"Safe Here"
Mi estancia en Dublín ha sido de todo, menos tranquila, ya ha pasado un mes desde que regresé y nada ha cambiado.
Por las mañanas ayudó a mi mamá con las cosas de la casa, por las tarde ayudó a mi papá en la carpintería o a entregar los muebles, por las noches salgo a algún bar junto a Rory y a veces los tres con Nessa, quien no me ha perdonado del todo y por último, los fines de semana, duermo hasta tarde, me desvelo viendo alguna serie o salgo a hacer algunas compras con mamá.
Y el lunes, todo vuelve a ser igual, la misma rutina, día tras día, me recuerda a cuando trabajaba para el señor Black.
Hablando de él, ya casi no pienso mucho en el señor Black, solo a veces cuando mi mente tiene el tiempo suficiente para recordarlo, desde aquella llamada no volvió a contactarse conmigo, espero que no lo haga.
Hasta ahora me mantengo.
Algo marcha correctamente.
Bueno, podría decirse que más o menos.
No, no estoy bien en absoluto.
Cuando la noche cae siempre lo recuerdo, es por eso que voy a los bares, porque mientras bebo mi mente no lo recuerda, es solo cuando estoy en la oscuridad de mi habitación, anhelando su calor, su presencia pasada la medianoche, cuando me abraza y siento ese calor tan característico de él, quiero volver a sentir sus brazos rodearme, escuchar su voz, que su aliento caliente roce mi oreja cuando me habla por las noches, quisiera poder tener eso una sola vez más, no pido mucho.
Como cada noche, me adentro a un bar, es común que los jueves esté lleno, pero yo conozco al dueño, y tengo el privilegio de que, por muy lleno que esté, yo siempre tendré un lugar reservado para mí, vaya o no.
—Pero si es mi chica —sonríe Mark, el dueño del bar—. Creí que ya no vendrías, estaba por darle tu mesa a un grupo de pandilleros.
Mark ha sido amigo mío desde la universidad, compartimos algunas clases juntos y aunque él no pudo graduarse, ha sabido sobrevivir en este mundo, su bar ha ganado una gran fama y lo único que yo puedo decirles es: tienen que ir a ese bar, la musica es genial, el ambiente es de lo mejor, no hay alborotos de más, las personas saben respetar y el que no , lo obligan a hacerlo, la comida es deliciosa y el alcohol, Dios, diez de diez.
—Hazlo y dejaré de ser tu cliente número uno —pero Mark sonríe en grande, es guapo, es un hombre de unos veintiocho años, alto, atlético, cabello largo y oscuro atado con una liga en un moño, rostro perfilado, el hombre de tus sueños más calientes.
Tiene una esposa y tres hijos, dos niños y una niña, preciosos, definitivamente sus hijos, tienen su mismo rostros, su misma nariz, sus pestañas, prácticamente Mark, pero de bebé.
—No podría dejar ir a una cliente como tú, con lo que consumes les pago a mis chicos, ya sabes —y es que Mark lo dice porque normalmente no me emborracho fácilmente, por lo que, consumir poco no está en mi diccionario.
—Agradece a mis penas y dame una guinness —Mark asintió y sin preguntar nada que no le concierne me sirvió la guinness en una jarra de vidrio transparente.
La espuma cremosa se elevó lentamente, revelando un tono profundo y característico de la cerveza. El aroma a malta tostada y notas sutiles de cacao llenaron el aire mientras Mark dejaba la pinta frente a mí.
Al primer sorbo, el sabor robusto y suave me envolvió el paladar, con matices de café y un toque ahumado que dejaba una agradable sensación en cada trago. Era una experiencia sensorial, una paleta de sabores que agradecí en silencio mientras mis pesares parecían desvanecerse, al menos por un momento, entre la rica textura de la cerveza.
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Sr. Black
RomanceLos Ángeles lo llaman placer divino. Los demonios sufrimiento infernal. Los hombres... amor. Inicio: 4 de agosto de 2023 Fin: