad en mi entrepierna por la rudeza de ese hijo de puta.

—Me parece bien, pero a partir de mañana —respondo, Bastian alzó una ceja y una sórdida sonrisa se pintó en sus labios, según él, creyendo que es gracias a lo que hicimos esta mañana, voy a dejar que crea que es por eso, no quiero dar explicaciones de lo que verdaderamente me sucede.

—Está bien, entonces... ¿Qué te parece ir a cenar? Conozco un restaurante Italiano que abrió hace poco, ¿te gustaría ir? —pregunta acariciando vanamente mi cintura.

—Claro, ¿por qué no? —sonreí, Bastian debe cuidar de sus conquistas, al menos él si se toma el tiempo necesario para consentir a las personas con las que se acuesta, no como el señor Black, que para él lo único que importa es que le vacíen los cojones y asunto arreglado.

Con Bastian las cosas funcionan porque tenemos claro qué es lo que queremos, con el señor Black no, porque él piensa sólo en él, no sabe si la otra persona está disfrutando o no, aunque yo sí disfruté, pero ese no es tema de conversación, a lo que quiero llegar es que mi jefe no se compara con Bastian ni viceversa, son muy diferentes y lo que Bastian me hace es bueno, pero lo que me hizo el señor Black hoy fue delicioso y exquisito, pero no voy a decirlo en voz alta.

Nos pasamos la tarde platicando sobre el trabajo de Bastian, algo que tiene es que nunca escucha a los demás, primero él, después él y por último, él. Un defecto que puedo dejar pasar por alto sin ningún problema, no me gusta hablar de mi vida personal y privada con alguien con quien solo follo casualmente, tampoco es porque haya pasado por un trauma o algo así, es solo que no se me da hacerlo.

La noche cayó y con ella la salida al dichoso restaurante Italiano, Bastian es un caballero cuando se lo propone, me halagó durante toda la velada, me dio cumplidos cuando le mencionaba algo de mi trabajo o de cuando estuve en la universidad, en fin, fue poco lo que pude decir porque una mujer se nos acercó a mitad de la cena y se auto invitó a nuestra mesa, ordenó su propia comida e hizo de cuenta y caso que yo no existía en ese momento, Bastian por otro lado se veía incómodo con las dos ahí, pero no hizo nada al respecto solo se dedicó a charlar con esa mujer que si no mal recuerdo se llama Annabell.